martes, 19 de junio de 2018

NO VIVAS EN LA MENTIRA

Denes Martos
SOLYENITZIN Y LA MENTIRA

En septiembre de 1973 Alexander Solyenitsin terminó de escribir un texto titulado “No vivas en la mentira”, su último trabajo realizado en tierra rusa antes de ser arrestado y exiliado cinco meses después. Esta breve reflexión circuló de mano en mano en el interior de Rusia, siempre por los caminos de la clandestinidad. El lunes 18 de febrero de 1974 vio la luz en las páginas del Washington Post.

Alexander Solyenitzin
Han pasado 45 años desde que Solyenitzin escribió este texto. Y sin embargo, a pesar del casi medio siglo transcurrido, sus palabras tienen la misma vigencia que tendrían de haber sido escritas ayer. El mundo de la Unión Soviética contra el cual luchaba Solyenitzin ha desaparecido, derrumbado en parte por su propia inviabilidad intrínseca pero también, en buena medida por la acción de hombres y mujeres que, con honestidad y valentía, se atrevieron a no vivir en la Mentira.

No obstante, la Mentira ha sobrevivido. Ha cambiado de forma y mudado de ropaje. Se ha apropiado de un idioma menos autoritario y más simpático; más tentador, más "humanista" y, sobre todo, más "democrático". La dictadura del proletariado le ha cedido el paso a la dictadura de unos derechos humanos que protegen más a los criminales que a la sociedad de las personas honradas. La autocracia del partido político único, impuesto por la fuerza, le ha cedido el lugar a la democracia multipartidaria financiada por la tiranía autocrática de los plutócratas. Muchas cosas han cambiado; pero la Mentira sigue siendo esencialmente la misma. Propalada quizás con otras palabras, pero continúa siendo la misma expresión del mismo Mal.

Porque el Mal se impone a través de la Mentira, y la Mentira es el idioma preferido del Mal.

Por eso es útil repasar este mensaje de Solyenitzin. Lo escribió hace 45 años. Y recordemos que, apenas 17 años después de escritas estas líneas, el régimen contra el que luchaban Solyenitzin y sus camaradas se vino abajo con un enorme estrépito. Insisto: colapsó no solo por la lucha que reflejan las palabras de este gran escritor; hubo muchas otras cosas en juego. Pero en buena medida la lucha contra el Mal tuvo su éxito porque se lo combatió y, siendo combatido, no se pudo seguir propagando.

No me voy a cansar de repetirlo: el Mal que no se combate se propaga. Pero esto también tiene un corolario: para combatir el Mal una de las cosas más efectivas que se puede hacer es destruir su herramienta de propagación más eficaz: la Mentira.


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No Vivas en la Mentira

Alexander Solyenitzin
(Septiembre 1973)

Hace tiempo no nos atrevíamos ni a susurrar. Ahora [...] cuando nos juntamos [....] nos quejamos: ¿qué malas pasadas nos están jugando y a dónde nos arrastran? Alardeamos gratuitamente sobre los logros espaciales mientras existe pobreza y destrucción en casa. Respaldamos regímenes lejanos, no civilizados. Iniciamos la guerra civil. [...] ¿Existe alguna salida? Encima someten a juicio a quien les da la gana y meten a los cuerdos en los manicomios – siempre ellos, y nosotros permanecemos incapaces.

Las cosas casi han tocado fondo. Ya nos ha afectado a todos una muerte espiritual universal, y la muerte física pronto se inflamará y nos consumirá a todos y a nuestros hijos. Pero seguimos riéndonos cobardemente, igual que antes, y refunfuñamos sin mordernos la lengua. ¿Cómo podemos detener esto? ¿Carecemos de fuerza?

Nos han robado la esperanza, y nos han deshumanizado tanto que por una modesta ración de comida diaria estamos dispuestos a abandonar todos nuestros principios, nuestras almas, así como todos los esfuerzos que realizaron nuestros predecesores y todas las oportunidades para nuestros descendientes — con tal que no molesten a nuestra frágil existencia. Carecemos de firmeza, de orgullo y de entusiasmo. No tememos ni a la muerte universal por las bombas nucleares ni a una Tercera Guerra Mundial, y ya nos hemos refugiado en las grietas. Sólo tememos a los actos de valor civil.

Sólo tememos separarnos de la manada y dar un paso solos, y encontrarnos de pronto sin pan blanco, sin calefacción y sin estar empadronados [....]. Hemos sido adoctrinados en cursos políticos, y de la misma manera se fomentó la idea de vivir cómodamente, y que así todo vaya bien para el resto de nuestra vida. No es posible huir del entorno y de las condiciones sociales. La vida diaria condiciona el pensamiento. ¿Qué culpa tenemos nosotros? ¿Acaso no podemos hacer nada?

Pero podemos –podemos hacerlo todo. Nos mentimos a nosotros mismos a cambio de seguridad. No son ellos los culpables de todo –lo somos nosotros mismos, sólo nosotros. Se podría objetar que hasta un juguete puede pensar lo que quiera. Nos han amordazado. Nadie quiere escucharnos y nadie nos pregunta. ¿Cómo obligarles a escuchar? Es imposible cambiar su forma de pensar.

Ahora que las hachas han hecho su trabajo, cuando todo lo que se sembró ha brotado de nuevo, vemos cómo se equivocaron aquellos jóvenes presuntuosos que creyeron que a través del terror, de la rebelión sangrienta y de la guerra civil harían de nuestro país un lugar digno y feliz.

El círculo, ¿está cerrado? ¿Es que realmente no hay salida? ¿Es que lo único que podemos hacer es esperar de brazos cruzados? ¿Acaso puede cambiar algo por sí solo? Nada sucederá mientras sigamos reconociendo, alabando y fortaleciendo – y no dejamos de hacerlo –, el más perceptible de sus aspectos: la mentira.

Cuando la violencia se introduce en la vida pacífica su rostro brilla con
autoconfianza, como si llevase una bandera gritando: “Soy la violencia. Huye, déjame pasar. Te aplastaré”. Sin embargo la violencia envejece rápido, pierde la confianza en sí misma, y para mantener una cara respetable llama en su ayuda a la falsedad – cuando la violencia no puede posar su poderoso brazo ni todos los días ni sobre cada hombro, entonces sólo nos pide obedecer a la mentira y participar diariamente en la mentira. Toda la lealtad exigida descansa en esto.

Y la salida más simple y más accesible a la liberación de la mentira descansa precisamente en esto: ¡No estamos dispuestos a dispensar nuestra colaboración personal a la mentira! Aunque la mentira lo oculte todo y todo lo abarque, que no sea con mi ayuda.

Esto abre una grieta en el círculo imaginario que nos envuelve debido a nuestra inacción. Es la cosa más fácil que podemos hacer, pero lo más devastador para la mentira. Porque cuando los hombres renuncian a mentir, la mentira sencillamente muere. Como una infección, la mentira solo puede vivir en un organismo vivo.

No nos presionemos. No hemos madurado lo suficiente como para dirigirnos a las plazas a gritar la verdad o a expresar en voz alta lo que pensamos. No es necesario.

Es peligroso, pero debemos negarnos a decir lo que no pensamos. Y fijémonos en que nuestro sistema es el más sencillo y accesible que puede suplir la cobardía hipertrofiada que padece nuestro organismo; mucho más fácil (aunque parezca exagerado afirmarlo) que la desobediencia civil [....].

Nuestra consigna es: “No patrocinemos la mentira a sabiendas, con ningún pretexto”. Y una vez adquirida plena conciencia de los límites de la mentira, para que resulte claramente discernible a todos,  abjuremos de ella, alejándonos de su perniciosa influencia. Si no uniésemos los huesos muertos y los peldaños de la ideología, si no cosiéramos sus trapos podridos, nos asombraríamos de lo rápido que la mentira quedaría desamparada y desaparecería.

Lo que estuviera desnudo aparecería entonces desnudo ante el mundo entero.

De modo que cada uno, en su intimidad, debe realizar una elección: o seguir siendo siervo de la mentira voluntariamente –por supuesto, no queda fuera la inclinación a mentir, pero otra cosa es alimentar a la familia, educando a los hijos en el espíritu de la mentira–, o despreciar la mentira y volverse un hombre honesto y digno de respeto tanto para los hijos como para los contemporáneos.

Por eso, a partir de ese momento cada uno de nosotros:
  1. No escribirá, firmará o imprimirá por ningún medio una sola frase que, en su opinión, deforme la verdad.
  2. No dirá esa misma frase ni en público ni en privado, ni por sí mismo ni por instigación de otro, ni como agitador, profesor, educador, ni siquiera como actor.
  3. No representará, adoptará o difundirá una sola idea que considere falsa, o que distorsione la verdad, ya sea a través de la pintura, la escultura, la fotografía, la técnica o la música.
  4. No citará fuera de contexto, ni oralmente ni por escrito, solo por complacer a alguien, o para enriquecerse, o por lograr éxito en su trabajo, una idea que no comparta o que no refleje con precisión el asunto en cuestión.
  5. No se obligará a asistir a manifestaciones o a reuniones contra su voluntad, y tampoco levantará ningún cartel o eslogan que no acepte completamente.
  6. No levantará la mano para votar a favor de una propuesta con la que no simpatice sinceramente, ni votará públicamente o en secreto a quien considere indigno o dude de sus capacidades.
  7. No se obligará a asistir a una reunión en la que quepa esperar una discusión forzada o distorsionada de una cuestión.
  8. Abandonará inmediatamente cualquier reunión, sesión, conferencia, representación o película en la que el orador mienta, distribuya estupideces ideológicas o propaganda desvergonzada.
  9. No se suscribirá ni comprará ninguna publicación en la que la información sea deformada o donde los hechos principales sean ocultados.

No hemos enumerado, desde luego, todas las desviaciones posibles y necesarias de la falsedad, pero una persona que se vaya purificando fácilmente sabrá distinguir otros supuestos.

No. Al principio no será igual para todos. Algunos, al principio, perderán sus empleos. Los jóvenes que quieran vivir en la verdad tendrán, al principio, muchas complicaciones, porque se exigen declaraciones llenas de mentiras, y es necesario elegir.

Pero no hay ninguna escapatoria para alguien que quiera ser honesto. Todos los días, cualquiera de nosotros tendrá que enfrentarse con al menos una de las situaciones que acabamos de mencionar, incluso si es investigador en la más exacta de las ciencias. Verdad o falsedad: libertad o servidumbre espiritual.

No dejemos que quien no sea lo suficientemente valiente como para defender su alma se sienta orgulloso de sus opiniones “progresistas”, no le dejemos alardear de que es un académico o un artista, o una figura reconocida, o un general, más bien dejémosle decirse a sí mismo: "pertenezco a la manada y soy un cobarde, pero me da igual mientras esté bien alimentado y caliente".

Incluso este camino, que es el más modesto dentro de las posibilidades de la resistencia, no será fácil para nosotros; pero es más fácil que la autoinmolación o la huelga de hambre: las llamas no rodearán tu cuerpo, tus ojos no estallarán por el calor, y al menos siempre habrá pan negro y agua limpia para tu familia. [...]

¿Consideras que no será fácil? Sin embargo, es la posibilidad más sencilla. No será una decisión fácil para el cuerpo, pero sí lo es para el alma. No, no es un camino fácil, pero ya existen muchísimas personas que durante años han mantenido estos principios y viven por la verdad.

No serás el primero en tomar este camino, te unirás a los que ya lo han iniciado. Será más sencillo y más corto para todos nosotros si lo tomamos juntos y sumamos nuestros esfuerzos. Si somos miles de personas no podrán hacernos nada. Si somos decenas de miles cambiará el rostro de nuestra tierra.

¡Si no nos atrevemos a protestar airadamente porque nos impiden respirar, somos nosotros mismos los que nos estamos ahogando![...]

Y si nos acobardamos, incluso después de haber dado este paso, entonces es que somos inútiles e indignos, y se nos podrá lanzar a la cara el desprecio de Pushkin:

“¿Por qué debería tener el ganado los regalos de la libertad?
Su herencia, generación tras generación, es el yugo y el látigo” » .




sábado, 9 de junio de 2018

PUTIN (Otra Vez)

Si una nación no es capaz de
preservarse y reproducirse,
si pierde sus valores e ideales vitales,
entonces no necesita enemigos extranjeros;
se derrumbará por sí misma.
Vladimir Putin

Política y criterios de análisis

Nadie puede negar que Vladimir Putin es un sujeto interesante. Fuera de Rusia, las opiniones sobre él son tan contradictorias como variadas: desde quienes lo consideran como el último defensor de los auténticos valores de Occidente, hasta quienes ven en él solo un hábil agente de la ex-KGB que, en el fondo, no es más que un comunista encubierto.

Vladímir Vladímirovich Putin
Presidente de la Federación Rusa
Quizás haya una pizca de verdad en ambas opiniones y, al mismo tiempo – desde el momento en que una pizca nunca lo es todo – lo más probable es que ambas apreciaciones estén completamente equivocadas. En rigor de verdad, a mí en lo personal el sujeto me interesa más que nada como un muy buen ejemplo de una categoría política que algunos llaman "pragmatismo " y otros "Realpolitik". Por mi parte prefiero llamarlo simplemente "política práctica" entendiendo por eso un criterio de toma de decisiones políticas sumamente independiente de ideologías – aunque no necesariamente independiente de ideas y, dado el caso, incluso de ideales – pero, en lo fundamental, completamente alejado de cualquier fantasía utópica. Y eso es lo que lo hace difícil de entender, sobre todo en un ambiente político que todavía se maneja con las categorías políticas del Siglo XX.

Hace ya un par de días surgió una discusión bastante interesante que ilustra casi a la perfección como es que NO debe hacerse un análisis político, como es que NO debe juzgarse a una figura política y como es que se termina NO comprendiendo lo que sucede hoy en el ámbito de la política internacional que, según unos cuantos grandes políticos que ha tenido la Historia de Occidente, vendría a ser el ámbito de la "verdadera" política.


Una discusión amistosa

El tema arrancó cuando un amigo publicó la siguiente cita del Ministro de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa, Sergei Lavrov:
"Estamos particularmente agradecidos a nuestros socios argentinos por la colaboración para luchar contra la glorificación del nazismo. El programa de mi visita estipula la apertura de la exposición documental "Holocausto: destrucción, liberación, rescate" en el Congreso Nacional de Argentina dedicada a la hazaña de los soldados soviéticos que salvaron las vidas de miles de prisioneros de campos de concentración. Es alentador que el recuerdo se mantiene vivo en Argentina."
A lo cual mi amigo le agregó el comentario de: "El pez por la boca muere" en obvia alusión a una supuesta coincidencia de la política rusa con los intereses israelíes.

A partir de allí se armó una discusión en todos los colores y todos los matices con, curiosamente, bastante poca – por no decir nula – referencia a las declaraciones de Lavrov pero una constante referencia a Putin. La discusión tuvo de todo; desde algunos (dos o tres) que tratamos de explicar el posible criterio que guía a Putin en su política exterior, pasando por algunos (pocos) que directamente respaldaban a Putin como defensor de los intereses de Rusia y terminando con (una mayoría de) nacionalistas locales empecinados en querer entender la política actual a partir de las publicaciones de Sergei Nilus de principios del S.XX cuando el Estado de Israel era todavía solo un producto de la imaginación de Moses Hess, Leo Pinsker y Teodoro Herzl. Tal es así que hasta en un momento la cosa se fue por las ramas con un largo excurso sobre ucranianos, Stepan Bandera, Nietzsche, movimientos europeos identitarios y temas varios conexos.

Serguei Lavrov
De modo que empecemos por el principio; es decir: por las declaraciones de Lavrov.

El pasaje arriba citado es un fragmento de 69 palabras sobre unas 5.100 que constituyen el total de una entrevista que Clarín publicó el 18/05/2018 en su página web. [1]  De modo y manera que ya de entrada tenemos lo siguiente:

1)- El fragmento citado representa algo así como el 1.35% del total de lo que Lavrov dijo.

2)- El resto se refiere a:
  • La reunión de cancilleres del G20.
  • Las relaciones actuales entre Rusia y Argentina (tema de donde procede la cita).
  • El enfrentamiento entre EE.UU. y Rusia,
  • La posible vuelta a la Guerra Fría con el papel de América Latina en el contexto,
  • Las acusaciones del envenenamiento de Serguei Skripal y el conflicto de Rusia con Gran Bretaña,
  • El retiro de Trump del acuerdo nuclear con Irán,
  • El acercamiento entre Corea del Norte y Corea del Sur,
  • El tiempo previsto para la presencia rusa en Siria,
  • Las perspectivas de una cooperación entre el Mercosur y la Unión Económica Euroasiática y...
  • (¡por supuesto!)....  el próximo mundial de fútbol.  
3)- La entrevista a Lavrov fue realizada por Natasha Niebieskikwiat, una periodista de ascendencia judeo-polaca [2] y de origen cubano [3] que trabaja en Clarín desde 1993 y para quien las Malvinas son una "colonia británica que reclama la Argentina" [4]. Amiga del extinto fiscal Nissman, [5]  Niebieskikwiat es miembro del CARI, [6] que es la filial local del Council on Foreign Relations (CFR) norteamericano [7] y autora de Lágrimas de Hielo que es – o al menos pretende ser – "una investigación sobre los abusos y torturas sufridos por los soldados argentinos de sus propios superiores durante la guerra de Malvinas" [8]
No se enojen conmigo, pero si es por creerle a la fuente, yo a Clarín le desconfío y a la Natasha no le creo ni la hora aun cuando admitamos que, con Lavrov, tanto Clarín como la Niebieskikwiat se deben haber cuidado al menos un poco porque, como todo el mundo sabe, el Kremlin no deja que las palabras de un Lavrov se tergiversen impunemente.

4)- De hecho, si uno pone las escasas 69 palabras de Lavrov bajo la lupa, realmente no encuentra nada que no sea lo esperable de un diplomático ruso. En primer lugar, la referencia al holocausto es indirecta: es el título de la exposición; no una andanada de Lavrov en defensa o exaltación de la Shoah. Lo que Lavrov desaprueba es la "glorificación del nazismo" y lo que subraya es "la hazaña de los soldados soviéticos que salvaron las vidas de miles de prisioneros de campos de concentración". [9] Esto incluso coincide bastante bien con el subtítulo de la exposición que es: "destrucción, liberación, rescate" en dónde es obvio que, para el ruso, el énfasis está puesto sobre "liberación" y "rescate" porque lo de la "destrucción" se supone que debe correr por cuenta de los alemanes; aunque no sea tan así.

Pues bien, para llegar a partir de estos datos a la conclusión de que "el pez por la boca muere" el error que se comete es bastante común y, por desgracia, bastante típico del nacionalismo argentino desde siempre. Consiste, en no tratar de entender y comprender el real significado de un determinado mensaje, documento o dato, sino en ir y buscar – dentro del mensaje, documento o dato – algo que se condiga con una certeza establecida de antemano. Es el típico error que se comete por la inclusión de una opinión adelantada sobre la base de una interpretación forzada.

Otra forma de llamarlo es error por presunción. Funciona al estilo de un "no importa lo que dijiste; yo sé muy bien lo que en realidad quisiste decir". Es como cuando una persona, en una exposición cualquiera sobre geografía, lanza la frase de "a lo largo y a lo ancho del planeta", sobre lo cual algún partidario de la teoría de la tierra plana salta inmediatamente como leche hervida para señalar: "¿Oyeron lo que dijo? ¡Está reconociendo que la tierra es plana! ¡Un planeta redondo no tiene ni largo ni ancho!". O como cuando alguien menciona la palabra "reptil" en relación a un sujeto que es particularmente repulsivo por su comportamiento arrastrado, o por su oratoria venenosa, y alguno de los que escuchan inmediatamente grita que se ha hecho una referencia a los reptilianos de David Icke.

Los rusos y los alemanes

Para entender – o al menos para tratar de entender – a la política rusa actual lo que hay que hacer es no empezar con Putin y, menos que menos, quedarse solamente con su gestión. El tema es muchísimo más complicado y antiguo de lo que superficialmente parece.

Molotov(izq.) y Ribbentrop(der.)
Moscú, 23 de agosto de 1939
Para empezar: en toda Rusia no van a encontrar ustedes a muchas personas que, por decirlo suavemente, simpaticen con los alemanes. Por más nacionalista y por más nacionalista-y-socialista que sea el ruso, para él nacionalismo y socialismo son dos cosas. Los alemanes son una tercera. Incluso propuestas rusas relativamente recientes como la de Alexander Dugin que especula con una "Cuarta Teoría Política", girando alrededor de las distintas interpretaciones posibles de un nacional-bolchevismo o un socialismo-nacional a la rusa, no tienen absolutamente nada que ver (y es más: ni siquiera quieren tener algo que ver) con el nacionalsocialismo alemán al cual Duguin incluso cataloga dentro de la categoría de los "fascismos" y lo declara definitivamente fracasado y superado. Dicho sea de paso, hay algo que más vale que todos se metan en la cabeza: Duguin no es el "ideólogo" de Putin. No lo es por una sencilla razón; Putin no tiene ideólogos.

Pero todo esto viene de algo que es muy anterior a Putin, a Duguin e incluso a Gorbachov, la perestroika y la glasnost. Esto tuvo su origen allá por la época de Stalin cuando el astuto georgiano se decidió a dejar hibernar su particular socialismo-en-un-solo-país en el frío de un temporal congelamiento publicitario y se convenció de que tenía más chances de ganar – y también más para ganar – del lado de los capitalistas que del lado de los "fascistas". Ese día Stalin se olvidó rápidamente del Pacto Ribbentrop-Molotov,  giró 180 grados y, previo arreglo con los plutócratas internacionales que antes habían apoyado a Trotzky, se convirtió en el "Uncle Joe" [10] de Roosevelt, Churchill y todos los politicastros de Nueva York y Londres.

En forma adicional, habiendo sido educado originalmente en un seminario, Stalin sabía que, para llevar los hombres a cualquier combate, hace falta una fuerte motivación interior, una sólida fe en la legitimidad de la causa propia y una firme decisión de vencer. Sabía, además que lo de la "lucha internacional del proletariado" y las consignas usuales de la mitología de la liberación marxista-leninista no serían, pero ni por asomo, suficientes para despertar en las masas combatientes ese entusiasmo y esa fe. Hacía falta más. Hacía falta una motivación real, más profunda; incluso mística. De ese modo, gracias a su perspicacia infernal (en el sentido estricto del término), nació en su cerebro la idea de convertir esa guerra en una cruzada nacional contra Alemania. Así, cuando los alemanes invadieron Rusia el 22 de junio de 1941, el Pravda ya tenía preparado su titular de antemano y al día siguiente convocó a "La Gran Guerra Patriótica". [11]

Para entender muchas cosas acerca de los rusos actuales este punto es insoslayable. Desde 1941 hasta hoy, 2018, han pasado 77 años. Los jóvenes que tenían 20 años en 1941 deberían tener 97 años hoy, si es que queda alguno de ellos todavía. Pero los hijos de esos hombres, nacidos entre 1941 y 1945, tienen entre 77 y 73 años por lo que unos cuantos aun viven. Y los nietos nacidos, digamos alrededor de 1955/1960, son adultos de unos 58/63 años con voz, voto, decisión y eventualmente incluso alguna magnitud de poder en la Rusia de hoy. Putin tiene hoy 65 años; cumplirá 66 en Octubre.

Vayan ahora y díganle a toda esa gente – sobre todo a los descendientes y familiares de los 26 millones de muertos que tuvo la Unión Soviética [12] – que sus padres y sus abuelos pelearon y murieron en una guerra equivocada, del lado equivocado y por la causa equivocada.  Por más que yo crea que, efectivamente, eso fue lo que pasó, no iría a Rusia a decirlo sin una buena custodia y razonables garantías de salir con vida del entuerto. Y en cuanto a Putin, está bien que tenga una buena custodia y también bastantes buenas garantías de llegar hasta el helicóptero. Pero, si alguna vez hubiese dicho algo así, en Rusia no lo hubiera votado ni su mamá y, más a la corta que a la larga, alguien hubiera terminado ofreciéndole una taza de té suavemente aromatizado con una pizca de polonio. Y el hombre lo sabe. No puede no saberlo. A esa cocina la conoce por dentro.

Los rusos actuales y su Historia

Para el ruso promedio actual, la victoria rusa de 1945 sobre Alemania es algo así como la reiteración de la victoria de 1812 sobre Francia. Para él, la Historia de la Segunda Guerra Mundial se resume a que Rusia fue atacada por Alemania; al principio las cosas no fueron nada bien para Rusia pero, a costa de enormes esfuerzos y sacrificios, la Madrecita Rusia se repuso, expulsó a los germanos de su territorio y terminó corriéndolos hasta Berlín aprovechando la oportunidad para ocupar media Alemania y prácticamente toda la Europa Oriental.

Es una explicación muy simplista, por supuesto. Pero ¿a quién demonios le importan las complejidades y las sutilezas cuando se trata de una "Gran Guerra Patriótica"?

Compruébenlo por ustedes mismos. El título de la canción que pueden escuchar en el video más abajo es: "La Guerra Sagrada". Fue cantada por primera vez cuatro días después del ataque alemán, el 26 de junio de 1941, en una estación ferroviaria de Moscú por el Coro del Ejército Rojo y todavía hoy – como ustedes mismos pueden apreciar en el video – muchos rusos la valoran como un himno de guerra nacional. Observen como aún hoy todo el teatro se pone espontáneamente de pie cuando comienzan los primeros compases. 



Esta versión con subtítulos da una idea (algo "suavizada") de lo que es la letra. Para los alemanes es tanto una bofetada como una patada en el bajo vientre. Para los no-alemanes tampoco es lo que llamaríamos poesía épica ni nada parecido. Es una brutal llamada a combatir y a matar en el más puro estilo stalinista, solo que puesta en el contexto de una "Gran Guerra Patriótica". Baste con reproducir la última parte. Según los subtítulos del video sería: 

                   Pongamos una bala en la frente de los parásitos fascistas
                   Hagamos un fuerte ataud para tal raza
                   Que nuestra ira los azote como una ola
                   Es una guerra del Pueblo, es una Guerra Sagrada

No obstante, en el video la letra está un tanto "lavada". Si consultan la Wikipedia se encontrarán con que la traducción de las primeras dos estrofas es:

A la podrida inmundicia fascista le meteremos una bala en la frente.
¡Para tal escoria, forjaremos un ataúd! [14] 
Para el público del concierto, así como para la enorme mayoría de los rusos actuales esa "Gran Guerra Patriótica" fue una enorme victoria. Lo que esos rusos están pensando mientras escuchan las canciones de la Segunda Guerra Mundial, es algo parecido a.... "vinieron, nos atacaron, contraatacamos, los corrimos y les dimos una tremenda paliza. ¡Rusia es inconquistable! Pregúntenle a Napoleón. Pregúntenle a Hitler. ¡Hurrah!" Fin de la discusión. Iván, Sergei, Svetlana y Olga no necesitan más explicaciones. Cuando cada 9 de Mayo ven desfilar a su ejército por la Plaza Roja de Moscú, el corazoncito se les hincha hasta dimensiones cósmicas y se creen invencibles.  ¿Que son unos tontos de remate en creerse tan invencibles? Sí, por supuesto. Pero vaya Usted, plántese en medio de la Plaza Roja uno de esos 9 de Mayo y dígaselos en la cara. ¿Se animaría?

Pues entonces ¿por qué se pretende que lo haga Vladimir Putin?

A propósito: ¿Cuándo escucharon ustedes por última vez la Marcha de las Malvinas en un desfile militar?

Putin, Solyenitzin y el antisemitismo

Y en cuanto al tema del antisemitismo y los judíos, a un ruso difícilmente haya que darle largas y complicadas explicaciones en lo referente a esa cuestión. Una de las últimas grandes obras de Solyenitzin que lleva el título de "Doscientos años juntos" explica con lujo de detalles y abundancia de documentación la complicada convivencia de rusos y judíos durante los últimos dos siglos, es decir: durante la época de la Rusia zarista y luego en la Unión Soviética. [15]

Tanto más significativo se vuelve el gesto de Solyenitzin que rechazó  varios premios y se mostró sumamente escéptico frente a Yeltsin y las autoridades emergentes del colapso soviético hasta que, apenas unos cuatro meses después de haber asumido por primera vez como Presidente de la Federación Rusa, Putin fue personalmente a visitarlo a su casa de Tróitse-Lykovo en septiembre del 2000 [16] y a partir de la larga conversación que tuvieron en aquella oportunidad, ambos llegaron a entenderse.

Vladimir Putin y Lyudmila Putin en la casa de Alexander Solzhenitsyn y Natalya Solzhenitsyn.
Agosto 2000

Lo más notorio de esta entrevista es que no se trató de algo protocolar entre un presidente y un escritor famoso. Fue una entrevista familiar. Putin fue con su esposa, Lyudmila, y fueron recibidos por Solyenitzin y su esposa Natalya. Quienes conocen los protocolos, escritos y no escritos, de las costumbres de Europa Oriental sabrán la diferencia que hay cuando un hombre invita al otro con su esposa y cuando se trata simplemente de una invitación de compromiso para una sola persona.

Pero eso no fue todo. Seis años más tarde, en 2006, Solyenitzin, el hombre que había rechazado premios y honores, el hombre que había sufrido lo indecible en el campo de Kolimá [17] y otras tenebrosas islas del Archipiélago Gulag, el hombre al que nadie tenía que darle clases sobre los métodos de la KGB, aceptó recibir de manos de Putin – un ex-KGB del servicio exterior soviético – el Premio Estatal de la Federación Rusa para la actividad humanística.

Putin entrega a Solyenitzin el Premio Estatal de la Federación Rusa

Y cuando el escritor falleció en Agosto de 2008, la máxima autoridad rusa que concurrió a su entierro llevando un gran ramo de flores fue, precisamente, Vladimir Putin.

Putin en el sepelio de Solyenitzin

Cuando me encuentro con comentarios sobre las supuestas actividades de Putin en Alemania como miembro del equipo de Relaciones Exteriores de la KGB que lo involucran en "torturar alemanes" y lindezas por el estilo, no puedo menos que recordar su relación con Solyenitzin. Porque si hubo alguien que conoció el submundo de "los servicios", o "los organismos", soviéticos [18], con todos sus vericuetos y anécdotas, ese alguien fue Alexander Solyenitzin. Y si Putin hubiera encuadrado en el clásico papel de verdugo de la KGB, Solyenitzin no solo no lo hubiera invitado jamás a su casa, no solo nunca hubiera aceptado de sus manos un premio que ya había rechazado varias veces, sino que no le hubiera dado ni los buenos días. Y que nadie me venga ahora con el cuento de que por esos años Solyenitzin ya era un viejito gagá que no sabía lo que hacía. El hombre estuvo más que lúcido hasta prácticamente sus últimos días y, aun si hubiera tenido algún momento de ofuscación senil, su esposa Natalia Dmitrievna Svetlova [19], una matemática con un cerebro afilado como una navaja y 21 años menor que él, nunca le hubiera permitido cometer errores demasiado gruesos.

De cualquier manera que sea, no creo equivocarme por mucho cuando digo que entre la opinión de Alexander Solyenitzin y Natalia Svetlova sobre Putin y la opinión de varios de sus más que superficiales críticos, prefiero quedarme con la opinión de los Solyenitzin. Al menos ellos sabían de qué y de quién estaban hablando.

Putin y los judíos

Por último, considerando la relación de Putin con el autor de Doscientos años Juntos se vuelve inevitable tratar también el tema de la relación de Putin con la colectividad judía de Rusia.

Hay una gran cantidad de anécdotas sobre la actitud de Putin para con individuos judíos y la comunidad judía rusa en general. [20] Está, por ejemplo, la historia de Mina Yuditskaya Berliner, la maestra de alemán que Putin tuvo en el colegio secundario. Putin la visitó cuando estuvo en Israel en 2005 y, entre varias otras atenciones, incluso le regaló un departamento para que pudiera vivir tranquila durante sus últimos años. [21]

Mina Yuditskaya Berliner
La maestra de alemán de Putin adolescente

También se cuenta que Putin lloró a lágrima viva cuando falleció Anatoly Rakhlin, su entrenador de judo al que consideraba prácticamente como un "segundo padre". De hecho, después del funeral de Rakhlin, Putin rechazó el automóvil y la custodia para irse caminando solo por el cementerio. [22] Dicen que pasó un buen tiempo sin querer ver a nadie. También está la anécdota de su afecto por una familia de judíos religiosos pobres que vivían en su mismo edificio de departamentos y que se ocuparon de él durante su adolescencia. Otros amigos de Putin de larga data son Arkadi y Boris Rotenberg, viejos compañeros de judo de cuando los tres no eran todavía más que unos jovenzuelos callejeros atorrantes

Putin, el atorrante,
en 1967, a los 15/16 años

En la actualidad el círculo de judíos en contacto con Putin incluye toda una galería de personajes.  Están, por ejemplo, Moshe Kantor, propietario del Grupo Acron, un líder mundial en fertilizantes  y Lev Leviev, un comerciante de diamantes. En la lista figuran también Roman Abramovich, el magnate petrolero y del aluminio, así como el jeque industrial Viktor Vekselberg. Un caso interesante es también el del rabino ultra-ortodoxo Berel Lazar de la comunidad jasídica Chabad-Lubavich que se convirtió en el Gran Rabino de Rusia gracias a que Putin lo apoyó decididamente en su pugna contra otras organizaciones judías tales como el Congreso Judío Ruso, presidido por Vladimir Gusinsky, y el Congreso de las Organizaciones y Asociaciones Judías de Rusia, liderado por el rabino Adolf Shayevich.

El periodista judeo-ruso Anton Nossik, que regresó a Rusia desde Israel en 1997, afirma que Putin no es antisemita pero no por ello deja de señalar que, aun así, "si alguien es judío y se cruza en el camino de Putin, terminará aplastado sin miramientos". [23] Y, muy probablemente, esto está bastante cerca de la verdad. Putin no se dedica a perseguir judíos ni a fomentar una especial enemistad con ellos; pero quienes le disputen el poder y lo enfrenten, quienes traten de debilitar el poder y la autoridad soberana del Estado, sean judíos o no, más vale que se preparen para afrontar las consecuencias.

Putin reunido con Berel Lazar (a la izquierda)

Y hubo varios judíos que lo intentaron y no les fue nada bien. El primer magnate judío "aplastado" por Putin fue el ya mencionado Vladimir Gusinksy, quien además de presidente del Congreso Judío Ruso fue vicepresidente del Congreso Mundial Judío y un poderoso dueño de medios de difusión que trató de sabotear la guerra de Rusia contra la sublevación de Chechenia. No le resultó. En Julio de 2000, después de una serie de arrestos y negociaciones, Gusinsky tuvo que abandonar Rusia para siempre. Quienes critican a Putin por su relación con Berel Lazar quizás pasan por alto el hecho que a cambio del decisivo apoyo que se le brindó a Lazar y a una comunidad judía ortodoxa y claramente identificable como la Chabad Lubavich, Putin se arrogó el derecho de expulsar de Rusia nada menos que al vicepresidente del Consejo Judío Mundial. No hice la lista detallada de cuantos presidentes y candidatos argentinos peregrinaron mansamente a los Estados Unidos para solicitar el apoyo y la aprobación de ese Consejo. Pero si mal no recuerdo fueron unos cuantos y, en contrapartida, no recuerdo que Putin, después de echar a Gusinsky, le haya pedido perdón a nadie.
 
Otro que no tuvo suerte con Putin fue el "capo di mafia" Boris Beresovsky. La ironía de este caso es que fue justamente Beresovsky el que le sugirió a Boris Yeltsin que eligiera a Putin como sucesor. Lo que sucedió fue que, a medida en que Putin tenía éxito en consolidar su posición y su base de poder, Beresovsky – viendo que no lo podía manejar a su antojo – se fue convirtiendo en su más acérrimo enemigo y terminó lanzando una campaña para apartarlo del poder. El intento fracasó en toda la línea; Putin, por supuesto, no renunció pero Beresovsky tuvo que huir de Rusia y terminó "suicidándose" en Inglaterra en 2013.

Tampoco se puede dejar de mencionar el sonado caso de Mikhail Borisovich Khodorkovsky, el fundador de la petrolera Yukos de quien se dice que, hacia 2004, poseía una fortuna de alrededor de 15.000 millones de dólares.  Se enfrentó con Putin creyendo que con su poder económico conseguiría torcerle el brazo. Se equivocó. En 2003 fue acusado de evasión de impuestos y fraude. En Mayo de 2005 fue declarado culpable y condenado a nueve años de prisión. Cinco años más tarde, mientras se hallaba todavía purgando su condena, lo volvieron a acusar y, junto a su socio Platon Lebedev, lo hallaron culpable de malversación y lavado de dinero. Al final, Putin lo amnistió en Diciembre de 2013 y el sujeto se fue a vivir a Suiza. No obstante, las autoridades rusas volvieron a acusarlo en Diciembre 2015, esta vez por el homicidio de Vladimir Petukhov, el alcalde del pueblo petrolero de Nefteyugansk, asesinado en 1998. [24] Leonid Nevzlin, el segundo de Khodorkovsky en Yukos, también puso pies en polvorosa, se fue de Rusia y se refugió en Israel ni bien tuvo la oportunidad en 2003.

Pero la neutralización de Khodorkovsky no terminó allí. El Estado ruso, siguiendo una política enérgicamente restrictiva frente a las ONGs – especialmente para con las financiadas desde el exterior – prohibió dos ONGs,  Rusia Abierta, inscrita en Reino Unido, y su organización hermana Movimiento Cívico Rusia Abierta, ambas operadas por Khodorkovsky. Y no solo declaró ilegal toda asociación con ellas sino que, agregó al listado al Instituto para una Rusia Moderna, con sede en Estados Unidos y presidido por Pavel Khodorkovsky el hijo de Mikhail.

Otro que no tuvo suerte fue Geoge Soros. La justicia rusa sentenció que las actividades del Open Society Institute y la Open Society Institute Assistance Foundation constituían una amenaza para el orden y la seguridad nacional de Rusia. De este modo, ambos grupos fueron añadidos a la lista de organizaciones extranjeras indeseables en Rusia. [24-b] Desde la adopción de la ley rusa de ONGs varias de estas organizaciones, especialmente las relacionadas con intereses norteamericanos o israelíes, han sido incluidas en la lista de entes “indeseables”: la Fundación Nacional para la Democracia, la Fundación de Asistencia del Instituto para una Sociedad Abierta, la Fundación para una Sociedad Abierta, la Fundación Estados Unidos-Rusia para el Progreso Económico y el Estado de Derecho, el Instituto Internacional Republicano, el Fondo de Inversión para el Desarrollo de los Medios de Comunicación, y el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales.

En resumen

Putin no se dedica especialmente a eliminar o echar judíos.  Putin no es nacionalsocialista. Putin no imita a Hitler.  A Putin no le interesa el Holocausto porque, para él, eso es cosa de los alemanes y, según su opinión, los judíos, tal como lo expresó Lavrov, incluso le deberían estar agradecidos a los rusos porque "salvaron las vidas de miles de prisioneros de campos de concentración." Que unos cuantos de esos prisioneros prefirieron retirarse con los alemanes antes de ser "liberados" por los muchachos de Stalin es un detalle que a un ruso actual se le hace intrascendente. Al fin y al cabo no deja de ser comprensible: nadie quería ser arrastrado ante la NKVD después de su "liberación". En especial no querían ese tratamiento los soldados soviéticos prisioneros de guerra de los alemanes que, en una de las múltiples batallas de la guerra, se habían rendido a la Wehrmacht o a alguna unidad de las Waffen SS. Lo único que les esperaba al volver a casa era, o bien una bala en la nuca, o bien un pasaje directo a alguna isla del Gulag en Siberia. Para la URSS un soldado que se había rendido a los alemanes era, simplemente, un traidor.

Putin tampoco se considera a sí mismo como el paladín defensor de los eternos valores de Occidente aun cuando en algunos sentidos puede llegar a ser considerado como tal por comparación con los increíblemente decadentes politicastros y supuestos líderes sociales que han hundido en una ciénaga de corrupción, degradación y hasta de degeneración a toda la cultura occidental. En ese sentido quizás a Putin se le pueda aplicar lo que Perón solía decir de su propia gestión: "No es que nosotros seamos tan buenos, sino que los demás son peores".

En cuanto a lo ideológico, Putin no es ni liberal, ni capitalista, ni comunista, ni fascista. Es ruso. Personalmente pienso que no hay ideología que le interese demasiado, más allá de que se resista a tirar a la basura la Historia de Rusia de la mayor parte del Siglo XX.

Por lo demás también hay que tener presente un gran detalle que siempre se pasa por alto: Putin no es el presidente de Rusia. Putin es el presidente de la Federación Rusa, que no es para nada lo mismo.

La Federación Rusa es el organismo político geográficamente más extenso del mundo. [25] Poblada por cerca de 130 millones de habitantes, se halla dividida en 85 "sujetos federales" de los cuales 21 son repúblicas federadas. Alberga a cerca de 200 nacionalidades y/o etnias diferentes [26] que incluye a rusos, tártaros, ucranianos, bashkirios, chuvashes, chechenos, judíos, armenios y varios más que, para colmo, hablan diferentes idiomas. Si bien el ruso es el idioma oficial, en la Federación se hablan cerca de 100 lenguas diferentes todas ellas, de la familia indoeuropea, incluidos los grupos eslavo, iranio, yídish, romaní, lenguas altay, tungus-manchu, urales, caucásicas y otras. Encima de ello, también se hablan algunos idiomas que son titulares en otros Estados como ser: ucraniano, bielorruso, kazajo, kirguiz, azerí, alemán, letón, búlgaro, finlandés, estonio, armenio, georgiano, griego, etc. [27] Es absolutamente imprescindible tener esto presente al momento de querer entender la política rusa, incluso su política para con los judíos. Rusia no es un país. Rusia es un imperio. Siempre lo ha sido. Siempre lo será; no importa la forma de gobierno que se adopte, quien se ponga al frente de su Estado siempre tendrá que gobernar a centenares de etnias y pueblos que hablan diferentes idiomas e incluso practican diferentes religiones. Y en este último sentido será mejor no olvidar que, aparte del cristianismo ortodoxo y otras formas de cristianismo, la segunda religión más importante de la Federación Rusa es el Islam. [28]

Para entender a Vladimir Putin – no para ser su partidario ni para apoyarlo de un modo fanático sino simplemente para entenderlo – lo mejor que se puede hacer es pensar dónde estaría Rusia ahora si desde el 2000 hasta hoy, al frente de su Estado en lugar de Putin hubieran estado Fernando de la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodriguez Saa, Eduardo Caamaño, Eduardo Duhalde, Nestor Kirchner, Cristina Fernandez de Kirchner y Mauricio Macri.

Y si alguno viajara para el mundial...

Martín Repetto
Chef argentino del Ukraina de Moscú
Martín Repetto es un argentino, ex chef del Llao Llao, que hace ya unos cuantos años trabaja en el Hotel Ukraina de Moscú, uno de los más importantes de toda la ciudad. Conoce muy bien el paño y sabe de lo que habla. Su opinión sobre Putin es bien positiva: "Eso de que Putin es un dictador es cosa de los gringos. Putin no es un dictador, es un general manager. Si nosotros tuviéramos un presidente como Putin seríamos una potencia."

Si bien es obvio que Martín se siente muy cómodo allá, la pura verdad es que no sé si me gustaría vivir en Moscú. Creo que a la larga no lo soportaría y me pregunto hasta cuando lo va a soportar Martín.  Leyendo la entrevista que le hizo Sebastián Fest [29] uno se da cuenta de que, como dirían los brasileños, el muchacho tiene una enorme "saudade" de la Argentina.  Pero también dice cosas interesantes que le pueden venir muy bien a los argentinos que vayan a Moscú para alentar a la selección.

Para Martín, Rusia es un país especial. "Mis consejos para los argentinos: lleven siempre el pasaporte, todo el tiempo. No alcanza con el DNI. Si la policía te para no es como en Argentina. No te hagas el loco, porque si lo hacés, terminás en un camión celular. Y si alquilás un auto no manejes con alcohol, porque la tolerancia es cero. Te sacan la licencia. Y cuidado con las chicas, porque detrás de ellas, en ciertos casos, hay organizaciones mafiosas".

Pero el hipercontrol ruso tiene también sus ventajas. "Es un país súper seguro, me he dejado la computadora en el auto y al día siguiente sigue ahí. Camino a las dos o tres de la mañana sin problema. Pero no te pases de la raya, porque la vas a pagar. Podés cantar en un bar y alentar a tu equipo sin problema. Pero no te pelees en la calle, no te enfrentes a la policía porque te llevan preso. Y yo estoy de acuerdo con eso. No jodas: si no jodés está todo bien".

Y ¿qué quieren que les diga?; en eso yo también estoy de acuerdo. 

De modo que ya saben: pórtense bien y no hagan macanas.

Por lo demás:  ¡Vamos Argentina todavía!


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NOTAS
1)- https://www.clarin.com/mundo/entrevista-serguei-lavrov-decepcionados-decision-donald-trump-retirarse-acuerdo-nuclear-iran_0_SyWpndhCf.html
2)- https://www.hebrewsurnames.com/NIEBIESKIKWIAT y http://www.genealogiajudia.com/NIEBIESKIKWIAT
3)- https://www.elintransigente.com/sociedad/2018/3/29/si-te-vas-cuba-te-lo-pago-yo-el-pasaje-bramo-un-invitado-en-intratables-484554.html
4)- https://www.clarin.com/politica/matrimonio-gay-legal-malvinas_0_SJQ3pQTpg.html
5)- Según Raúl Kollman en http://pajarorojo.com.ar/?p=32895
6)- http://www.cari.org.ar/organos/grupojoven.html
7)- http://www.cari.org.ar/testimonios/councilofcouncils.html
8)- https://www.planetadelibros.com.ar/autor/natasha-niebieskikwiat/000046341
9)- Aquí el énfasis es mío D.M.
10)- Algo así como "Tío Pepe" por lo de Iosif (José) Stalin. Fue nada menos que al presidente de los EE.UU.  – Franklin Delano Roosevelt – a quien le gustaba referirse a Stalin con ese apodo. Cf. https://www.cia.gov/library/center-for-the-study-of-intelligence/csi-publications/csi-studies/studies/vol47no1/article02.html
11)- Pravda, 23 de Junio 1941 - " Velíkaya Otéchestvennaya voyná".
12)- La cifra obtenida por la Academia Rusa de Ciencias y oficialmente sostenida por el gobierno ruso actual es de 26.6 millones de muertos. Cf. Andreev, EM; Darski, LE; Kharkova, TL (11 September 2002). "Population dynamics: consequences of regular and irregular changes". In Lutz, Wolfgang; Scherbov, Sergei; Volkov, Andrei. Demographic Trends and Patterns in the Soviet Union Before 1991. Routledge. ISBN 978-1-134-85320-5.
13)- En realidad, el conjunto es el continuador del Coro del Ejército Rojo creado en Octubre de 1928. Cf. https://es.wikipedia.org/wiki/Coro_del_Ej%C3%A9rcito_Rojo
14)- https://es.wikipedia.org/wiki/Svyasch%C3%A9nnaya_Voyn%C3%A1
15)- Por lo que he podido saber, esta obra de Solyenitzin es prácticamente inhallable en español, si bien hay traducción alemana y, según dicen, también francesa y (parcialmente) inglesa. No obstante, una buena obra referida a la cuestión judía durante la existencia de la Unión Soviética es "Antisemitismo y Comunismo " de Johannes Rogalla von  Bieberstein. Disponible en: 
https://drive.google.com/file/d/0B6QXUcoelzmpV3NwM1k4TmItYnM/edit 
16)- Putin asumió su primer mandato como Presidente el 7 de mayo de 2000.
17)- Cf- Varlam Shalamov, "Relatos de Kolimá", Vol.1(4) Ed. Minuscula, ISBN 9788495587343
18)- Que en su tiempo comprendía no solamente la KGB sino también la inteligencia militar del GRU  y otras instituciones adicionales.
19)- Su segunda esposa en realidad. De la primera, también llamada Natalia (Natalia Alekseevna Reshetovskaya) Solyenitzin se divorció en 1952, se volvió a casar por segunda vez en 1957 y se terminó divorciando definitivamente en 1972 para casarse con Natalia Svetlova al año siguiente.
20)- Cf. https://www.momentmag.com/putins-jews/
21)- Cf.  http://www.excelsior.com.mx/global/2018/02/05/1218239
22)- Ver: https://youtu.be/_21meJ1YZuo
23)- Konstanty Gebert en https://www.momentmag.com/putins-jews/
24)- Cf. https://www.rferl.org/a/khodorkovsky-accused-in-case-tied-to-siberial-mayors-killing/27412684.html
24-b)- http://argentinatoday.org/2016/10/08/rusia-prohibe-las-organizaciones-de-george-soros-en-su-territorio/
25)- Superficie total: 17 098 242 km2 - Tierra: 16 377 742 km2 - Agua: 720 500 km2 Ref. http://www.oratlas.com/libro-mundial/rusia/geografia
26)- Cf. https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Etnias_de_Rusia
27)- Cf. https://mundo.sputniknews.com/noticias/2006080552055256/
28)- Según el Atlas Arena, el Islam reúne a unas 10 millones de personas en toda Rusia. http://sreda.org/en/
29)- https://www.lanacion.com.ar/2142063-martin-repetto-el-chef-argentino-que-triunfa-en-moscu-si-macri-fuera-como-putin-seriamos-una-potencia