lunes, 18 de noviembre de 2019

¿ENLOQUECIÓ EL MUNDO?

En un mundo loco solo los locos están en sus cabales.
Akira Kurosawa

Cuando el mundo enloquece,
obedecer siempre parecerá la solución más simple.
Graham Greene



Las Noticias

Hace unos dos o tres días que me vengo paseando por todos los canales de Internet que consulto cada tanto para tener una panorámica de lo que está sucediendo en este desquiciado mundo que tenemos. Y no puedo remediarlo pero la impresión que me ha quedado es que nuestro planeta está cada vez más desquiciado y cada vez más cerca del caos.

Consideren por unos minutos tan solo las siguientes noticias recolectadas entre el viernes 15 y el sábado 16. Y conste que incluyo únicamente las que encontré en los medios "oficiales" y "serios" tanto como para que no me acusen de estar trolleando fake news del lado oscuro de Internet. 

CHILE (15/11/2019)
Último día de la semana laboral y, como es habitual, los manifestantes del movimiento social chileno se auto-convocaron para una nueva versión de la “Marcha más grande de Chile”, por cuarta semana consecutiva. [1]


VENEZUELA (16/11/2019)
Juan Guaidó: “Vamos a la calle por Venezuela”. El presidente interino envió un mensaje a sus seguidores al comienzo de la jornada de protestas contra el régimen de Nicolás Maduro. “Todos por Venezuela”, escribió esperanzado en su cuenta de Twitter. [2]

IRÁN (16/11/2019)
Segundo día de protestas en Irán. Miles de personas salieron a las calles en distintas ciudades del país para reclamar contra el aumento en el precio del combustible. Hay un muerto confirmado y un banco incendiado. [3]


FRANCIA (16/11/2019)
París: destrozos, incendios y violencia en el primer aniversario de los Chalecos Amarillos. Los manifestantes se desplegaron en distintos puntos de la ciudad y quemaron autos y contenedores de basura. La policía respondió con gases lacrimógenos. [4]


BOLIVIA (16/11/2019)
Violentos enfrentamientos en Bolivia entre cocaleros y la policía: asciende a ocho la cifra de muertos. Además de las víctimas fatales en Cochabamba, hay dos personas en estado de muerte cerebral, decenas de heridos y más de 100 de detenidos. [5]


IRAK (16/11/2019)
Las protestas populares se extienden a Bagdad y son las más letales. El “que se vayan todos” también se instaló en Irak. Desde hace un mes, estudiantes y jóvenes desocupados piden reformas al gobierno y el fin de la corrupción. [6]

¿Qué está pasando aquí?

En seis países, que en la mayoría de los casos se supone que no tendrían nada que ver entre sí, de repente miles de personas salen a la calle a protestar, la cosa se desmadra y de pronto aparecen las patotas que empiezan a romper todo, a incendiar todo, a profanar iglesias católicas, a saquear, a tirar piedras y a enfrentarse con cuanta autoridad se les ponga delante.

¿Qué está pasando aquí?  ¿Se volvieron todos locos de repente? ¿Alguien está pensando hacer algo parecido a una reedición aumentada y corregida de la Primavera Árabe?

Soy el primero en recordar siempre la famosa frase atribuida a Roosevelt según la cual "En política no hay casualidades. Si algo sucede en política pueden apostar a que alguien lo planificó de esa manera." En muchos casos ese criterio de análisis funciona bastante bien. Incluso en aquellos casos en que la planificación salió terriblemente mal. Pero una mayoría estadística de casos no implica todos los casos. Y creo que en esta seguidilla de explosiones sociales estamos ante uno de esos casos en que tenemos que revisar nuestros criterios.

Como punto de partida tenemos que conceder que la famosa frase tiene un núcleo coherente de realidad: la actividad política es consecuencia de la voluntad de poder de quienes la ejercen. Por lo tanto, en principio y en teoría, se puede decir que no hay "casualidades". Las piezas del tablero de ajedrez de la política no se mueven por sí mismas. Alguno de los jugadores las mueve de acuerdo a una estrategia y una táctica.


Lo que sucede es que estamos demasiado acostumbrados a interpretar al ajedrez político igual que al ajedrez-juego: es decir, como una partida jugada por dos jugadores. Esto pudo haber sido aproximadamente cierto durante la época de la Guerra Fría con los EE.UU. y la URSS como contendientes principales. Y digo "aproximadamente" porque, en realidad y pragmáticamente hablando, se trataba de la competencia entre dos caras de la misma moneda con una supervisión a cargo del árbitro representado por la plutocracia financiera internacional que ya estaba planificando un Nuevo Orden Mundial. Pero, así y todo, lo visible era una competencia entre dos jugadores y hasta cierto punto se podía simplificar el análisis asumiendo una dinámica bipolar.
 
Pues bien, eso se terminó. El ajedrez político ya no se juega según aquellas reglas. Por consiguiente, juzgar los acontecimientos del Siglo XXI con los modelos de análisis del Siglo XX conduce a errores con total seguridad. Porque sería como tratar de entender la estrategia del ajedrez con las reglas del juego de damas, o más precisamente, con las reglas del juego del Go que, según dicen, era el favorito de Ho Chi Minh.

Poder y Poderío

Ya no hay dos jugadores más un árbitro. Hay varios jugadores y el árbitro del Siglo XX retuvo su poderío económico pero empieza a tener serios problemas con su poder político. La cuestión es bastante compleja y no es ningún milagro que muchas personas aun no lo entiendan porque, aparte de la cuestión de poder y poderío que veremos en seguida, en este proceso todavía participan varios operadores y militantes políticos que siguen pensando en los términos políticos y sociales de la época de la Guerra Fría.

La casta política argentina podría ser un ejemplo destacado de este arcaísmo conceptual que se sustenta en ideologismos más arcaicos todavía. La mitad se basa en versiones más o menos remozadas de las ideologías del Siglo XVII y la otra mitad en versiones apenas un poco revisadas de las del Siglo XVIII. En lo esencial, la política argentina, en el caso de los liberales de derecha atrasa unos 250 años [7] y en el de los liberales de izquierda unos 170 años. [8]

Como marcábamos más arriba, el poderío económico de la plutocracia del Siglo XX no ha mermado. Desde ciertos puntos de vista estrictamente económicos incluso puede decirse que aumentó. El problema de esta gente es que poderío no es necesariamente poder. El poder se define como la capacidad, efectivamente aplicada, de incidir en la evolución histórica mientras que el poderío es la capacidad potencial de incidir en dicha evolución. [9]

Quizás algunos pensarán que la diferencia es demasiado sutil y solo le importa a los intelectuales. No hay nada de eso. La diferencia es sutil, de acuerdo, pero muchas veces en las pequeñas sutilezas está la explicación de las grandes diferencias. Ilustremos esto con un pequeño y banal ejemplo.

Imaginémonos que estamos enfrentando a un enemigo imaginario. Imaginemos además que tenemos 1.000 tanques; 10.000 cañones; 5.000 aviones y 150.000 hombres bajo armas y que nuestro enemigo tiene 20 tanques, 30 cañones, 10 aviones y a lo sumo 5.000 hombres para combatir.

Esa cuenta nos diría que no tenemos mayormente nada que temer. Si a nuestro enemigo se le ocurriría cruzar la frontera lo aplastaríamos en 24 horas y, viceversa, si a nosotros se nos ocurriría atacarlo, en 24 horas lo dejaríamos reducido a escombros. Pero ahora introduzcamos un detalle: según lo que dice nuestro Servicio de Inteligencia Militar el enemigo dispone de capacidad ofensiva nuclear y un sistema de misiles inteligentes indetectables con los que puede alcanzar cualquier punto de nuestro territorio.

El hecho es que no hemos comprobado fehacientemente y con una certeza absoluta esa capacidad nuclear de nuestro enemigo. La información que tenemos al respecto puede ser cierta como puede ser falsa. Estamos en la situación típica de tener que tomar decisiones en un contexto de incertidumbre. Pues bien, si en nuestro análisis la disponibilidad nuclear del enemigo nos resultara creíble, entonces ya no seríamos tan optimistas; optaríamos por una estrategia de defensa y, en todo caso, excluiríamos un ataque frontal de parte nuestra al menos hasta aclarar la situación.  En ese caso, y si resultara que nuestro enemigo NO tiene la capacidad nuclear que creemos que tiene, nosotros tendríamos el poder pero ellos tendrían el poderío.

¿Por qué? Porque como dicen las definiciones, esencialmente, el poder es una capacidad real y el poderío es una capacidad potencial aplicada  a las decisiones políticas. El poder o bien es real e inmediatamente aplicable, o bien no es poder. En cambio para que exista el poderío es suficiente con que mi enemigo me haga creer que lo tiene y, en consecuencia, me haga adoptar la actitud de "en la duda, abstenerse". Es como en una partida de truco. Si el otro tiene el ancho de espadas, el ancho de bastos y el siete de espadas tiene poder y no puede perder. Pero si canta flor, hace la primera con el as de espadas, ahí nomás me canta truco y yo no tengo el as de bastos, todo dependerá de si yo creo que él tiene el siete de espadas. Si lo creo y me voy al mazo, es irrelevante que mi adversario lo haya tenido o no. La mano y los porotos los habrá ganado él.

El mundo multipolar

La política internacional es bastante más complicada que una partida de truco o de póker, pero el bluff es un recurso que se usa todos los días.

Para empezar, el poderío del sistema financiero depende muchísimo de que nosotros creamos que realmente tiene poder. Incluso en lo más básico, el valor de ese billete de papel con el que pagamos lo que consumimos es completamente arbitrario y depende de que la gente crea que vale lo que está impreso sobre él. En realidad un dólar es un papel pintado exactamente igual que un peso argentino. Que la gente hoy esté dispuesta a poner 62 papelitos llamados pesos a cambio de un papelito llamado dólar solo indica que la gente cree realmente que el dólar vale más que el peso argentino. ¿Que por qué lo cree? Pues, en la enorme mayoría de los casos porque se lo dijeron. Se lo dijeron los medios (yo me acabo de fijar en el diario), se lo dijeron los bancos, se lo dijeron las calificadoras de riesgo o se lo dijeron los carteles de las casas de cambio. Estimado lector, ni Usted, ni yo, ni nadie en realidad, puede establecer fehaciente e indiscutiblemente el valor real de ese papelito verde que en una de sus caras, entre símbolos masónicos a la izquierda y el águila americana a la derecha, declara "In God we trust". [10]


 Todos sabemos que aun así, el dólar es la moneda que rige el comercio internacional, principalmente el de los hidrocarburos. Pues la verdad es que es así... pero ya no tanto. Al menos cinco países se están poco a poco desacoplando del dólar desde el año pasado: Rusia, China, India, Turquía e Irán. [11] Algunos pesimistas ya calculan con una caída del dólar cercana al 30% a partir de fines de 2019 y hacia fines de 2020, lo cual sería "la peor pesadilla" para los norteamericanos. [12]  Una pesadilla que ya los llevó a liquidar por la vía expeditiva a algunos dirigentes políticos que jugaron con la idea de abandonar el dólar como moneda de comercio internacional como, por ejemplo, Gadaffi y Saddam Hussein.

¿Por qué defiende la plutocracia mundial con uñas y dientes la dependencia del dólar? Por una razón muy sencilla: porque si el criterio es que el dinero es la fuente principal del poder – y ése ha sido siempre el dogma de todos los liberales, sean de derecha o de izquierda – entonces es imprescindible que las personas sigan creyendo en el poder del dinero. Y en el caso del dólar el poderío de la plutocracia internacional depende casi exclusivamente de la confianza de los operadores en el dólar como principal medio de intercambio y medida de valor.

En este escenario entran ahora a jugar los operadores políticos más "pesados" del ámbito internacional. Y ya no son dos, son por lo menos cuatro.

Por un lado los EE.UU. siguen, por supuesto, teniendo vigencia y poder pero este poder ya no está siéndole disputado por un adversario al que, en última instancia, se podía controlar económicamente. Le está siendo disputado por al menos otros dos jugadores quienes, a su vez, vienen acompañados de unos cuantos aliados, algunos circunstanciales y otros no tanto. Con todo, tal como lo señaló Putin hace poco, Rusia está prácticamente rodeada de bases militares norteamericanas, o que responden a las estrategias norteamericanas, y ése – más las famosas sanciones económicas – es el poder real que los EE.UU. todavía son capaces de usar para poner a sus enemigos bajo presión. Pero el poder militar depende a su vez de la capacidad industrial norteamericana – que, dicho sea de paso, Trump reactivó significativamente – y con eso estamos otra vez ante la misma cuestión: la capacidad económica norteamericana depende del poderío de su capacidad financiera que, a su vez, está siendo desafiada.

Por el otro lado está China que tiene enormes reservas en dólares y en cualquier momento las puede usar como arma para torpedear el valor del dólar pero, más allá de eso, tanto Rusia como China están infiltrándose silenciosamente en África y en América Latina ocupando posiciones en los lugares en que los amigos de europeos y norteamericanos son bastante pocos. Que los norteamericanos no consiguen hacer gran cosa al respecto, lo demuestra principalmente el caso de Cuba y de Venezuela.

A eso hay que agregar a la India cuyo peso es bastante menor pero está avanzando y que oficia de modelo para la estrategia brasileña. Con eso tenemos armado el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) cubriendo las zonas de América del Sur, Asia Central, Asia Oriental, India y África del Sur. Si uno se toma el trabajo de mirar el mapa, se va a convencer rápido de que esto no es trivial ni mucho menos.

Y a todo esto se pueden agregar jugadores como Turquía y algunos otros países europeos que ya están bastante cansados de la hegemonía norteamericana implantada después de la Segunda Guerra Mundial.

El mundo se ha vuelto multipolar. La plutocracia financiera establecida en los EE.UU. y sus aliados ya no tiene la capacidad de control global que tenía en los tiempos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Las referencias a los acuerdos de Yalta son referencias a una Historia Antigua.

Las revueltas

Es en este complejo marco que hay que tratar de entender las revueltas que se han producido últimamente.

Por de pronto no son todas iguales aun cuando, como señalamos en un comentario anterior, [13] todas responden, en última instancia, a la incapacidad de los Estados de sintetizar las divergencias internas que desgarran sus cuerpos sociales y producen las famosas "grietas" a lo largo de las cuales después se alinean tirios y troyanos para dirimir la cuestión a garrotazos, pedradas, incendios y recursos peores.

En algunos casos lo que ha fracasado es la teoría liberal-capitalista del "derrame" que no solo no se ha producido sino que ha aumentado la diferencia entre ricos y pobres. Un régimen como, por ejemplo el chileno, aplaudido y elogiado durante años como un modelo a seguir, de repente resultó que no era tan óptimo como se decía. Los más perjudicados se cansaron de las promesas y la olla a presión no se derramó sino que explotó. Por supuesto que no sin la entusiasta colaboración de la izquierda chilena para la cual – como para todas las izquierdas marxistas y semi-marxistas en general – una lucha de clases es un regalo del cielo.

En otros casos la cuestión es más compleja porque al problema de la desigualdad económica se le agrega una cuestión racial más algunos otros condimentos que varían de caso en caso. Es por ejemplo lo que sucede en Bolivia con los enfrentamientos entre los indígenas pobres y marginados del Norte contra blancos relativamente de mejor nivel socioeconómico del Sudeste. A todo lo cual se agrega el accionar del narcotráfico que manejando enormes sumas de dinero infiltra de corrupción a todo el aparato estatal e incluso al  sector privado. En Venezuela la situación es similar aunque allí lo que hay que sumar es el factor ideológico con pretensiones de liderazgo regional, la necesidad de Cuba de conseguir recursos para su economía atascada desde hace añares y los esfuerzos de Rusia y China para posicionarse en el patio trasero norteamericano.

El caso de Irán es extraño porque es casi imposible detectar causales objetivas que expliquen los estallidos. No obstante es muy posible que allí lo que está sucediendo es algo similar a lo que pasa en el Hong Kong chino: una juventud, mayormente estudiantil, sometida a una férrea disciplina es tentada con promesas de libertad y tolerancia a lo cual se agrega la utopía de una sociedad más justa y equitativa según del modelo demoliberal de Occidente. Con eso ya se tiene el motor principal de las protestas. Un poco de agitación por parte de alguna parte interesada – en el caso de Irán es imposible pasar por alto los intereses israelíes más, dado el caso, los norteamericanos – y la mezcla explosiva solo necesita que se encienda la mecha con algún pretexto más o menos creíble.

En Irak los gobiernos instalados luego de la ocupación norteamericana nunca consiguieron dominar la situación. Entre los intereses petroleros de yanquis e ingleses; el accionar de las sectas fanáticas musulmanas; las estrategias israelíes, la presencia de los rusos en Siria, las presiones de algunos países europeos, más los turcos que no quieren perder su porción del Kurdistán,  la sociedad iraquí – o lo que queda de ella – no está dividida por una grieta; está atravesada por toda una red de grietas de distinta índole y cualquiera de ellas puede producir una explosión en cadena.

Y nos queda Francia. Que es casi lo mismo que decir "la vieja Europa". Una vieja Europa que está cansada hasta de sí misma. Cansada de un mercado común que funciona a las patadas; cansada de un parlamento europeo que no sirve para nada útil excepto como tribuna y bocina para la ideología del liberalismo de izquierda; cansada de un "europeísmo" estéril que no ha aportado nada nuevo en más de 70 años; cansada de una casta intelectual genuflexa y culpógena constantemente arrodillada pidiendo perdón hasta por su propio pasado; cansada de ser el furgón de cola del imperio anglonorteamericano; cansada de tener que lidiar de nuevo con viejos chauvinismos nacidos como respuesta a la igualitarización imposible de pueblos, naciones y etnias.... cansada de exigir un lugar bajo el sol en nombre de sus enormes aportes a la cultura de Occidente y ser constantemente rechazada por toda una fauna de energúmenos incapaces de cultivar y conservar al menos la cultura que la Europa de sus mejores momentos creó, desarrolló y difundió por todo el mundo.

Y por eso, porque está cansada, porque ya no se le ocurre nada nuevo, a veces sale a la calle a despotricar, a pelearse con la policía y a romper un par de vidrios para sacarse la bronca de encima y para insistir con las viejas ideologías de la vieja Europa en la remota esperanza de que alguna de ellas produzca el milagro de recuperarle ese orgullo que alguna vez sus auténticos logros le permitieron tener.

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El mundo se ha complicado.

Ya no sirven los modelos de análisis simples; esas interpretaciones del Siglo XX que permitían explicar, si no todos al menos la mayoría de los acontecimientos como producto de la interacción conspirativa de dos grandes colosos visibles y un número de estructuras invisibles que, entre todos, constituían lo que se dio en llamar la "sinarquía", ese término griego rescatado de las fantasías esotéricas de Alexandre Saint-Yves d'Alveydre. [14]

El Siglo XXI se dirige hacia otra cosa. En primer lugar los jugadores ya son varios y en el futuro probablemente serán más. En segundo lugar el poderío del dinero como fuente y respaldo del poder político disminuirá y es probable que en el largo plazo esa disminución sea considerable.  Y en tercer lugar, los Estados deberán convencerse de que la inequidad y las tensiones internas no resueltas son un mal negocio en política.

El mundo del Siglo XXI seguramente no será un mundo perfecto. Los seres humanos no construimos mundos perfectos.

Pero, con muchísimo trabajo y tan solo un poco de suerte, es posible que logremos construir algo aunque más no sea un poco mejor que lo que tenemos ahora.

Podemos lograrlo si aceptamos la realidad, desechamos las explicaciones fáciles y dejamos de cometer eternamente los mismos errores.

El mundo no se volvió loco. Los locos son los que insisten en hacer siempre lo mismo esperando un resultado diferente. Eso, como se sabe, es uno de los indicios más evidentes de la locura. Dejemos esa estupidez de lado de una vez por todas y no nos dejemos contagiar.

El régimen demoliberal, sea de la orientación que sea, se desliza por el plano inclinado de la degradación y la decadencia. Hay miles de síntomas al respecto y la necesidad de detener ese proceso es cada vez mayor. Pero rompiendo todo, incendiando iglesias y tirando piedras, sin un proyecto de futuro diferente al de las utopías que ya fracasaron, no se logra la Revolución Necesaria.

No perdamos el tiempo con esas pavadas.

Hay todo un mundo por reconstruir y construir. Además, allá afuera hay un Universo entero para conquistar.

Tenemos mucho trabajo para hacer.


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NOTAS
1)- https://www.clarin.com/mundo/gente-volvio-calles-chile-incidentes-menores-expectativa_0_qlkBOvNb.html
2)- https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/11/16/juan-guaido-vamos-a-la-calle-por-venezuela/ https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/11/16/en-vivo-masivas-marchas-en-venezuela-contra-la-dictadura-de-maduro/
3)- https://www.infobae.com/america/mundo/2019/11/16/segundo-dia-de-protestas-en-iran-el-impactante-momento-en-que-se-incendia-un-banco/
4)- https://www.clarin.com/mundo/marchas-destrozos-tension-primer-aniversario-chalecos-amarillos_0_FSyFHj32.html
5)- https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/11/16/violentos-enfrentamientos-en-bolivia-entre-cocaleros-y-la-policia-ascienden-a-seis-la-cifra-de-muertos/
6)- https://www.infobae.com/america/mundo/2019/11/16/las-protestas-populares-se-extienden-a-bagdad-y-son-las-mas-letales/
7)- Tanto como para referencia: "El Contrato Social" de Rousseau se publicó en 1762.
8)- Para una referencia similar: el "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels se publicó en 1848. (El primer tomo de "El Capital" de Marx apareció en 1867).
8)- Cf. Mahieu, Jaime María de, "Diccionario de Ciencia Política"
9)- "En Dios confiamos", lema que los yanquis completan con el brulote de "... y todos los demás pagan al contado ".
10)- https://mundo.sputniknews.com/economia/201901021084526818-paises-que-disminuyeron-uso-dolar-comercio/
12)- https://www.hispantv.com/noticias/economia/395184/eeuu-dolar-valor-caida-moneda
13)- Cf. https://denesmartos.blogspot.com/2019/11/chile-vs-bolivia.html
14)- Alexandre Saint-Yves d'Alveydre (1842-1909) - "El Arqueómetro" - Ref: https://es.wikipedia.org/wiki/Alexandre_Saint-Yves_d%27Alveydre Cf. http://hexagonocarmesi.blogspot.com/2012/06/el-arqueometro-de-alexander-saint-yves.html

martes, 12 de noviembre de 2019

CHILE vs BOLIVIA

En cierta oportunidad pude ver un movimiento popular en Londres.
Las personas corrían muy excitadas por la calle.
Todos los que las veían se unían a la corrida.
Corrían simplemente porque todo el mundo lo hacía.
Fue tremendamente impresionante ver a miles de
personas disparadas así a toda velocidad.
Sin duda alguna era, literalmente, un movimiento popular.
Más tarde pude averiguar que todo empezó con una vaca espantada.

Esa vaca tuvo una participación importante
en mi educación como filósofo de la política.
Puedo asegurarles que si, en lugar de leer libros
o los artículos del diario, estudian multitudes,
o animales perdidos y aterrorizados, o cosas por el estilo,
podrán aprender muchas cosas sobre la política.
Por ejemplo, muchas elecciones no son más que estampidas.
Entre nosotros, la anteúltima que tuvimos
fue un conspicuo ejemplo de ello.

La vaca era rusa.
George Bernard Shaw
Prefacio a "El Carro de las Manzanas", 1929. 


El 6 de Octubre de 2019 nos sorprendimos todos al enterarnos de que en Chile se había producido un pandemonio de los mil demonios después de que el gobierno aumentara en 30$ el precio del viaje en subte. Los disturbios siguieron durante todo Octubre y recién a principios de Noviembre los medios dejaron (por un tiempo [**]) de publicar las consabidas imágenes de saqueos, incendios, represiones y desastres varios.  Todos, naturalmente, caratulados de "demostraciones pacíficas" con los eternos "grupos marginales" de siempre, responsables de los destrozos más notorios y, en algunos casos, hasta abominables.

No nos habíamos curado de espanto cuando el 21 de Octubre estallaron disturbios en Bolivia originados por una elección con un bastante dudoso recuento de votos pero principalmente por la decisión de un Evo Morales de imponerse como candidato luego de 14 años de ejercicio de la presidencia, esquivando la cláusula de reelección (inserta en una Constitución que él mismo había diseñado) con un truco calcado de la famosa "re-re" de nuestro Carlitos Menem. Por supuesto, otra vez los medios nos llenaron de imágenes de protestas, incendios y desórdenes varios. Cuando nos enteramos, un amigo mío me comentó sacudiendo la cabeza: "Pero a este muchacho ¿justo la del turco tuvo que intentar? Está bien que por ahí no tuvo a mano una esposa adecuada para hacer la del Néstor, pero ¿no se le ocurrió hacer al menos la de Putin?" En fin, hay cosas que no se entienden demasiado. Aunque seamos sinceros: también nos faltan datos. Todavía.

De cualquier modo, lo curioso del caso es que, si las imágenes no hubieran sido provistas de títulos aclaratorios, en varios casos no hubiéramos podido saber si la fotografía o el video correspondía a Santiago o a La Paz. O a una manifestación en Venezuela. O a los saqueos del 2001 en la Argentina. O, quitando los chalecos amarillos, a alguna de las baraúndas de Francia de otro Octubre pero del 2018 que después, a lo largo de Noviembre, repercutieron en Bélgica, Holanda, Alemania, Italia y España. [1]  Los mismos saqueos, los mismos incendios, las mismas pedradas, las mismas caras de odio, las mismas puteadas, los muertos, los gases, las caras tapadas, las mismas represiones, los mismos garrotazos. Salvo los gases y las balas de goma, nada nuevo desde que un 14 de Julio de 1789 el populacho de París salió a romper todo para bajar a una monarquía obsoleta y suplantarla por una democracia liberal que tan solo 15 años después les pondría un emperador en el mismo lugar del rey derrocado. [2]


Uno se podría poner ahora a analizar por qué un gobierno liberal de "derecha" como el chileno genera prácticamente la misma clase de reacción que el gobierno liberal de "izquierda" boliviano. Cuando uno analiza fríamente los números y, si no tiene la mente envenenada por ideologías, partidismos o revanchismos estúpidos, tiene que reconocer que ni el gobierno chileno ni el boliviano han sido tan fantásticamente buenos pero tampoco tan desastrosamente malos como algunos quieren presentarlos. Es cierto: ninguno de los dos fue tan bueno como para aplaudirlo de pié. Como dicen los chicos: tampoco la pavada. Pero si me pongo a comparar los liberales chilenos con los liberales de Macri o al "populista" Evo con el no menos "populista" Maduro, honestamente no sé quiénes podrían llevarse el laurel al menos malo.

Me dirán ustedes: esa comparación es discutible. Por supuesto que lo es. Es mi opinión subjetiva. Basada en la consideración de algunos hechos concretos pero, expuesta en definitiva a un montón de "pero"-s  y "sin embargo"-s perfectamente válidos. Además confieso que tampoco me interesan demasiado los pormenores de estos procesos. En parte porque, en lo esencial, son casi siempre los mismos y en parte también porque analizar la causa real de estas explosiones multitudinarias nos lleva también casi siempre a la misma cuestión.

De cualquier manera que sea, ponerse ahora a discutir si lo de Bolivia es – o no – un golpe de estado promovido por el imperialismo y si lo de Chile es – o no – un levantamiento popular ante una opresión capitalista, significa quedarse en la superficie de los hechos y perder de vista lo esencial.

Porque lo esencial es el fracaso del Estado liberal – sea de "derecha" o de "izquierda" – en cumplir con las funciones esenciales que en absoluto justifican su existencia. Como ya he reiterado hasta el hartazgo en otros escritos, más allá y antes de sus funciones administrativas, el Estado tiene funciones políticas esenciales y las mismas son tres:
  • Función de Síntesis para construir consensos sintetizando las fuerzas divergentes que siempre existen en toda sociedad amenazando desgarrarla en clases o bandos contrapuestos si no son debidamente controladas y sintetizadas.
  • Función de Planificación: para construir una planificación estratégica que permita establecer políticas de Estado tendientes a la construcción de un futuro necesariamente positivo.
  • Función de Conducción: para ejecutar las políticas de Estado con continuidad y coherencia, en un ámbito de paz social, basada en el orden y el consenso.
Estas tres funciones son, por supuesto, complementarias entre sí y, mediante su poder, un Estado bien organizado y administrado las ejecuta en forma simultánea. [3] Pero no vamos a hablar de eso ahora. Lo que en este caso específico interesa en forma especial es la primera de las funciones: la de síntesis. [4]

No es necesaria una larga demostración para probar que en toda agrupación social humana, desde un club de ajedrez, pasando por una orquesta filarmónica hasta un partido político de masas, siempre existen diferentes opiniones, diferentes tendencias, diferentes visiones, diferentes deseos, diferentes convicciones y, sobre todo, diferentes intereses, a veces explícitos, a veces implícitos y a veces hasta ocultos.

En los Pueblos sucede exactamente lo mismo. A veces mitigado – pero no superado – por condiciones etnoculturales arraigadas en, por ejemplo, un mismo idioma, una misma religión, una misma escala de valores, una misma tradición y un fuerte y amplio sentido de solidaridad y de pertenencia. En unos cuantos casos sin embargo, el fenómeno se encuentra exacerbado por exactamente lo contrario: condiciones etnoculturales diversas, distintos idiomas, distintas escalas de valores, distintas creencias, distintas actitudes frente a la vida, diferentes tradiciones y solidaridades básicamente reducidas al grupo, clase o tribu de pertenencia. Y podríamos citar docenas de otros factores que hacen a lo que se denomina técnicamente como la homogeneidad relativa de una sociedad determinada.

Es evidente – y esto tampoco necesita largas explicaciones – que estas fuerzas divergentes, libradas a la suerte de un desarrollo incontrolado, a la corta o a la larga terminan entrando en conflicto. Cualquiera de estos conflictos, si también carece de un control adecuado, degenera muy fácilmente en la formación de grupos compactos contrapuestos cada uno de los cuales considera al otro, no como un adversario al cual hay que vencer, sino como un enemigo al que hay que eliminar. En ese punto, el conflicto se ha vuelto político y, si sigue fuera de control, a largo plazo el resultado prácticamente inevitable es la guerra civil. [5] 

Las explosiones sociales tanto en Chile, en Bolivia como en varios otros países responden todas básicamente a las tensiones sin resolver descriptas. Un grupo, clase, casta o clan se adueña del poder y no solo trata de gobernar A la comunidad en lugar de gobernar en nombre de la comunidad, sino que trata de hacerlo en beneficio de solo un sector de esa comunidad.

Cuando, por ejemplo, quienes acceden al poder pertenecen a la casta empresarial y financiera las decisiones políticas empiezan a justificarse con teorías como las del "efecto derrame" que en lo esencial significan "si nos va bien a nosotros también les irá bien a todos ustedes"; o bien, como decía un insigne norteamericano "lo que es bueno para General Motors es bueno para los Estados Unidos de América". [6]

Y cuando quienes acceden al poder pertenecen a la casta de la baja burguesía o a una casta situada apenas algo por encima de la marginación total, resurgen las viejas teorías social-marxistas de la lucha de clases en dónde todas las supuestas soluciones pasan por terminar con los ricos y repartirse los despojos del saqueo en forma igualitaria.

Por supuesto, en ninguno de los dos casos se soluciona nada. Con suerte se evita una guerra civil mediante la famosa "alternancia" en el poder como la que podremos gozar el próximo 10 de Diciembre. Pero si el próximo gobierno de los Fernández se propone seguir aplicando los criterios utilizados durante los 12 años previos del kirchnerato, pues volverá a fracasar y, con su fracaso, volverá a abrirle las puertas de la Rosada a los empresarios locales y a los empleados de la plutocracia tal como lo tuvieron que hacer en Diciembre de 2015.

Y, con suerte, otra vez sopa. Nuevo giro de la calesita y empezamos de nuevo.

Uno de los problemas más graves de la política argentina es que todos hablan de "la grieta" pero nadie sabe qué hacer para superarla más que haciendo hipócritas llamados al eterno "diálogo". En estos casos el diálogo democrático es tan efectivo como la actitud de una profesora en una clase de adolescentes inmanejables, que trata establecer el orden y la disciplina con el ruego casi desesperado de "chicos, pórtense bien".

En algún momento todos – políticos y ciudadanos de a pié – tendrán que tener en claro que, si nadie consigue consensuar los intereses y las divergencias en una síntesis puesta al servicio de un objetivo planificado, esos mismos intereses y divergencias formarán grupos antagónicos que se considerarán enemigos entre sí. Cuando eso ocurra el antagonismo se habrá vuelto político y la única forma de resolver un antagonismo político descontrolado es la guerra que deja vencedores y vencidos.

Por eso, en la antesala de una guerra todas las palabras de un diálogo son palabras al viento porque solo se "dialoga" para sacar alguna ventaja antes de las batallas. Y, cuando la guerra finalmente estalla, no se dialoga; se combate.

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En la Argentina, el liberalismo de izquierda organiza una gran manifestación, pone decenas de miles de personas en la plaza y todos saltan enfervorizados al grito de "si éste no es el pueblo, el pueblo dónde está" salpicado hace poco con frecuentes "Macri, basura, sos la dictadura" o lindezas por el estilo. Una semana más tarde, el liberalismo de derecha pone decenas de miles de personas en una avenida, la llenan de banderas azules y blancas, gritan "Argentina, Argentina" salpicado con no tan frecuentes "¡Sí, se puede!" y se van luego a sus casas. 

Un par de días después todos van y votan.

¿Resultado? Macri 40,38% (10.470.607 votos) - Alberto  Fernández 48.10% (12.473.709 votos). Diferencia a favor del Alberto: 2.003.102 votos. [7] En un país de 45 millones de habitantes el liberalismo de izquierda aventajó esta vez al liberalismo de derecha por el 4.45% de la población total. Además, con esos porcentajes queda clarísimo que el 59,62% de los votantes argentinos está en contra del liberalismo de derecha y el 51,9% está en contra del liberalismo de izquierda.

Seamos concretos y realistas: a los efectos prácticos tenemos a la mitad del país de un lado y a la otra mitad en la vereda de enfrente. Y las dos mitades se miran con bronca. Hasta se putean a cada rato.

Pues en Chile, en Bolivia, en Brasil y en varios otros lados, incluso en Europa, la situación es muy similar y en algunas partes es casi la misma: un Estado que no cumple con su función esencial de sintetizar divergencias y construir consensos está condenado a tener "grietas" y a soportar periódicamente el estallido de alguno de los dos lados de esas grietas.

Mientras tanto, en las esferas de una plutocracia cuyas instituciones y asociaciones constituyen de facto el verdadero poder detrás del poder, se siguen planificando los pasos para lograr el Nuevo Orden Mundial. 

En 1930 – hace ya ochenta y nueve años – un madrileño muy inteligente y que quería bien a los argentinos les dio un buen consejo que, como todos los buenos consejos, nadie se preocupó demasiado por seguir. Sin embargo, lo que dijo fue muy apropiado.

En lugar de discutir si lo de Bolivia es – o no – un golpe de Estado y si lo de Chile es – o no – un levantamiento popular, dejen las discusiones estériles para otro momento y ocúpense de solucionar los problemas que padece este hermoso y bendito país.

Y para eso, convoquen a todo el mundo bajo una sola consigna:



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NOTAS
[**] Al momento de escribir estas líneas (12/11/2019) la embajada argentina en Chile está siendo sitiada y atacada por manifestantes.

1)- https://aristeguinoticias.com/2411/mundo/espana-y-belgica-se-unen-a-protestas-de-chalecos-amarillos-franceses/
2)- El 28 de mayo 1804 Napoleón Bonaparte se proclamó emperador.
3)- Cf. Mahieu, Jaime María de "El Estado Comunitario", La Nueva Editorial Virtual 2014
4)- Que obviamente no existe ni debe existir sola y por sí misma, siendo en la política real siempre necesariamente acompañada también por el cumplimiento de las otras dos funciones.
5)- " Cuando dentro de un Estado las contraposiciones partidarias se han vuelto las contraposiciones políticas por excelencia, hemos arribado al punto extremo de la secuencia posible en materia de "política interna"; esto es: los agrupamientos del tipo amigo-enemigo relativos a la política interna, y no a la política exterior, son los que se vuelven relevantes para el enfrentamiento armado. En el caso de semejante "primacía de la política interna", la posibilidad real del combate, que siempre tiene que estar presente para que se pueda hablar de política, se refiere por lo tanto a la guerra civil y ya no a la guerra entre unidades organizadas de pueblos (Estados o Imperios)"
Cf. Carl Schmitt : "El Concepto de lo Político", La Nueva Editorial Virtual, pág. 32
6)- Charles Wilson, propuesto por Dwight Eisenhower como Secretario de Defensa de los EE.UU.
7)- https://www.lanacion.com.ar/politica/mapa-resultados-elecciones-generales-2019-nid2300184#/presidente