miércoles, 26 de diciembre de 2018

UNA BICICLETA PARA NAVIDAD

Quo Vadis, Domine?
Esta es una pregunta en latín
que significa: ¿Adónde vas Señor?
Una antigua leyenda relata que
cuando San Pedro escapaba de Roma,
por la persecución de los cristianos,
Jesucristo se le apareció en el camino
y San Pedro le hizo esa pregunta.
Jesucristo le contesto:
"Voy a Roma, para ser de nuevo crucificado,
visto que tu abandonas mi rebaño
”.
San Pedro, comprendiendo su error y arrepentido,
retornó a Roma y fue crucificado.

PRESENTACIÓN


Mi amigo Gabriel me volvió a mandar un e-mail y como – al igual que la vez anterior [1] – lo encontré muy interesante lo transcribo aquí como broche de fin de año.

Tengo que hacer una muy seria aclaración, sin embargo. Gabriel no es un invento mío. No es un personaje creado por mí para hacer literatura y poder hacerle decir cosas que yo no diría. No. No hay nada de eso.

Gabriel es una persona real, de carne y hueso, con existencia propia, al que conozco y aprecio desde hace más de medio siglo. Es muy buen tipo, un gran padre y un excelente camarada. El mayor problema que tiene es que, aplicándole un criterio provinciano, vendría a ser algo así como un porteño al revés. Porque, como dicen las personas de provincia, a la mayoría de los porteños habría que comprarlos por lo que valen y venderlos por lo que creen que valen.  Pues bien, con Gabriel es al revés: habría que comprarlo por lo que él supone que vale y venderlo por lo que vale realmente.

Por eso, a veces, no se anima demasiado. Con su propio hijo lo estamos hinchando para que se arme su propio blog y publique todo lo que tiene para decir. Que ni es poco, ni tampoco es intrascendente.

Compruébenlo ustedes mismos.

¡Feliz  Año Nuevo 2019!


UNA BICICLETA PARA NAVIDAD

Fue exactamente el 24 de Diciembre de 1967. A las 9 de la noche se abrió la puerta del comedor que durante los días anteriores había permanecido cerrada mientras mi madre preparaba el Arbolito de Navidad y, con celoso sigilo, iba colocando poco a poco los regalos para cada uno de nosotros debajo del mismo.  Sabíamos de qué se trataba (ya estábamos "avivados"...) pero durante los días previos al 24 había en casa un aura de hermoso misterio.  Y por supuesto, jamás, pero jamás, ni siquiera por un segundo, abrimos la puerta del comedor en vísperas de Navidad, durante aquellos dulces años de mi infancia.

Finalmente, a la suave melodía  de un villancico, mi madre abría finalmente esa puerta.  ¡Y ahí estaba!  Roja, de llantas cromadas, impecable: ¡mi primera bicicleta! Creo que fue el regalo más importante de mi vida.


Y es así como empecé a "descubrir el mundo".  Mi mundo. Pasaba horas y horas yendo de un lado a otro, por los diferentes barrios, montado en mi bicicleta.

¡Qué épocas!  Los pibes éramos, sin duda, los "dueños de la calle".  Mientras mi viejo laburaba en el taller y mi vieja en casa, porque atender y criar a cuatro pibes también es laburo! Ninguno de los dos se preocupó jamás por mi seguridad.

"¡Qué insensibles!" dirá hoy más de uno. Pero ¿qué me podía pasar de malo en aquellos tiempos?  Si, repito, éramos los dueños de la calle. Junto a Doña Rosa, que a la tardecita, ya cuando comenzaba a ponerse el sol, salía  a la vereda a tomar mate con los vecinos.

Pero los años pasaron, junto a los desgobiernos militares y civiles. Allá por los comienzos de los ochenta yo ya estaba recibido y tenía auto. Se puso de moda el robo de pasacassettes.  (Para los millennials: un pasacassette en el auto era un aparato para escuchar música grabada en cinta magnética). Mientras tenía el auto estacionado, fui víctima dos veces de esa clase de robo. Al entrar al auto y ver el tablero destrozado, con los cables colgando, fue cuando tuve esa primera sensación de impotencia al presenciar los despojos de este acto vandálico.

Pero la Argentina es un país generoso y los argentinos, como somos un pueblo tolerante, al final nos acostumbramos.

Pasaron uno años más y ya comenzaron los asaltos y las entraderas.  La droga todavía no era un tema serio. "Argentina es un país de tránsito, no de consumo" nos decían...

Luego vino la prodigiosa década menemista;  y mientras crecía la delincuencia también lo hacía la droga. Y nos dijeron que habíamos pasado a ser "sólo un país de consumo; no de producción de drogas"... Y los crímenes se volvieron más violentos y más frecuentes.

Pero la Argentina es un país generoso y los argentinos, como somos un pueblo tolerante, al final nos acostumbramos.

Y después vino la gloriosa "década ganada" kirchnerista. Y la Argentina pasó a ser un país de tránsito, consumo y producción de drogas.  Ya con cárteles sólidamente instalados que hicieron de Rosario una réplica de las ciudades más violentas de México, como Tijuana y Sinaloa.



Los crímenes adquirieron una violencia y una crueldad inusitadas.  Los chorros de antes, eran chorros pero tenían códigos. Hoy no dudan en encañonar a una nena de seis años o pegarle un tiro en el vientre a una mujer embarazada. Si no me creen, pregúntenle a Carolina Píparo.

Claro, la droga destruye el cerebro, y anula parte del lóbulo frontal donde se procesan los mecanismos inhibitorios de la agresividad. Ésos mecanismos que regulan el comportamiento social y, entre muchas otras cosas, nos permiten discernir entre el Bien y el Mal. 

Y por favor, no entremos en el relativismo intelectualoso de lo que está bien para unos y está mal para otros. ¡Robar está mal! Aquí y en la China; hoy y en la Edad de Piedra también. Lo mismo pasa con matar, violar o abusar de niños. Es algo tan básico y tan antiguo como aquello de "no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti".

Pero la Argentina es un país generoso y los argentinos, como somos un pueblo tolerante, al final nos acostumbramos hasta a eso.

Y perdimos la calle definitivamente.  Cuando me llegó el momento de regalarle la bicicleta a mi hijo, tuve que asegurarme de que jamás saliera solo sin un mayor que lo cuidara.

Hoy mi hijo ya creció; es deportista, me lleva media cabeza y va por todos lados con su bici.  Pero soy consciente que, así como hace unos años asesinaron a un joven en Belgrano para robarle la bici, también le puede ocurrir a mi hijo, o al del vecino.

Es que el miedo ya se ha hecho carne en nosotros.

Pero la Argentina es un país generoso y los argentinos, como somos un pueblo tolerante, al final incluso a eso nos acostumbramos.

Y ahora la calle es de los chorros, los traficantes, las banditas, las patotas, los barrabravas y los travestis. Mientras tanto, trata de sobrevivir como puede esa mayoría silenciosa de argentinos, que cada mañana sale a laburar para mantener con sus impuestos a una casta política inoperante, cómplice y corrupta. Una casta que nos tiene sumergidos en la incertidumbre de salir y no volver, de laburar y que un día nos rajen, de cobrar y que no nos alcance.

Pero la Argentina es un país generoso y los argentinos, como somos un pueblo tolerante, ya estamos tan acostumbrados al maltrato que hasta pareciera que estamos dormidos.

Daría la sensación, que inclusive los millones que no nos drogamos jamás, somos víctimas de un opio que nos mantiene aletargados y complacientes.

Parecería ser que los culos que Tinelli pone en la pantalla de Bailando por un Sueño nos alcanzaran para ser felices. Y esto simplemente es una especie de metáfora; no una mojigatería burguesa. Porque, si vamos al caso, la verdad es que son culos muy decorativos y, aparte de eso, algunos hasta bailan muy bien. 

Lo que ya no es una metáfora, es nuestra pasividad frente a la violencia, el delito y la corrupción.
Pero mantengamos la calma.

La Argentina es un país generoso y los argentinos....

¡¡¿No será hora de que despertemos y dejemos de ser tan ovejunamente tolerantes de una buena y maldita vez?!!

Dentro de unos meses se vienen las elecciones y ahí sí, nos estará permitido elegir – en forma libre y democrática; o sea: por voto obligatorio – entre Macri o Cristina.

Es decir:

Entre la horca o la silla eléctrica.

El abismo o la nada.

Venezuela o Chernobyl.

¿Quo vadis Argentina?


---------------------------------------------
NOTAS

[1] - Mi terrible infancia - Septiembre 2018
https://denesmartos.blogspot.com/2018/09/mi-terrible-infancia.html




domingo, 16 de diciembre de 2018

LA OTRA CARA DEL FEMINISMO

Los hombres son animales terrestres;
las mujeres son animales terrestres.
Resígnate.
George Carlin

El primero que comparó a la mujer con una flor,
fue un poeta; el segundo, un imbécil.
Voltaire

Los hombres construyen puentes y
tienden vías férreas a través de desiertos,
y no obstante sostienen con éxito que coser un botón los supera.
Heywood Broun

A veces lo único que nos queda es el humor.
Usémoslo.
Sandra Lucario

Decisiones y Consecuencias

Hay un antiguo proverbio, muy utilizado por los economistas de los últimos tiempos que dice:
Se pueden hacer muchas cosas en la vida.
Lo que no se puede es evitar las consecuencias.
Figura en casi todas las reflexiones sobre problemas económicos aunque, pensándolo tan solo un poco, el proverbio es aplicable a cualquier cosa que una persona puede llegar a hacer o decidir. Usted puede meter los dedos en el enchufe, si quiere; pero después no se queje si recibe una regia descarga eléctrica que, con suerte, lo dejará medio teñido de azul.  Y lo mismo le puede suceder por la alternativa contraria: sálvele la vida a una persona en el quirófano y no se extrañe si para Navidad alguien le manda un enorme pan dulce con una tarjeta que dice: "Muchas gracias doctor".

Sucede que – guste o no, se lo quiera admitir o no – somos responsables por nuestros actos. Sea que esa responsabilidad la exija la ley, la moral, las costumbres, la mera condición humana o la simple y pedestre concatenación de los hechos, lo mismo da. Y quienes no tienen esto presente se sorprenderán de un modo muy desagradable en el momento en que la vida se les presente de golpe y les pida una rendición de cuentas por lo que han hecho o decidido. Tarde o temprano esas cuentas se pagan. Y no crean que se puede transferir el precio de esa cuenta. Quizás se pueda diferir la liquidación por un tiempo, pero tarde o temprano viene el momento de pagar y quienes pretendieron escabullirse de hacerle frente a las consecuencias de lo que hicieron descubren que, al momento de la verdad, el precio a pagar aumentó de modo exponencial.

Aunque más no sea por el otro proverbio que dice que cada uno cosecha lo que siembra.

La siembra del #MeToo


"Me Too" significa, literalmente, "Yo también" o "A mí también" en inglés. Es el hashtag con el que en las redes sociales – especialmente en Twitter – se identifican las denuncias por acoso sexual, abuso sexual o violación.

La gran popularidad del movimiento organizado detrás de esta etiqueta nació como efecto cascada a partir de un caso considerado emblemático por los medios. Después de que en 2017 Asia Argento mencionara en una entrevista a The New Yorker que fue violada por Harvey Weinstein cuando ella tenía 21 años y luego repitiera la acusación al año siguiente durante el Festival de Cannes, las denuncias se multiplicaron como hongos. Hacia Octubre 2017 Weinstein ya había cosechado las denuncias de 26 mujeres. [1] Un año más tarde, el número había ascendido a 80. [2]
Tarana Burke
La Inventora del #MeToo

El caso del cretino de Weinstein en sí mismo no merecería mayores comentarios más allá de que, con prácticamente total seguridad, ese cerdo se lo tiene bien merecido. El caso tiene relevancia más que nada porque se volvió emblemático por la catarata de denuncias y escándalos que se desató después, o que se reveló después.

Una de las grandes ironías del destino es que Asia Argento, la original acusadora de Weinstein, no fue precisamente lo que llamaríamos una carmelita descalza. Después de denunciar a Weinstein terminó siendo acusada a su vez de haber violado a Jimmy Bennet cuando éste tenía 17 años. Al final Bennet y Argento llegaron a un acuerdo luego de que la mujer y Anthony Bourdain, su pareja en ese momento, acordaran pagarle a Bennet la suma de 380.000 dólares. [3]  Bourdain terminaría suicidándose en Junio de este año y la historia sigue porque ahora es la Argento la que acusa ¡a Bennet! de haberla violado. [4]  Si no fuera trágico podría servir para una comedia de enredos.

Asia Argento y Jimmy Bennett
¿Ella lo violó a él o él la violó a ella?
Con todo, Asia Argento no fue la primera actriz violada por Weinstein. Las primeras víctimas de este sexópata fueron Rose McGowan y Ashley Judd. Después aparecieron los casos de Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Mira Sorvino, Rosanna Arquette, Cara Delevingne, Léa Seydoux, Kate Beckinsale y Salma Hayek. Por otra parte, las acusaciones contra Weinstein fueron avaladas por Emma Thompson, Emma Watson, Colin Firth, Meryl Streep, Kate Winslet, Jennifer Lawrence, Jessica Chastain, Cate Blanchett, Mark Ruffalo, George Clooney, Christian Slater, Penélope Cruz, Jane Fonda y varias otras más hasta llegar a la cifra de ochenta y siguen las firmas.

En septiembre de este año Bill Cosby, demandado por más de 60 mujeres por haberlas violado o abusado, terminó finalmente condenado a entre tres y diez años de prisión. Conocidos ejecutivos de medios de comunicación como Leslie Moonves y Roy Price, o políticos como Al Franken y Roy Moore también cayeron en la redada. [5]

La avalancha de denuncias no se ha limitado a las mujeres. Entre los hombres, el caso más publicitado fue el de Kevin Spacey que reconoció su homosexualidad y se disculpó por haber acosado al actor Anthony Rapp cuando éste tenía 14 años. Después siguieron los casos de John Lasseter, Brett Ratner, Louis CK, Dustin Hoffman, James Toback, Jeffrey Tambor, James Franco, Geoffrey Rush, Steven Seagal, Danny Masterson, Tom Sizemore, Jeremy Piven, Matthew Weiner o Ed Westwick. [6] 

Hay, por supuesto, muchísimos casos más. Los que he mencionado aquí son tan solo un (bastante pequeño) botón de muestra. Además, como es obvio, los casos no se limitan a la farándula norteamericana. El choluleo internacional prácticamente obliga a los medios faranduleros internacionales a imitar a los norteamericanos; especialmente si de feminismo y otras modas similares se trata.

Jimena Barón, María del Cerro, Maria Fernanda Callejón
Confesiones públicas a lágrima viva
Aquí en la Argentina tenemos nuestros propios escandaletes profusa e intensamente chismografiados por todos los medios. El último gran escándalo local por acoso sexual – al menos al momento de escribir estas líneas – lo protagonizaron Calu Rivero y Juan Darthés con la coincidencia de Anita Coacci. María Fernanda Callejón, en una entrevista con Catalina Dlugi contó que, siendo muy pequeña, la había abusado su tío. Ariana Charrúa, Federica Guibelalde, Verónica Albanese denunciaron que Ari Paluch las acosaba. Cecilia Roth, Julieta Cayetina Cajg y Maju Lozano contaron sus casos por Twitter. [7] Y lo último que se pudo ver es a María del Cerro en pleno Show Match contándole a Marcelo Tinelli y a todo el país entre lágrimas y sollozos que fue abusada a los 11 años aunque aclarando: "no fue violación, pero sí abuso por parte de dos personas distintas ". Vale la pena ver el video del momento. Es bastante ilustrativo de lo que estamos hablando. [8]

Exageraciones y credibilidades


Sinceramente creo que no hace falta una demostración detallada para probar que todo este torrente de denuncias es parte de una iniciativa mundial mucho más amplia tendiente a imponer lo que se ha dado en llamar la "ideología de género" [9] que no es sino un sofisticado eufemismo academicista para no tener que usar siempre el término de "feminismo".

Respecto de los casos que he mencionado en el título anterior – y reitero que sin pretensión alguna de exhaustividad – no entraré ahora en el tema del grado de credibilidad que merecen algunas denuncias, ni mucho menos en el más que delicado tema de cuándo y en qué medida una actitud puede ser legítimamente catalogada de "acoso", "abuso" o "agresión" siendo que, por supuesto, la violación ya es algo diferente.

Harvey Weinstein
Casos como el de Weinstein o el de Bill Cosby, a mí personalmente, no me generan duda alguna. Como que tampoco me generó ninguna duda en su momento el sonado caso de Dominique Strauss Kahn, el presidente del FMI que casi llegó a ser presidente de Francia si la policía no lo hubiera detenido por violar a Nafissatou Diallo, una trabajadora del hotel Sofitel de Nueva York. [10]

En otros casos tengo ciertas reservas; y no tanto en cuanto al hecho en sí sino en cuanto a la exageración de su trascendencia. Y también hay algunos hechos que directamente no me los creo para nada; especialmente cuando hay demasiado dinero de por medio o es demasiado transparente la intención de obtener publicidad gratis a través de los medios mediante el generoso derrame de lágrimas de cocodrilo en el contexto de una historia escabrosa, muy profesionalmente guionada y filmada, destinada a alimentar el morbo de la audiencia.

Dominique Strauss Kahn
Pero admito que lo de la verosimilitud de los relatos es una cuestión de opiniones y apreciaciones que pueden variar muchísimo de una persona a otra. Además, no conocemos los pormenores y las circunstancias concretas y reales de todos los casos. Solo nos enteramos de lo sucedido a través del relato mediático, de modo que las opiniones sobre los hechos en sí siempre serán arbitrarias.

Lo que sí podemos hacer es ver un poco cuales son las consecuencias de toda esta movida. Nadie crea que la presión ejercida en los últimos tiempos por los promotores de la ideología de género va a pasar sin consecuencias.

Las habrá. Es más: ya empieza a haberlas.

Los primeros brotes de la cosecha


Hacia febrero de este año en Twitter, el hashtag #MeToo ya registraba más de medio millón de denuncias. El primer efecto visible y comprobado, causado por esta "denuncitis" masiva, ha sido de lo más insólito: en los ambientes laborales de los EE.UU. y de algunos países europeos los hombres están empezando a rechazar la compañía de las mujeres y no por una cuestión de discriminación sino por simple precaución. Nadie sabe cuándo le puede llover del cielo una denuncia de "acoso sexual" por cualquier gesto, actitud, mirada, palabra o expresión que una mujer – sea por los motivos que fueren – considere "inapropiada".

De hecho, en virtud de la multiplicación de las denuncias y la enorme difusión que éstas han tenido en los medios, las relaciones entre hombres y mujeres, están empeorando en lugar de mejorar. [11]

Por ejemplo, uno de los fenómenos que se está dando es que los ejecutivos de varias empresas ya están limitando los viajes y los encuentros en los que participan empleados de ambos sexos. [12] Un hombre y una mujer viajando por asuntos de negocios, juntos en un mismo auto o alojándose en un mismo hotel ya se considera un riesgo. Y, como siempre sucede, en la duda... lo mejor es abstenerse. Que cada uno viaje por su lado y que se aloje en el hotel que le parezca (y si es en el mismo hotel entonces nunca en el mismo piso) así nos evitamos un montón de posibles problemas. Porque, si basta una acusación sin mayores pruebas para arriesgarse a ser despedido, entonces lo mejor es mantener a las mujeres lo más lejos posible.

Vicepresidente Mike Spence
Es que hay que cuidarse. En el ambiente laboral de los EE.UU. las denuncias de las mujeres que, supuestamente, han sido agredidas sexualmente se han incrementado hasta en un 83% en los últimos tiempos. Una encuesta realizada entre 1.034 altos ejecutivos y 1.022 gerentes en los EE.UU. reveló que el 15% opina que la presión feminista ha generado un ambiente hostil para ambos sexos. El 30% de los gerentes varones manifestó que "se sienten incómodos" si tienen que trabajar solos con una mujer. La firma Employment Law Alliance entrevistó a 382 personas de las cuales el 32% manifestó que era "algo común que los gerentes se negaran a viajar, cenar o reunirse solos a puerta cerrada con colegas del sexo opuesto".

Algunos altos ejecutivos ya copiaron la decisión directamente rocambolesca adoptada por el vicepresidente Mike Spence que ¡va con su esposa a todas las reuniones en las que hay mujeres! ¡Y se trata del vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica!  El padre de la titular de una consultora de Florida sigue el ejemplo de Spence: no viaja jamás con una mujer soltera sin que su esposa esté presente y tampoco almuerza ni se toma un café con alguna de sus empleadas si su esposa no está allí como testigo.

Gracias al ambiente esquizofrénico creado por el feminismo exacerbado, las mujeres que son esposas de hombres con cierto nivel y cierto grado de poder se han convertido en chaperonas de sus maridos. [13]

Es cierto que esta tendencia es más marcada en los países anglosajones y algunos otros países europeos que en América Latina. Nosotros en la Argentina, excepto en el entorno de algunos ámbitos que copian servilmente cualquier estupidez de la moda internacional, a estas cosas no las tomamos demasiado en serio o, por lo menos, las adaptamos un poco "all'uso nostro". Pero mucho depende de la intensidad y sobre todo de la duración de estas campañas y, de cualquier forma que sea, difícilmente estas consecuencias han sido las que soñaron las feministas imbuidas de la fantasía de un romanticismo literario novelero que, para colmo, ha sido llevado al extremo de un fanatismo enfermizo – y hasta ridículo – de la mano de un lesbianismo no siempre confesado.

La voz de las otras mujeres


Catherine Deneuve
Que toda la campaña feminista está impulsada solo por un sector del mundo femenino lo demuestra el testimonio de una gran cantidad de mujeres que se han manifestado claramente en contra de los excesos y las gruesas distorsiones que ha producido la oleada de denuncias.

En Francia, en enero de este año y como respuesta al tsunami de denuncias que desató el caso Weinstein, se publicó un Manifiesto firmado por unas 100 mujeres entre las cuales se destacaban la actriz Catherine Deneuve, la escritora Catherine Millet, la cantante Ingrid Caven, la cineasta Brigitte Sy, la artista Gloria Friedmann y la ilustradora Stéphanie Blake. Quienes quieran leerlo íntegro, lo encontrarán en el Anexo al final de esta nota.

El Manifiesto comienza con las palabras:
"La violación es un crimen. Pero el coqueteo insistente o torpe no es un crimen, ni la galantería es una agresión machista"
Y señala:
"... es la característica del puritanismo tomar prestado, en nombre de un llamado bien general, los argumentos de la protección de las mujeres y su emancipación para vincularlas a un estado de víctimas eternas, pobres pequeñas cosas bajo la influencia de demoníacos machistas, como en los tiempos de la brujería."
Para finalizar diciendo:
"Los incidentes que pueden tener relación con el cuerpo de una mujer no necesariamente comprometen su dignidad y no deben, por muy difíciles que sean, convertirla necesariamente en una víctima perpetua. Porque no somos reducibles a nuestro cuerpo. Nuestra libertad interior es inviolable. Y esta libertad que valoramos no está exenta de riesgos o responsabilidades." [14 ] (El resaltado es mío)
Algunas de las firmantes ya se habían manifestado en contra del feminismo hembrista antes de firmar el Manifiesto. Peggy Sastre, es autora de un ensayo titulado La dominación masculina no existe. La escritora Abnousse Shalmani, firmó una columna en el semanario Marianne en donde afirmaba que “El feminismo se ha convertido en un estalinismo con todo su arsenal: acusación, ostracismo, condena”. La escritora Catherine Millet  ya se había opuesto repetidamente a un feminismo al que calificaba de “exacerbado y agresivo”. [15]

El rechazo de ese feminismo exacerbado y agresivo no es, por otra parte, algo exclusivo de las mujeres francesas. Entre las mismas norteamericanas, las impulsoras del #MeToo se han encontrado con críticas lapidarias.

Helen Pluckrose, escribiendo para la Revista Areo Magazine, afirma:
"Somos adultas competentes, totalmente equipadas para lidiar con conductas difíciles, desagradables, molestas o simplemente torpes. Estamos dotadas de humor, empatía, razón, perspectiva y compasión, por lo que podemos evaluar el comportamiento de los hombres que nos rodean sin desarrollar una actitud a la defensiva o construir una zona de guerra."
Y termina diciendo:
Amy Alkon
"Las mujeres deben oponerse al pánico moral del “acoso sexual” y a la caza de brujas contra los hombres si nos preocupa la credibilidad de las víctimas de la agresión sexual, los derechos y el bienestar de los hombres y de nuestra propia posición social." [16]
Amy Alkon, una consejera profesional en materia de relaciones íntimas opina:
"Hay que tener en cuenta mi fracaso para tragarme la cháchara requerida por el feminismo sobre los horrores de la “objetificación” y mi fracaso en identificarme como una víctima de cualquier-cosa-de-lo-patriarcal.

Puesto que no me identifico como víctima, puedo reírme, aceptar una broma y decirle a alguien que me está molestando que se vaya a la mierda, en lugar ir a chivarme a una figura de autoridad.

(...) De hecho, el feminismo, extrañamente, se ha transformado en paternalismo, instruyendo a las mujeres en que son víctimas frágiles, pasivas e impotentes que necesitan figuras de autoridad para abogar por ellas. Ése es un movimiento del que no quiero formar parte. O, como me gusta decirlo, porque no soy ni una feminista ni una dama: que no me jodan." [17]
Pero tampoco solo en Norteamérica se han levantado voces contra el feminismo actual.

Holly Ashe es una escritora y empresaria inglesa que coincide con lo que comentábamos antes en cuanto a que el feminismo es perjudicial para ambos sexos:
"Las mujeres occidentales, que se encuentran en una posición muy privilegiada en comparación con sus hermanas de todo el mundo, se están tildando de damas en apuros incapaces de funcionar en el mundo de los adultos y en permanente necesidad de ser rescatadas. Es tan insensato como dañino.

Podemos llegar al punto en que los hombres tengan miedo de trabajar con mujeres por temor a acusaciones de acoso y los empleadores tengan miedo de contratar mujeres por temor a demandas judiciales. (...) Pensar que este movimiento ayuda a las mujeres es simplemente delirante y miope." [18]
Claire Lehmann es una australiana fundadora y redactora jefe de Quillette una publicación dedicada a temas de ciencia, tecnología, noticias, cultura y política. Su rechazo de la victimización feminista es categórico:
"Crecí en un vecindario económicamente desfavorecido en la ciudad de Adelaide en el sur de Australia. Y no recuerdo a las chicas con las que fui a la escuela reclamando el estatus de víctima, aunque muchas de ellas provenían de familias monoparentales que luchaban para pagar sus cuentas. En mi vecindario, generalmente eran los niños los que tenían problemas — faltando de la escuela porque fumaban demasiada marihuana,  o muriendo en accidentes automovilísticos mientras corrían o conducían en estado de ebriedad.

(...) En la actualidad, la cultura del victimismo prolifera como una nube tóxica porque las personas parecen pensar que se les otorgará un estatus o un tratamiento especial. Y tal vez esto sea cierto, a corto plazo. Pero sospecho que muchas de las mujeres que reclaman el estatus de víctimas para sí mismas llegarán a arrepentirse.
(...)  en última instancia, ninguna de nosotras es una víctima; a menos que nos digamos a nosotras mismas que lo somos." [19]

La industria del abuso


Norman Finkelstein
Norman Finkelstein, cuyo progenitores fueron sobrevivientes de Auschwitz y Majdanek, publicó hacia el año 2000 un libro muy interesante titulado "La Industria del Holocausto" [20] en donde queda bastante bien documentado como un reclamo que, en principio, puede ser comprensible, termina siendo distorsionado hasta el punto de convertirse en un negocio multimillonario por la vía de los estrados judiciales.

En nuestro país – y no solo en él – seguimos teniendo una "Industria del Reclamo Laboral" gracias a la cual cualquier despido se convierte fácilmente en demanda y cualquier pequeño accidente de trabajo, por más leve que sea, se convierte en una tragedia apocalíptica. También tuvimos otros casos de "compensaciones e indemnizaciones" pero a los efectos de esta nota prefiero dejarlos de lado porque nos llevarían demasiado lejos. De cualquier modo que sea, ¿estamos ahora en camino de instituir una nueva "Industria del Abuso y la Violación"?

Echando mano a alguno de los viejísimos chistes de abogados, como el que dice que dos abogados en el fondo del mar no son más que un buen comienzo, uno podría pensar que todo el movimiento alrededor de la cuestión de los abusos y los acosos no es más que un invento del gremio de los abogados que han encontrado un nuevo filón para explotar.

No deja de llamar la atención que la gran mayoría de los acusados son personas con fuerte exposición pública o ejecutivos de altos cargos, que tienen una buena posición social y por lo tanto bastante dinero y mucho que perder si resultan denunciados por esta clase de comportamientos. O bien, y por el otro lado, tampoco deja de ser sospechosamente significativo que se recurra a este tipo de denuncia cuando alguna actriz, vedette, modelo o simple botinera desea tener gratis sus cinco minutos de fama mediante el lacrimógeno relato de algún hecho escatológico del que fue víctima por parte de su abuelo o de un padrastro degenerado cuando tenía 11 añitos recién cumplidos.

Todo lo cual no quiere decir, por supuesto, que hechos como los relatados por esta incipiente "industria" no ocurran nunca. Muchísimo menos quiere decir que, en el caso de los delitos sexuales, es aceptable la minimización de los hechos reales mediante el rechazo misógino o la aplicación del abominable criterio del juez Eugenio Zaffaroni en el Caso Tiraboschi según el cual obligar a una nena de 8 años a realizar una fellatio no constituye abuso sexual infantil si el hecho ocurre en la oscuridad. [21]

Eugenio Zaffaroni
El problema no está en los hechos sino en su exageración, en la verdadera intención que hay detrás de la enorme publicidad que se les otorga y, no en última instancia, en la dificultad que existe en comprobar su veracidad.

Los accidentes de trabajo desgraciadamente existen. Hoy en día la robotización de ciertos procesos ha mejorado en algo las estadísticas pero allí en donde no hay automatización aun hoy es difícil encontrar un balancinero que tenga todos sus diez dedos. Las enfermedades profesionales también existen y algunas son muy graves. Los despidos arbitrarios no son nada raros y tampoco es raro el no-pago de las horas extras, especialmente en la economía que trabaja en negro.

Que la justicia intervenga en estos casos es, no solo loable sino absolutamente necesario, pero las cuasi automáticas sentencias a favor del trabajador y en contra del empleador, al que siempre y eternamente se lo considera culpable, constituyen un caso clavado – y deliberado – de inversión de la carga de la prueba. La argumentación al respecto podrá contribuir a la lucha de clases pero no contribuye en nada a aumentar la calidad de esa justicia que viola en forma sistemática, y encima hipócrita, el principio básico de la presunción de inocencia.

Del mismo modo las violaciones ocurren, las agresiones sexuales ocurren. Hay abusos sexuales y se cometen acosos sexuales. Las parafilias existen. Existen los psicópatas, los sexópatas, los agresores con trisomía 47XYY del par veintitrés [22], los dementes, los exhibicionistas, los pedófilos y, por sobre todo, existen los obscenos, los lascivos, los imbéciles y los simplemente estúpidos que muchas veces no son tan inofensivos como vulgarmente se cree.

Y en el caso de la agresión más grave de todas, que es la violación, hay violadores que, después de violar, matan; y hay violadores que matan incluso si no pueden violar, así como hay ladrones que matan para robar y ladrones que matan después de haber robado.

El mundo de los criminales es tétrico y no se gana nada, absolutamente nada, con enarbolar los viejos y gastados argumentos rousseaunianos para echarle la culpa de todo a "la sociedad", a los "mandatos culturales" o incluso "al imperialismo capitalista yanqui" como quieren todavía algunos descerebrados que, 168 años después de Marx, siguen sin darse cuenta de que el capitalismo no es yanqui y que tampoco es imperial porque los imperios se organizan en provincias mientras que el imperialismo capitalista solo explota colonias.

El objetivo real


Pero, si bien empieza a emerger un nuevo filón para la ya establecida industria del juicio, el espectáculo hembrista montado alrededor de las mujeres no es ni casual ni inocente. Hay varios objetivos concretos detrás de toda la actual campaña que, para gran deleite de los voyeurs, inunda los medios masivos con imágenes de ménades con los pechos al aire, defecando y orinando ante la puerta de las iglesias y que, para regodeo de todo el cholulaje televisivo, promueve, publicita y difunde las peleas, las trifulcas guionadas, las denuncias y los lagrimones de cuanta aspirante a cortesana mediática circula por el ambiente de la farándula.

Antonio Gramsci
El objetivo inmediato es la destrucción de la imagen de la mujer como madre y esposa con lo que se tiende a facilitar el logro del objetivo principal que es la destrucción de la familia como núcleo orgánico básico de la comunidad humana. Para decirlo en pocas palabras: el objetivo real y principal de toda la movida feminista no es la construcción sino la destrucción; no es el afán de abrir caminos para la evolución sino el de generar conflictos y contradicciones para profundizar la decadencia. Es la vieja estrategia del anarquismo revoltoso del "mientras peor, tanto mejor" en nombre de la teórica revolución de un materialismo dialéctico que siempre ha terminado en tiranías primero y en sociedades inviables después.

En esto reside la principal explicación de todo el fenómeno en el cual, si vamos al caso, el hembrismo de la "ideología de género" no es sino una cuestión parcial.

No es necesario recurrir a ninguna teoría conspirativa para entenderlo. Si bien detrás del proyecto de destrucción hay mucha actividad de las estructuras que le han quedado a la fracasada militancia de izquierda, el proyecto en sí parte de un esquema estratégico intelectual desarrollado en su momento por Antonio Gramsci. Y hoy el esquema se completa con las teorías sociales de Karl Popper que cuentan con el generoso aporte de mucho, muchísimo,  dinero proveniente de "filántropos" como, por ejemplo, George Soros y su red internacional de ONGs. [23] Este contexto es bastante embrollado porque Popper es un demoliberal que tiene una visión crítica del comunismo de Marx. Sin embargo, la cuestión es que en el libertarianismo de su obra sociopolítica principal, "La sociedad abierta y sus enemigos",  los actuales sobrevivientes del marxismo han encontrado varias ideas útiles para viabilizar la estrategia propuesta por Gramsci.

George Soros
De nuevo, como ya ha sucedido en el pasado, liberales y marxistas, aunque se discutan, terminan dándose la mano. Es como decía alguien allá por la década de los años 20 del siglo pasado: cada vez que el comunismo se mete en problemas al liberalismo se le despierta el instinto maternal.

No podemos analizar aquí a fondo y en detalle todo el pensamiento de Gramsci. El hombre estuvo en prisión durante los últimos 10 años de su vida y a lo largo de la mayor parte de ese tiempo se dedicó a escribir. Y escribió mucho; sus "Cuadernos de la Cárcel" contienen 2.848 páginas de notas manuscritas en 33 cuadernos [24]  que cubren una cantidad de temas cuyo número y diversidad exceden, por lejos, el alcance de esta nota.

Aquí lo que nos interesa es mencionar muy brevemente la "teoría de la hegemonía" de Gramsci que es la que inspira la estrategia de los militantes marxistas que aun sobreviven después del derrumbe soviético, el reformismo chino, la derrota militar de las guerrillas marxistas y la virtual defunción de los Partidos Comunistas en casi todos los países del mundo.

En muy breve síntesis, el núcleo de la tesis de Gramsci es que la dinámica de las contradicciones del capitalismo puede mantenerse bajo control siempre y cuando la burguesía encuentre la manera de paralizar las fuerzas que empujan hacia la revolución proletaria. La observación de Gramsci es que la burguesía no solo domina los medios de producción y las estructuras políticas del Estado sino que, además, domina y controla a toda una serie de instituciones sociales. De este modo la burguesía afirma su hegemonía sobre las demás fuerzas sociales porque, no solo domina la economía y al Estado, sino que controla también los medios educativos, religiosos, comunicacionales, etc. desde los cuales puede combatir con eficiencia las tendencias revolucionarias.

En consecuencia, según Gramsci, las vías de una acción revolucionaria eficaz no pasan principalmente por la toma del Estado para lograr desde allí el cambio de la sociedad. En términos (muy) simplificados: no se trata de hacer una revolución "desde arriba". Desde el momento en que la Historia demuestra que nunca hubo una revolución sociopolítica importante sin un gran cambio cultural previo, la acción revolucionaria eficaz implica romper primero la hegemonía cultural burguesa – destruyendo el contenido religioso, ético, moral, ideológico, filosófico, artístico, educativo etc.etc. de todo el aparato cultural burgués suplantándolo con contenidos que promuevan los objetivos revolucionarios – y solo después proceder al asalto del poder.

Karl Popper
Se ha abandonado, pues, el concepto de la "revolución desde arriba" a partir de la conquista del Estado – que fue el criterio que alimentó los movimientos armados de la guerrilla marxista del siglo pasado. Hoy, en vista de la derrota militar de esa guerrilla en la gran mayoría de los países en que se la pretendió implantar, la estrategia de la subversión armada se ha prácticamente abandonado. Ahora el concepto se centra en una "revolución desde abajo" mediante la ocupación del aparato cultural, con el objeto de la mayor difusión posible de acciones, sucesos, espectáculos, tendencias, leyes, noticias, comentarios, modas o ideologismos secundarios cuya única misión es la de destruir la sociedad actual y cambiar nuestro pensamiento para hacernos permeables a la ideología del materialismo dialéctico.

Ése es el verdadero objetivo de las campañas, las manifestaciones y las operaciones mediáticas como, por ejemplo, las que giran alrededor del aborto, el matrimonio homosexual, las marchas del "orgullo gay", las teatralizaciones nudistas y, por supuesto, la ideología de género. Pero no crean que solamente lo sexual está en la agenda. Lo de las migraciones masivas, la desestabilización de los regímenes tan solo tímidamente nacionales o tradicionales, la promoción del ateísmo, el agravio y el insulto sistemático a los valores tradicionales de Occidente,  la tolerancia frente a verdaderas herejías y la simultánea presentación escandalizada de las miserias, los errores y aun los crímenes que las autoridades eclesiásticas de la Iglesia Católica no supieron (y en algunos casos quizás hasta ni quisieron) controlar, la nula efectividad en la lucha contra el narcotráfico, el aumento casi incontrolado de la pobreza, la prostitución del arte, todo ello y mucho más es parte del mismo cuadro.

Y no es el resultado de una oscura y tenebrosa conspiración. Es el resultado de una oscura, tenebrosa, enfermiza y abominable forma de pensar de centenares de supuestos "intelectuales" y "filósofos" cuya cosmovisión fuimos aceptando poco a poco desde fines de la Segunda Guerra Mundial.
     
Ya sería hora de pegar la vuelta y dejar de aceptarla.

Varones, mujeres y familias


Y en cuanto al tema principal de esta nota, seamos conscientes de lo que somos y de cómo somos. Y no aceptemos cualquier fantasía estrambótica que nos pide que dejemos de ser lo que somos con la presuntuosa promesa de que, adoptando determinadas teorías, vamos a ser mucho mejores desde algún arbitrario y delirante punto de vista.

Se pueden cambiar muchas conductas del ser humano pero los intentos de cambiar, reprimir o modificar aquellas que se relacionan con la esencia misma de la condición humana – y la conducta sexual es una de ellas – han sido todas, sin excepción, condenadas al fracaso y no han producido más que enormes sufrimientos.

Somos lo que desde el principio el Creador del Universo quiso que seamos y lo que logramos ser después de millones de años de evolución. Quienes no quieran creer en un Creador, son libres de creer lo que quieran; pero aun así (y quizás con mayor motivo) no podrán negar el camino recorrido por el monigote australopitécido hasta llegar al actual Homo Sapiens. Querer cambiar eso está más allá del poder de cualquier teoría intelectual y, sobre todo, más allá de los caprichitos hedonistas de personas que todavía creen que la única fuente de felicidad es el placer.

Aceptémonos como realmente somos.

No somos iguales. Y, en lo sexual, varones y mujeres somos diferentes y complementarios. Precisamente, la característica principal y quizás más valiosa de nuestra diferencia reside en la complementariedad. Si no fuésemos diferentes no podríamos unirnos para formar un todo en el matrimonio. Si no fuésemos complementarios no podríamos lograr que ese matrimonio sea algo armónico y equilibrado. Y si no pudiésemos lograr matrimonios equilibrados no podríamos formar familias. Y si no pudiésemos formar familias equilibradas nuestros hijos nacerían prácticamente huérfanos de padre y madre aun cuando ambos progenitores vivieran.

Por eso es que, lamentablemente, lo que muchas veces sucede hoy en día es que, al destruirse las familias, muchos chicos crecen sin llegar nunca a saber lo que es una familia de verdad.

Eugenio Zampighi (1859–1944): “Una familia feliz”
Pintó con fuerte colorido especialmente un repertorio de escenas de género
campesino, mostrando a la familia tradicional en la vida rural italiana.

Tampoco es una cuestión de patriarcado, matriarcado, poligamia, poliandría, "poliamor" o algún "constructo" derivado de una observación "interpretativa" de la realidad histórica. Básicamente es una cuestión de etología, del comportamiento que se corresponde con la naturaleza propia de la especie humana. [25]  Solo eso.

Y en cuanto al tema de los abusos y los acosos sexuales, podría citar a mi amiga Vicky de Facebook cuya sabia y filosófica conclusión es que:
"El acoso se maneja con respuestas rápidas y claras. Toda mujer, en todos los ámbitos recibe "acoso", a lo largo de su vida. A no ser que sea un bagre. Siempre se maneja, por las buenas o por las malas. ¡¡¡¡No me vengan con cuentos!!!! "
Me consta.

En un momento de mi juventud conocí a una chica muy bonita de unos 17 años a la cual, para su desgracia, un baboso imbécil de una edad que podría haber sido la de su padre, la perseguía a sol y sombra. Hasta que un día, en presencia de varias personas, el tipo quiso poner una mano en donde no correspondía y la petisa giró sobre sus talones en 180º y ahí nomás, delante de todo el mundo, con el envión que tenía, le pegó tal sopapo al tarado que poco más y le deja la quijada fuera de escuadra.

En enero del año que viene, esa chica y yo vamos a cumplir 50 años de casados.

Pueden creerme si les digo que en esos 50 años pasaron muchas cosas. No fue nada fácil. Ella no es ninguna Cenicienta y yo no soy ni siquiera remotamente parecido al clásico Príncipe Azul. A ambos nos caben las generales de la ley. Realmente, esos 50 años no fueron un paseo por el parque en un dorado carruaje tirado por seis caballos blancos mientras las rosas perfumaban el aire y los violines sonaban suavemente en algún lado. Más bien el papel de los caballos tuvimos que asumirlo nosotros mismos y nos pasamos años juntos, lado a lado, tirando del carro para que las cosas salieran adelante.

Pero no exageremos. Tampoco fue todo solamente sacrificio y  sufrimiento. La verdad es que tuvimos muchos buenos momentos y muchas lindas experiencias. También es cierto, sin embargo, que durante bastante tiempo nos tocaron etapas muy duras que tuvimos que afrontar y superar. No. No fue fácil. No fue nada fácil. De esas adversidades y de alguna muy triste pérdida han quedado cicatrices; y de otros reveses todavía quedan algunas piedras que llevamos en nuestras mochilas.

Pero lo logramos. Una casa que es un verdadero hogar. Nada de deudas. Un hijo, en su casa propia, bien casado con una nuera que es una excelente persona; un nieto de 7 que ya empieza a ser un terriblemente simpático atorrante y una nieta de 2 añitos y medio, cada vez más pizpireta que nos derrite el corazón cuando se sonríe.

Ésa es la familia que se reunirá alrededor del árbol de navidad dentro de unos días.
  
¡Y pensar que en términos de "perspectiva de género", hacia el principio de esta odisea de 50 años lo que hay es un acoso sexual que desembocó en un simple, tremendo, definitivo sopapo.

Eso es lo que ninguna medusa hembrista va a entender jamás.

******************

ANEXO

Texto completo del Manifiesto de las artistas e intelectuales francesas contra el #MeToo


La violación es un crimen. Pero el coqueteo insistente o torpe no es un crimen, ni la galantería es una agresión machista.

Como resultado del caso Weinstein, ha habido una conciencia legítima de la violencia sexual contra las mujeres, particularmente en el lugar de trabajo, donde algunos hombres abusan de su poder. Ella era necesaria. Pero esta liberación de la palabra se convierte hoy en su opuesto: ¡Nos ordenan hablar, a silenciar lo que enoja, y aquellos que se niegan a cumplir con tales órdenes se consideran traidoras, cómplices!

Pero es la característica del puritanismo tomar prestado, en nombre de un llamado bien general, los argumentos de la protección de las mujeres y su emancipación para vincularlas a un estado de víctimas eternas, pobres pequeñas cosas bajo la influencia de demoníacos machistas, como en los tiempos de la brujería.

Supresiones y acusaciones

De hecho, #metoo ha provocado en la prensa y en las redes sociales una campaña de denuncias públicas de personas que, sin tener la oportunidad de responder o defenderse, fueron puestas exactamente en el mismo nivel que los delincuentes sexuales. Esta justicia expedita ya tiene sus víctimas: hombres sancionados en el ejercicio de su profesión, obligados a renunciar, etc.; mientras que ellos solo se equivocaron al tocar una rodilla, tratar de robar un beso, hablar sobre cosas "íntimas" en una cena de negocios, o enviar mensajes sexualmente explícitos a una mujer que no se sintió atraída por el otro.

Esta fiebre para enviar a los "cerdos" al matadero, lejos de ayudar a las mujeres a empoderarse, en realidad sirve a los intereses de los enemigos de la libertad sexual, los extremistas religiosos, los peores reaccionarios y los que creen -en nombre de una concepción sustancial de la moralidad buena y victoriana- que las mujeres son seres "separados", niñas con una cara de adulto, que exigen protección.

Del otro lado, se convoca a los hombres a encontrar, en lo más profundo de su conciencia retrospectiva, un "comportamiento fuera de lugar" que podrían haber tenido hace diez, veinte o treinta años, y del cual deberían arrepentirse. La confesión pública, la incursión de fiscales autoproclamados en la esfera privada, que se instala como un clima de sociedad totalitaria.

La ola purificadora parece no conocer ningún límite. Allí, censuramos un desnudo de Egon Schiele en un póster; pedimos la eliminación de una pintura de Balthus de un museo con el argumento de que sería una apología de la pedofilia; en la confusión del hombre y la obra, pedimos la prohibición de la retrospectiva de Roman Polanski en la Cinémathèque (Cinemateca Francesa) y obtenemos la postergación de la muestra dedicada a Jean-Claude Brisseau. Una académica considera que la película de Michelangelo Antonioni Blow-Up es "misógina" e "inaceptable". A la luz de este revisionismo, ni John Ford (La prisionera del desierto) ni incluso Nicolas Poussin (El rapto de las sabinas) quedan a salvo.

Los editores ya piden que los personajes masculinos sean menos "sexistas", que hablemos de sexualidad y amor con menos desproporción, o que garanticemos que el "trauma experimentado por los personajes femeninos" sea ¡más obvio! ¡Al borde del ridículo, un proyecto de ley en Suecia quiere imponer un consentimiento explícitamente notificado a cualquier candidato para tener relaciones sexuales! En cualquier momento dos adultos que quieran dormir juntos consultarán primero en una "aplicación" de su teléfono un documento en el que estarán debidamente enumeradas las prácticas que aceptan y las que rechazan.

La libertad indispensable para ofender

El filósofo Ruwen Ogien defendió una libertad de ofensa indispensable para la creación artística. De la misma manera, defendemos una libertad para importunar, indispensable para la libertad sexual. Ahora estamos suficientemente advertidas para admitir que el impulso sexual es por naturaleza ofensivo y salvaje, pero también somos lo suficientemente clarividentes como para no confundir el coqueteo torpe con el ataque sexual.

Sobre todo, somos conscientes de que la persona humana no es monolítica: una mujer puede, en el mismo día, dirigir un equipo profesional y disfrutar siendo el objeto sexual de un hombre, sin ser una puta ni una vil cómplice del patriarcado. Puede asegurarse de que su salario sea igual al de un hombre, pero no sentirse traumatizada para siempre por un manoseador en el metro, incluso si se considera un delito. Ella incluso puede considerarlo como la expresión de una gran miseria sexual, o como si no hubiera ocurrido.

Como mujeres, no nos reconocemos en este feminismo que, más allá de la denuncia de los abusos de poder, toma el rostro del odio hacia los hombres y la sexualidad. Creemos que la libertad de decir no a una propuesta sexual no existe sin la libertad de importunar. Y consideramos que debemos saber cómo responder a esta libertad para importunar de otra manera que encerrándonos en el papel de la presa.

Para aquellas de nosotras que hemos elegido tener hijos, creemos que es mejor criar a nuestras hijas para que estén informadas y sean lo suficientemente conscientes como para vivir sin intimidación ni culpabilidad.

Los incidentes que pueden tener relación con el cuerpo de una mujer no necesariamente comprometen su dignidad y no deben, por muy difíciles que sean, convertirla necesariamente en una víctima perpetua. Porque no somos reducibles a nuestro cuerpo. Nuestra libertad interior es inviolable. Y esta libertad que valoramos no está exenta de riesgos o responsabilidades.

Enero 2018
Firman 100 artistas e intelectuales de Francia.



----------------------------------------------
NOTAS

1)- https://www.infobae.com/america/entretenimiento/2017/10/12/quienes-son-las-mujeres-que-denunciaron-los-abusos-sexuales-del-poderoso-productor-harvey-weinstein/
2)- https://www.20minutos.es/noticia/3457209/0/harvey-weinstein-productor-empatado-con-dios-caer-infiernos-hollywood-cine-me-too/
3)- https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2018/08/22/5b7d945222601d2f4c8b4664.html
4)- https://www.20minutos.es/noticia/3431139/0/asia-argento-jimmy-bennett-me-asalto-sexualmente-17-anos/
5)- https://www.clarin.com/sociedad/ano-metoo-abogados-harvey-weinstein-dicen-pruebas-abusos_0_4iR2zIjbz.html
6)- http://www.elmundo.com/noticia/-MeToolas-mujeres-de-Hollywood-en-pie-de-guerra-contra-los-abusos/364928
7)- Ibid.
8)- https://www.infobae.com/teleshow/paso-en-la-tv/2018/12/13/bailando-2018-maria-del-cerro-conto-que-sufrio-un-abuso-sexual-cuando-tenia-11-anos/
9)- Ideología de género, teoría de género, perspectiva de género, o como se prefiera llamarla. Ni quienes la promueven están de acuerdo en cómo definirla.
10)- https://elpais.com/internacional/2012/11/30/actualidad/1354236724_794255.html
11)- Kim Elsesser; Sex and the Office: Women, Men and the Sex Partition that’s Dividing the Workplace;  Cf. http://www.kimelsesser.com/about-kim/
Cf: https://www.amazon.com/Sex-Office-Partition-Dividing-Workplace/dp/1493007947/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1443637693&sr=1-1&keywords=elsesser
12)- Johnny C. Taylor, CEO de Society for Human Resource Management. Cf. https://www.shrm.org/
13)- https://www.libremercado.com/2018-10-13/un-ano-despues-del-metoo-los-empresarios-dejan-de-contratar-a-mujeres-por-miedo-1276626398/
14)- https://www.infobae.com/america/mundo/2018/01/09/el-manifiesto-completo-de-las-intelectuales-francesas-contra-el-metoo/
15)- https://elpais.com/cultura/2018/01/09/actualidad/1515513768_647890.html
16)- https://medium.com/@Carnaina/las-mujeres-son-v%C3%ADctimas-cuatro-mujeres-dan-su-opini%C3%B3n-ab060b62db80
17)- Ibid.
18)- Ibid.
19)- Ibid.
20)- Norman Finkelstein "La Industria del Holocausto" https://drive.google.com/file/d/0B6QXUcoelzmpb3BlNndLN3hJeGc/edit
21)- http://www.adoptar.org.ar/columnas/zaffaroni-si-hay-oscuridad-no-hay-abuso-sexual-infantil-caso-tiraboschi/
22)- Respecto de esta constitución genética los estudios genéticos actuales demuestran que no hay necesariamente una relación directa, fatal y determinante entre el crimen y la anormalidad 47 XYY como creyeron algunos investigadores neo-lombrosianos. No obstante, estadísticamente sigue siendo válida la conclusión de los trabajos de  A. W. Griffiths:  "De las muchas manifestaciones anormales dispares de la condición anormal, probablemente las más constantes son el aumento de la estatura, las actitudes mentales asociales e introvertidas, la inteligencia disminuida y la disposición a enfermedades mentales psicopáticas". A. W. Griffiths, "The XYY Anomaly" (1971) 11 Med. Sci. Law 73. -
Citado por Allen A. Bartholome (Superintendente psiquiátrico de la prisión Pentridge, Melbourne, Departamento de Psiquiatría, Universidad de Melbourne)  en PSYCHOPATHY, SEX CHROMOSOME ABNORMALITIES, AND THE CRIMINAL LAW (Psicopatía, sexo, anormalidades cromosómicas y la ley penal). Cf. https://www.austlii.edu.au/au/journals/AdelLawRw/1972/2.pdf
23)- https://www.opensocietyfoundations.org/
24)- http://www.feduba.org.ar/2016/07/22/cuadernos-de-la-carcel-completo-para-descargar/
25)- Cf. Konrad Lorenz, "Sobre la agresión" en
https://drive.google.com/file/d/0B6QXUcoelzmpY2lEcGtWemI4TGc/view
y también "Los ocho pecados capitales de la humanidad civilizada":
https://drive.google.com/file/d/0B6QXUcoelzmpLU1scG9CNDIyNkk/edit