domingo, 6 de febrero de 2022

UCRANIA

Las estrategias que funcionan
para dominar a pueblos frustrados
y desgarrados por conflictos internos
jamás funcionarán para dominarnos a nosotros.
Vladimir Putin

A Putin le preguntaron:
"Si Erdogan y Poroshenko se estuviesen ahogando,
¿a quién de los dos salvaría?
"
Sonriendo Putin respondió:
"Es imposible salvar a alguien decidido a ahogarse,
pero estamos dispuestos a extender una mano
a cualquiera dispuesto a aceptarla
".

 

¿Qué es un chicken game?

Entre los norteamericanos existe desde hace mucho tiempo un juego para determinar quién es el valiente y quién el cobarde. El juego tiene muchos nombres: "chicken game" ("el juego de la gallina" donde "gallina" significa "cobarde") o también "hawk-dove game" (el juego del halcón y la paloma) etc.   

Se ha jugado de diferentes maneras pero, en esencia, se trata de un conocido caso de la Teoría del Juego consistente en exponer dos jugadores a un conflicto en el cual – en lo esencial o al menos potencialmente – existen solo dos posibilidades: o bien se negocia o ambos jugadores pierden. El dilema consiste en establecer cuando hay que empezar a negociar.

Por ejemplo, una versión del juego consiste en dos conductores que dirigen sus automóviles hacia un precipicio [1]. El que frena primero, o se tira primero del automóvil, pierde. Es el "gallina". Otra versión, más usual, es llevar a dos conductores a una ruta muy poco transitada a altas horas de la noche y hacer que se enfrenten a alta velocidad sobre el mismo carril con rumbo de colisión. Nuevamente, el que frena primero o sale del carril para esquivar al otro es el "gallina".

La "lógica" del juego consiste en llevar un conflicto justo "al borde del precipicio", haciéndole creer al adversario que uno está realmente dispuesto a llevar las cosas hasta las últimas consecuencias, especulando con que el otro frenará a último momento  por miedo a perder algo que en realidad no está dispuesto a perder: privilegios, poder, incluso la vida misma.

Éste es el marco, y no otro, en el que se desarrolla el actual conflicto entre Ucrania y Rusia. Washington – mejor dicho Wall Street – y Moscú se han enredado en un conflicto bastante estúpido pero potencialmente muy peligroso.

Globalización y Nuevo Orden Mundial

Lo primero que hay que decir para, en absoluto, entender el conflicto es que no hay que tratar de interpretarlo según los criterios de análisis del siglo pasado. Los parámetros de análisis de la Guerra Fría – y sus fenómenos paralelos o indirectos – no sirven en absoluto para entender las luchas por el poder en el marco del pretendido Nuevo Orden Mundial. Y no sirven porque las relaciones de poder son diferentes, los operadores involucrados – al menos de una de las partes – son diferentes, las situaciones son diferentes y hasta los objetivos perseguidos son diferentes.

Durante la época de la Guerra Fría la gran incógnita a resolver por los think-tanks y los organismos que elaboraban las estrategias de Occidente era la de definir cuál de los dos "modelos" podía elegirse para implementar con mayor eficacia un poder internacional centralizado – simplificado en el concepto de "Gobierno Mundial" – para lograr la unificación del planeta bajo los mismos términos políticos, económicos, culturales y sociales.

Se tenía, por un lado, el modelo fuertemente centralizado en un Estado prácticamente omnímodo (creado en sus orígenes con la financiación del mismo capitalismo que, en teoría, decía combatir [2]), con sus férreas normas de disciplina, con su control casi total de la población, con su enorme aparato represivo para los disidentes [3]  y unas fuerzas armadas de gran envergadura dotadas de potencial nuclear.

Por el otro lado, la opción era  ampliar el área de influencia de un capitalismo demoliberal fuertemente basado en la economía, con un poder real dispuesto detrás del poder político formal visible, con herramientas de control cultural y psicológico instrumentadas a través de medios masivos cada vez más eficaces, de alcance cada vez mayor, y unas fuerzas armadas con bases en casi todo el mundo dotadas de una tecnotrónica cada vez más robotizada y más letal que volvía cada vez menos probable la necesidad de utilizar la engorrosa opción nuclear y la estrategia de la Destrucción Mutua Asegurada.

Este escenario no existe más y ya sería hora de que tomen nota de ello quienes en el Siglo XX lo utilizaron – correctamente – para analizar la política internacional pero que siguen tratando de hacerlo en el Siglo XXI con los mismos parámetros.

El colapso de la URSS y su posterior demolición, con la secesión de las repúblicas que la integraban demuestra, que la opción finalmente elegida por los estrategas de Occidente fue la demoliberal con el consiguiente – necesario – desmontaje del comunismo soviético.


Para desgracia de sus planificadores – y unos cuantos de los países involucrados de los que varios volvieron después a aliarse con Rusia – la operación no salió exactamente según lo planeado.

La razón de ello es que el proyecto se basaba demasiado en lo económico. La famosa "globalización", sobre la que se habló tanto y que empieza ya a convertirse en un lugar común, es el resultado directo de tecnología más economía. Cualquier cachivache electrónico con semiconductores fabricados en EE.UU., carcasa producida en Taiwan, diseño realizado en Japón y armado en Tierra del Fuego, puede venderse en muy pocas semanas prácticamente en todo el mundo con asientos contables y dinero fluyendo por el sistema financiero interconectado por satélite sin ningún tipo de inconveniente y el servicio post-venta queda a cargo de un call center principal ubicado en Ecuador con derivaciones por distintos idiomas a otros call centers en diferentes países. Y esto es solamente un burdo ejemplo para ilustrar el punto. Es algo bastante más complejo pero, en esencia se trata de eso: elementos o servicios distribuidos por todo el mundo pueden confluir en la producción, luego se distribuyen por una red de transporte mundial y se administran igualmente por una red burocrática y financiera mundial. Eso es, en esencia, la famosa "globalizacion".

Solo que una globalización económica todavía no basta para constituir el no menos famoso Nuevo Orden mundial. Porque para eso se necesita una estructura política que conduzca, controle y gobierne el proceso económico. La economía, en sí misma y por sí misma, se estrangula rápidamente debido al enfrentamiento de codicias contrapuestas si no hay una conducción política que las ordene según prioridades político-sociales. La lenta "confluencia entre comunismo y capitalismo" que proponía Zbigniew Brzezinski, en la creencia de que se podía suplantar progresivamente al comunismo soviético con un demoliberalismo capitalista fue una tesis que parecía viable para ir construyéndole una superestructura política al globalismo económico.

Pues no funcionó. Es decir: en Rusia funcionó mientras pudo operar un cómplice de la plutocracia como Gorbachov colocando en el poder formal a un fantoche como Boris Yeltsin al cual se lo podía manipular desde detrás de bambalinas al igual que a los presidentes norteamericanos. Pero la cosa empezó a desmadrarse porque, en Rusia, ese poder-detrás-del poder rápidamente fue ocupado por una mafia de rufianes muy independientes que hizo muchísimo dinero mediante toda una serie de fraudes que fueron posibles justamente gracias al colapso de la URSS. De este modo, en Rusia, el comunismo no fue reemplazado por una democracia capitalista dirigida por plutócratas organizados según la receta norteamericana sino por una república caótica dirigida por cleptócratas mafiosos muchas veces enfrentados entre sí. [4]

Hasta que en Diciembre de 1999 Vladimir Putin llegó por primera vez al poder.

El derrumbe de la Unión Soviética

Sería para largo analizar en detalle el desmembramiento de la URSS, la defenestración de Gorbachov, la creación de la Comunidad de Estados Independientes, el período de Yeltsin, el zarpazo de la llamada "oligarquía" mafiosa a la economía post-soviética, y muchísimos detalles más hasta que llegamos a los graves disturbios en Ucrania desde noviembre de 2013 a febrero de 2014, concentrados en y alrededor de la plaza Maidán [5], la anexión de Crimea por Rusia, la conformación de dos repúblicas separatistas pro-rusas [6] en el Sudeste de Ucrania, más una considerable lista de hechos conexos y/o consecuenciales.  

Es una larga y complicada historia pero, de cualquier manera que sea, algo es indiscutible: el final de la URSS fue inevitable dada la inviabilidad intrínseca del marxismo como sistema de gobierno, pero la demolición y el desmembramiento de la URSS no resultó como lo habían planificado Gorbachov y sus asesores norteamericanos y europeos.

Y en Rusia, el que puso fin a la cleptocracia de los llamados "oligarcas" mafiosos que surgieron como hongos después de la glasnost, la perestroika y el derrumbe final de la URSS fue justamente Vladimir Putin. Por eso es que Gorbachov tiene un gran prestigio en Occidente y en Rusia lo odia todo el mundo, mientras que a Putin nos lo presentan como el monstruo que amenaza la paz mundial, mientras que en Rusia ya ha sido elegido para tres mandatos presidenciales y un mandato de Primer Ministro. Todo ello en elecciones que los medios "occidentales" siempre califican de fraudulentas pero que, objetivamente, no entrañan más triquiñuelas, artimañas y fullerías que una elección común en cualquiera de los países considerados ultra-democráticos del planeta. Como, por ejemplo, la elección de Bush (h) en 2000, para citar un solo caso y no entrar en el detalle de lo que sucedió con la bastante confusa elección de Biden en noviembre de 2020.    

Ucrania, la Historia

Después del debacle de la Unión Soviética, la Historia de Ucrania – largamente ignorada en Occidente, excepto por sus esporádicas explosiones políticas – está llena de vericuetos, conflictos, traiciones y corrupciones.

Esa Historia – necesariamente sucinta aquí – comienza el 24 de Agosto de 1991 cuando el país se declara independiente. Después de unos meses de organización, asumió la presidencia Leonid Kravchuk, un ex-comunista (el tercero en la jerarquía del PC ucraniano antes de la caída de la URSS) que gobernó a Ucrania entre 1991 y 1994. 

Kravchuk perteneció al "Grupo Dynamo", formado por grandes "oligarcas" económicos – como Viktor Medvedchuk y Hryhoriy Surkis –  que constituyeron formalmente el Partido Socialdemócrata ucraniano que siempre ha estado asociado a la mafia de la corrupción de los grandes negocios y los operativos mediáticos que impulsaron la llegada al poder de su sucesor Leonid Kuchma.

Kuchma, que venía de ser Primer Ministro de Kravchuk entre 1992 y 1993, llega a la presidencia de Ucrania en 1994. La mantendrá hasta Enero de 2005 [7] a pesar de fuertes críticas, escándalos, represiones y serios disturbios. Entre 2000 y 2001 estallan protestas bajo el lema "Ucrania sin Kuchma". En 2001 una importante organización norteamericana de periodistas [8] se refiere a Leonid Kuchma como "uno de los diez peores enemigos de la prensa" de ese año. Evidentemente en los EE.UU. no estaban nada conformes con los acontecimientos en Ucrania. Pero todavía faltaba lo peor.

La mayoría de la gente tiene en la memoria los violentos disturbios del Maidan [9] de  2013/2014. Lo que se olvida es que los  disturbios del llamado "Euromaidan" constituyeron el segundo acto de una rebelión civil contra el gobierno ucraniano. El primero – que recibió el nombre de la "Revolución Naranja" – tuvo lugar unos 10 años antes, entre Noviembre de 2004 y Enero de 2005, por los resultados altamente irregulares en la elección del sucesor de Kuchma en la que compitieron Viktor Yushchenko y Viktor Yanukovich y en la cual (teóricamente) habría triunfado Yanukovich.

En aquella oportunidad, el Maidan también se llenó con masivas manifestaciones que rechazaron el resultado electoral con todo tipo de acusaciones de fraude. A pesar de la fuerte represión, la situación degeneró hasta tal punto que Kuchma tuvo que ceder y se convocaron nuevas elecciones para el 26 de diciembre de 2004 bajo observadores locales y extranjeros. El resultado fue exactamente el inverso de la elección anterior: Yuschenko obtuvo el 52% y Yanukovich el 44% de los votos.

Yuschenko gobernó de 2005 a 2010 pero en las siguientes elecciones presidenciales volvió a darse vuelta la tortilla y fue Yanukovich el que obtuvo el cargo para el período 2010 a 2015. No consiguió terminarlo. Atraído por las ofertas norteamericanas y europeas que lo tentaban con la posibilidad de ingresar a la UE, con libre tránsito para los ucranianos (lo que significaba posibilidades de trabajo para una gran cantidad de desocupados), y atrayentes perspectivas de cooperación económica, ayuda financiera y apoyo militar, Yanukovich anunció la intención de hacer entrar a Ucrania en la UE.

Está en disputa si fueron los rusos que le hicieron una propuesta que no pudo rechazar, o fue que en un momento dado Yanukovich se dio cuenta de que Washington y Bruselas lo estaban engañando para usarlo de punta de lanza contra Rusia, o fue Putin el que le hizo ver la maniobra que lo convertiría en el jamón del sándwich – o varias de estas cuestiones a la vez en proporciones diversas – la cuestión es que el hombre dio marcha atrás y empezó a hacer tratativas con Rusia. Fue la chispa que encendió un barril de pólvora que se venía preparando desde mucho tiempo atrás.

La maquinaria de la "gimnasia revolucionaria" ya ensayada en la "Revolución Naranja" de 2004/2005 volvió a ponerse en marcha con tácticas mucho mejor elaboradas, y el 21 de Noviembre de 2013 estalló el famoso "Euromaidán".


En el ínterin, en una situación ucraniana totalmente caótica que amenazaba con desmadrarse, Putin decidió curarse en salud y asegurar para Rusia el estratégicamente importante puerto de Sebastopol donde está la base de la Flota del Mar Negro de la Armada de Rusia. Entre el 20 de Febrero y el 26 de Marzo de 2004, Crimea y Sebastopol quedaron anexados a la órbita de administración de Rusia.

Los desórdenes y conflictos del "Euromaidán" se fueron terminando hacia fines de Febrero de 2014. Después de unas elecciones presidenciales adelantadas, [10] en Junio 2014 asumió la presidencia Petro Poroshenko con mandato hasta Mayo 2019. El gobierno de Poroshenko – un "oligarca" fuertemente relacionado con la mafia cleptócrata post-soviética – fue simplemente desastroso. Su popularidad fue negativa prácticamente a lo largo de todo su mandato, con un nivel de desaprobación que llegó a más del 77% de los ucranianos. [11]  

Finalmente, desde el 20 de Mayo de 2019, el sexto presidente de Ucrania desde el fin de la URSS es Vladimir Zelenski, un actor, comediante, guionista, productor, director de televisión y político amateur.

Conclusiones

La primera conclusión a la que uno forzosamente llega después de sobrevolar la Historia reciente de Ucrania es que, luego del derrumbe soviético, en más de 30 años los ucranianos no consiguieron tener un gobierno ni siquiera medianamente satisfactorio.

La segunda conclusión es que terminaron convirtiéndose en lo que se veía venir desde la época de Yanukovich: en el jamón del sándwich. Presionados desde un lado por Rusia hacia la cual la mayoría de los ucranianos sienten una fuerte aversión – no sin buenas razones, entre varias otras cosas por la forma en que fueron tratados durante la era soviética, especialmente en ocasión del Holodomor [12] – mientras que, por el otro lado la burocracia de los liberales de izquierda de Bruselas los presiona para que enfrenten a Rusia en todo lo posible. Y esto en medio de una situación interna en la cual buena parte del Este del país quiere estar más cerca de Rusia que de Europa siendo que en la parte Oeste la situación es inversa.

Es, sin duda, una situación complicada. Pero se aclara bastante si uno tiene presente algunas cosas que los medios masivos no mencionan.

En primer lugar, el actual conflicto no es entre Rusia y Ucrania. El conflicto es entre Estados Unidos y Rusia. Los que amenazaron a Rusia con represalias y medidas militares fueron los norteamericanos, no los ucranianos. Si vamos al caso, exagerando muy poco hasta podríamos llegar a decir que aquí los ucranianos no tienen nada que ver.

En segundo lugar los ucranianos fueron embaucados por los europeos que responden a los intereses de los EE.UU. en la UE. Y eso es muy fácil de demostrar.

Antes, durante y después del Euromaidán a los ucranianos se le prometió poder ingresar a la UE. ¿Ingresaron? No.

Se les prometió además libre tránsito por la UE con el consiguiente señuelo de poder ir a trabajar fuera de Ucrania. ¿Existe ese libre tránsito para los ucranianos? No.

Se les prometió ayuda para aliviar su precaria situación. ¿Qué recibieron? Pertrechos militares, algunos misiles, mucha munición, y algo de inteligencia militar. Y, por supuesto, el permiso norteamericano para ir a morir en la frontera peleando contra Rusia defendiendo la NATO y los intereses de Wall Street.

En cuarto lugar, toda esta crisis armada por Biden y la gente que lo comanda es un fenomenal error. Ya el tono de catástrofe mundial con el que la maquinaria mediática de Occidente empezó a tratar el tema al principio, obligó a Zelenski a pedirle a Biden que afloje un poco porque el pánico desatado estaba impulsando a muchos de los oligarcas ucranianos a sacar la plata del país lo cual amenazaba con producir una crisis financiera en Ucrania. [13] Con amigos así ¿quién necesita enemigos?

¿Quién ganará este ridículo chicken game? Muy probablemente nadie. Por supuesto, nunca es imposible que alguien cometa una colosal estupidez y una situación de gran tensión se salga de madre y ocasione un desastre. Pero ya a esta altura del partido parecería bastante poco probable que ocurra una verdadera catástrofe de proporciones mundiales.

De todos modos el puntaje del juego se puede establecer con relativa facilidad. Si Ucrania ingresa a la UE y la NATO instala bases en Ucrania, ganó Biden. Caso contrario, ganó Putin. Así de simple.

¿Cuándo se convencerá la plutocracia norteamericana de que no es tan fácil ganar el chicken game geopolítico cuando hay que enfrentar a personas que también saben jugar el juego y tienen con qué jugarlo? 

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NOTAS

[1] )- Quienes tienen mi edad, recordarán la película de 1955 "Rebelde sin Causa" con James Dean.

[4] )- En China tampoco tuvo mucho éxito la idea. Los chinos adoptaron tecnología capitalista y, hasta cierto punto, técnicas administrativas capitalistas. Pero no entregaron ni un milímetro del poder del Partido Comunista Chino.

[5] )- En realidad "Maidán Nezalézhnosti"  ("Plaza de la Independencia") en ucraniano. Está situada en el centro de la capital, Kiev.

[6] )- Las Repúblicas de Donetsk y Lugansk.

[7] )- Reelegido en 1999

[8] )- El Committee to Protect Journalists = Comité de Protección de Periodistas.

[9] )- En realidad "Maidan" significa simplemente "Plaza". Los acontecimientos conocidos tuvieron  lugar en la Maidán Nezalézhnosti (Plaza de la Independencia) de Kiev.

[10] )- El mandato de Yanukovich terminaba teóricamente en 2015, pero el hombre puso pies en polvorosa y se refugió en Rusia luego de que estallaran los disturbios del Euromaidán.

[11] )- En 2016, los Panama Papers revelaron que los abogados de Poroshenko armaron una compañía offshore para albergar varios de sus negocios en las Islas Vírgenes Británicas. En 2017, es citado en el escándalo de los Paradise Papers.

[12])- Un genocidio de cerca de 10 millones de campesinos ucranianos literalmente eliminados por hambre que se resistieron a la colectivización del agro. Cf. Denes Martos "Holodomor" (Noviembre 2013).

[13] )- Cf. https://www.perfil.com/noticias/internacional/el-presidente-ucraniano-pide-evitar-el-panico-por-la-crisis-con-rusia.phtml