viernes, 12 de noviembre de 2021

¡VOTEN BIEN! (Si pueden)

 

El enemigo se encuentra entre nosotros.
Contra lo que debemos luchar es
contra nuestra propia comodidad,
nuestra propia estupidez y
nuestra propia criminalidad
.
Marco Tulio Cicerón

Es el sistema, estúpido

El próximo domingo, los argentinos han sido convocados a votar y en las redes es frecuente encontrarse con un reclamo que se le hace al electorado. "¡Voten bien!", se le pide. Claro que la cosa no es fácil. En primer lugar habría que explicar qué significa votar bien, (como lo contrario de votar mal). Lo otro que habría que clarificar una vez esclarecido eso sería si votar bien es posible en absoluto.

Mi humilde opinión es que el problema no está en un sector o en una facción. El problema es el sistema en su totalidad que funciona según un mecanismo que selecciona sistemáticamente a los peores. Ni siquiera adjudicaría la responsabilidad a una sola ideología. Todas las facciones políticas en pugna comparten el materialismo dogmático, todas carecen de valores auténticos, todas dependen del dinero para hacer campaña política, por consiguiente todas terminan o bien comprometidas con los dueños del dinero o bien robándolo de las arcas públicas. Todas se pelean entre sí por los privilegios del poder, todas mendigan votos, todas prometen las mismas cosas y todas las incumplen impunemente al día siguiente de haber sido votados. No hay un solo nucleamiento político que escape a estas reglas porque todo el sistema se basa en el dinero, la compra de votos, la codicia, la impunidad, y la ventaja personal por sobre el Bien Común.

Un procedimiento electoral como el sostenido por este sistema es incapaz de corregir las desviaciones y las fallas inherentes al sistema mismo. Esto no es teoría; es algo demostrado por los hechos históricos. A cada votación, a cada cambio de personajes, el sistema o bien se mantuvo igual, o bien empeoró. Tomemos solamente los 38 años que van de la reinstauración de la democracia en 1983 hasta nuestros días.

La casa en desorden

La serie comienza con Raúl Alfonsín. 
Después de la gran algarabía del "Con la democracia no solo se vota. Con la democracia se come. Con la democracia se educa. Con la democracia se cura", luego de la pantomima de "la casa está en orden" y la caída del Plan Austral lo único que quedó fue que con la democracia se vota.  Lo demás se lo llevó puesto la hiperinflación del 764% de Mayo 1989, los saqueos a los supermercados, la declaración del estado de sitio, los 40 arrestos más los 20 muertos, el adelantamiento de las elecciones y el traspaso del mando en una casa que nunca terminó de quedar en orden.


Síganme

Sigue luego con los dos mandatos de Carlos Menem. El "síganme que no los voy a defraudar" resultó en el sincericidio posterior de "si les hubiera dicho lo que pensaba hacer no me votaba nadie". El turco fue el mercachifle que, contrariamente a su promesa, los defraudó a todos. Puso cara de peronista, se olvidó de combatir al capital, lo llamó al Mingo Cavallo, puso el peso 1 a 1 con el dólar y vendió las joyas de la abuela, y las pantuflas de la mamá a precio de remate. Y créanlo o no, en 1995, cuando ya había aplicado todo su programa económico; después de rajarse a Pinamar con la Feyayi 348TB a 190 km por hora y sin pagar peajes; fue a elecciones y lo volvieron a votar para un segundo mandato con 50% de los votos. Al año siguiente lo picó una "abeja", anunció que se había leído todos los libros de Sócrates y que tendríamos un cosmódromo desde el cual en una hora y media podríamos estar en Japón.

El aburrido

El turco se fue después que le volara por los aires la fábrica militar de Río Tercero pero antes de que estallara la bomba del 1 a 1. La ilusión del un-peso-igual-a-un-dolar le explotó en la cara al "Chupete" Fernando de la Rúa que llegó al poder poniendo cara de bolastristes y tratando de explicar por qué "dicen que soy aburrido". No lo consiguió. Lo que decían era cierto: resultó aburrido nomás. Pero un aburrido peligroso; por nabo y por inútil, para expresarlo lo más suavemente posible. Asumió en Diciembre de 1999. Cuatro meses después tuvimos el show de la Banelco de Flamarique y la renuncia del Chacho Álvarez como vicepresidente. Lo que vino después fue de antología: el "blindaje", el Megacanje, el "ritornello" del Mingo Cavallo, el DNU de la Pato Bullrich como ministra de Trabajo que rebajó un 13% las jubilaciones y los salarios de la administración pública, el festival de piqueteros y, finalmente, el inolvidable "Corralito" como frutilla del postre. En el medio, el no menos inolvidable show de Tinelli en donde la cosa empezó con un activista de izquierda irrumpiendo en la nota para exigir la liberación de los terroristas de La Tablada; siguió luego con una serie de fallidos del presidente como confundir el nombre del programa, el nombre de la esposa del conductor y no encontrar la salida del estudio. Al final pudo salir del estudio, pero un año más tarde de la Casa Rosada tuvo que salir por arriba en el ya proverbial helicóptero, en medio de un estado de sitio, con el "que se vayan todos", los cacerolazos, varios saqueos y una represión que se llevó 40 muertos. El tipo había llegado casi exactamente a la mitad de su mandato. El Chupete no daba para más.

5 "presidentes" en 11 días

Ahí fue donde le demostramos al mundo que la Argentina democrática es apasionadamente presidencialista. A falta de un presidente tuvimos 5 en tan solo 11 días: el  renunciante aburrido, Ramón Puerta, Adoldo Rodríguez Saa, Eduardo Camaño y el cabezón Duhalde.  

El Cabezón

La cuestión es que Duhalde se hizo cargo de los dos años que restaban de la gestión interrumpida de De La Rúa. No lo hizo tan mal. Con Remes Lenicov primero y con Lavagna después, consiguió salir del Corralito, enderezó razonablemente a la economía, no tuvo macanas demasiado desastrosas excepto dos, una que se la hicieron y otra que se la mandó solito sin que nadie lo empujara. La que le hicieron fue un regalito de la bonaerense cuando en junio de 2002 mataron a dos piqueteros, Kosteki y Santillán hiriendo, además, a más de 30 manifestantes, cosa que levantó los aullidos de protesta de toda la izquierda más la de varios otros que ya andaban rondando con la idea de posicionarse para las próximas elecciones. Con el despiporre que se armó, Duhalde decidió adelantar las elecciones y ahí fue cuando se mandó el moco más grande de su carrera política. Le dio el apoyo a Néstor Kirchner. Todavía se agarra la cabeza – que no es poco – cuando se lo recuerdan.

El Kirchnerato

Néstor Kirchner subió al podio de los ganadores el 25 de Mayo de 2003. Fue presidente hasta el 10 de Diciembre de 2007; murió el 27 de Octubre de 2010.Su esposa Cristina sumó dos mandatos; desde el 10 de Diciembre de 2007 hasta el 9 de Diciembre de 2015. En total, los Kirchner ocuparon la presidencia por 12 años. 

Relatar todas las vicisitudes del kirchnerismo requeriría un libro entero. Encima, quedaría con varios capítulos abiertos porque la saga todavía sigue y la verdad es que nadie sabe muy bien cómo va a terminar. De modo que me limitaré a una rápida enunciación de lo que constituye la punta del iceberg. Tan solo para dar una idea.

Quizás la mejor manera de empezar es citando al finado juez Claudio Bonadio que se la sabía lunga y que supo resumirlo en una sola frase:

"Se trata de una maquinaria de corrupción que, a nivel nacional, se instaló desde el comienzo mismo de la presidencia de Néstor Carlos Kirchner, permaneciendo enquistada en nuestra República Argentina, sin solución de continuidad, durante más de doce años"

Podría dejarlo ahí porque la frase es suficientemente explícita pero como el tema todavía sigue sobre el tapete quizás valga la pena apuntar algunas perlitas.

Citando de memoria, durante esos 12 años se manipularon las estadísticas del INDEC para ocultar la magnitud de la inflación; el Estado perdió $ 200.000 millones por ineficiencia, corrupción y despilfarro; se pagaron 36.000 millones en sobornos (caso cuadernos y varios otros); Julio De Vido manejó como ministro de Planificación $143.000 millones en todo tipo de contratos públicos con sobreprecios y algunos que se pagaron íntegramente sin haberse realizado las obras; las exportaciones cayeron un 25%; en el país se generó la mayor presión tributaria de toda su Historia; la deuda del Estado por servicios impagos llegó a cifras siderales; el Centro Cultural Kirchner llegó a tener 600 empleados sin funciones asignadas; en la Secretaría de Comunicación Pública tenían 500 personas contratadas repartidas en tres oficinas, sin tareas asignadas; el padrón de jubilados tenía 400.000 personas fallecidas por las que se pagaban servicios de salud; los subsidios arbitrarios e incontrolados representaron 150.000 millones de dólares; con la devaluación de 2014 la economía entró en recesión y los precios se dispararon. El efecto fue un aumento de casi cuatro puntos de pobreza; al final del mandato había entre un 20 y un 25% de pobres y un 8% de indigentes.

A todo eso súmenle los proyectos ridículos que nunca se concretaron inventados más que nada para justificar movimientos de plata y promover la imagen del gobierno. De estos anuncios con bombos y platillos de proyectos y planes que murieron en el anuncio recuerdo: a la compañía aérea LAFSA que nunca terminó de levantar vuelo; al gasoducto a Bolivia; a las 600 estaciones de servicio para vender nafta venezolana; al gasoducto a Venezuela de 8.000 km de largo; a los 20.000 millones de dólares chinos de inversiones que nunca aparecieron; al teléfono celular "argenmovil" y a la tarjeta de crédito  "argencard" de Guillermo Moreno; al tren bala a Rosario anunciado por Ricardo Jaime; a la refinería General Mosconi II anunciada por De Vido el 28 de Diciembre de 2006 - Día de los santos Inocentes. ¿Se dan cuenta? ¡Hasta se dieron el lujo de tomarnos el pelo!

En materia de nombres recordaría a Julio de Vido, ministro de obras públicas y a José López, su secretario, el de los bolsos llenos de guita que trató de esconder en un convento; a Claudio Uberti, el que estaba a cargo del vuelo en el que vino Antonini Wilson y su maletín lleno de guita venezolana; a Fulvio Madaro el del caso Skanska; a Ricardo Jaime, el involucrado en la tragedia del Once y varios otros casos; Rudy Ulloa el casi "ahijado" de Néstor Kirchner; Lázaro Baez, el de La Rosadita y la ruta del "dinero K"; Amado Boudou, el de la compra de la empresa Ciccone para la impresión de billetes;... y siguen las firmas.... De todos ellos, a pesar de varias condenas, el único que sigue preso es Ricardo Jaime.

Y, por supuesto, están los casos de la actual vicepresidenta. Cristina Fernández está procesada en 10 expedientes. El de las irregularidades en las operaciones a dólar futuro; el del famoso Memorándum con Irán que le costó la vida al fiscal Nisman; el del direccionamiento de obras viales para favorecer a Lázaro Báez;  el de la causa “Los Sauces” por retornos en las adjudicaciones de obras públicas; el de la causa "Hotesur" por lavado de dinero y asociación ilícita; el de los "Cuadernos" por asociación ilícita y cuatro casos más por irregularidades en el otorgamiento de subsidios a trenes y subtes, el envío de diarios y otros objetos a través de aviones oficiales desde Buenos Aires a Río Gallegos y el Calafate, el expediente en el que fue procesada por tener en su poder la carta de San Martín a O’Higgins y uno sobre cartelización de la obra pública. En todos estos casos todavía no está dicha la última palabra... si es que algún día algún juez se anima a pronunciarla sin que lo acusen de "lawfare".

El Gato Macri

Después de semejante desastre uno podría haber pensado que el siguiente presidente no tenía que hacer un gran esfuerzo para mejorar la situación. Podría haberlo pensado. Pero si lo hizo se equivocó.

Mauricio Macri, alias MacriGato, es un tipo que tiene una gran virtud y un solo defecto. Su gran virtud es ser el marido de Juliana Awada que realmente es muy bonita y fotogénica. Su único defecto es que, como político, no sirve ni para Subsecretario de Paseos y Parques Públicos. No sirve como político porque no entiende de política, no sabe de política y ni siquiera cree en la política. Pertenece a ese club de liberales dogmáticos que todavía se resisten con uñas y dientes a admitir que no es la política la que depende de la economía sino que, al revés, la economía es la que depende de la política.

No está solo en esto, por supuesto. Muchísimos politicastros argentinos – incluso varios que no se creen liberales y hasta casi todos los de la izquierda – piensan igual. Para todos ellos la economía es lo esencial y la política se arregla sola si la economía anda bien. Lamentablemente es justo al revés. La economía necesita decisiones acertadas, estrategias flexibles, consenso en los proyectos y confianza en la conducción. Sin eso no hay economía política que arranque y la razón es muy simple: para que haya una buena economía política tiene que haber primero una buena política económica aceptada y apoyada por la sociedad. De otro modo el porrazo está garantizado.

La Argentina al final del kirchnerato tuvo mala suerte. Venía de 12 años de fechorías de una patota que entendía bastante de política pero que después de rajarlo a Labaña no pegaba una en economía porque, para esa patota, la economía empezaba – y muchas veces terminaba – en el bolsillo propio. Cuando ya no hubo forma de sostenerlo, el país salió de eso solo para caer en los proyectos del MacriGato que algo de economía había aprendido al lado de papá pero que en materia presidencial tendría que haberse quedado como presidente de Boca Juniors.

Así le fue. Es decir: así nos fue. Se tomó deuda para pagar deuda. No se desmontó la columna vertebral de la patota kirchnerista y su sucursal piquetera. En el entorno de los gerentes generales que fueron llamados a formar equipo ninguno sabía realmente trabajar en equipo y varios ni siquiera querían trabajar en equipo. El resultado fue un desgaste inútil por desconfianzas y rencillas internas, más algunas operaciones no del todo claras – por no decir nada claras – dado que, como todo el mundo sabe, los CEO de las empresas tampoco pertenecen a la cofradía de las puras y castas carmelitas descalzas. 

Al final


Al final, terminamos con la patota kirchnerista de regreso en el gobierno con un Alberto Fernández que cada vez que abre la boca mete un gol en contra; una Cristina de vicepresidenta más preocupada por no ir en cana que por ayudar a gobernar; un Kicillof que no sabemos a qué se dedica aparte de coleccionar furcios y repartir guita para comprar votos; una serie de piqueteros rentados que se posicionan donde les conviene o creen que les convendrá; una criminalidad común fuera de control que hasta el Rambo Berni no consigue dominar; mapuches que invaden e incendian; jueces zafaronianos abolicionistas que se derriten de ternura cada vez que detienen a un criminal; un dólar que no para de trepar; una deuda que genera cada vez más presión y que no se puede pagar así como la están negociando; cada vez más pobres; cada vez menos puestos de trabajo; mucho verso; muchas chicanas; cero proyectos; nada de alternativas; ninguna estrategia razonable y de Roma el papa argentino nos suplica que seamos misericordiosos. Y todos nos piden que votemos "bien".

¿Alguien me puede decir cómo es eso de "votar bien"?     

¿Cómo se puede votar bien en un sistema que no admite alternativas válidas? ¿Qué es votar bien en un entorno en el que a lo sumo podría eventualmente llegar a ganarse una banca entre 257 diputados? ¿Para qué sirve eso en la práctica? ¿Para el más que hipotético caso de un empate tan exacto que el voto de una banca sola pueda desequilibrar la balanza – suponiendo que esa banca solitaria resista la presión de una Banelco y toda otra clase de presiones y amenazas?

Lo lamento. No hay forma de votar bien.

Una pileta de natación no se desagota echándole agua. Un sistema basado en votos no se derriba con votos. Un sistema sostenido por partidos políticos y candidatos que viven del sistema no se elimina legitimando al sistema votando por los candidatos de esos partidos políticos. 

Se derriba quitándole los fundamentos culturales que lo sustentan y deslegitimándolo con una fuerte resistencia a avenirse a sus caprichos e imposiciones. El camino no es una urna y un papelito cada par de años. El camino es la revolución cultural y la resistencia civil.

Por supuesto que es un camino duro. Incluso llevará bastante tiempo. Pero la única alternativa a ese camino es sentarse a esperar que se pudra todo y se caiga a pedazos por sí mismo. Si opta por esta alternativa, vaya y vote por quien se le ocurra. Después cruce los dedos o vaya a la iglesia a rezar pidiendo un milagro.

De otro modo, simplemente quédese en casa y dedique su tiempo a formarse y a prepararse para resistir y persistir en una lucha cultural y política contra el sistema.


Quien lucha, puede perder; quien no lucha, ya perdió.
El trabajo y la lucha llaman siempre solo a los mejores.
Séneca


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NOTAS
https://www.eluniverso.com/noticias/2019/08/25/nota/7488120/corrupcion-deudas-herencia-kirchnerismo/)
http://www.primerafuente.com.ar/noticias/80310/para-bonadio-la-maquina-corrupcion-se-instalo-desde-comienzo-presidencia-nestor-kirchner
https://www.elojodigital.com/contenido/8315-%C2%BFquien-es-rudy-fernando-ulloa-igor
https://www.perfil.com/noticias/politica/nestor-kirchner-juicio-a-la-corte-lesa-humanidad-unasur-fmi-y-denuncias-de-corrupcion.phtm
https://chequeado.com/el-explicador/cfk-esta-procesada-en-11-casos-cuales-son-las-causas-en-su-contra/

8 comentarios:

  1. Excelente artículo!!!!
    Impecable reseña.
    Traduce la realidad.
    Votar bien???

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    1. Considero que la gente, la gran mayoria ha quedado entrampada en las sutiles tecnicas del lavado de cerebros que desde 1983 a la fecha se ha hecho mas que evidente. La juventud, otrora aguerrida y luchadora ha perdido el rtumbro y deambula en una mediocridad espantosa. Argentina es un barco sin timon solo esta a la espera de la coalicion final.Solo un milagro la puede rescvatar.

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  2. Por eso no hay que ir a votar, o votar en blanco, o nulo. Esa es mí opinión y la de muchos que ya se empezó a ver.

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  3. Excelente como siempre.un análisis claro y perfecto de toda la situación
    Qué Dios nos ayude
    Gracias Denes

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  4. Muy buena articulo, profesor Denes que opinas de Javier Milei, porque muchos jóvenes están siendo seducidos.

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    1. Liberalismo, marxismo, anarquismo, son todas variantes de una misma cosmovisión. A la larga no hay gran diferencia entre ellos más que ciertos grados de viabilidad temporal.
      Un cordial saludo.

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