viernes, 16 de febrero de 2018

EL MODELO CHINO

Algunos extranjeros, con la panza llena
y sin nada mejor que hacer
se dedican a señalarnos con el dedo.
En primer lugar, China no exporta revoluciones;
en segundo lugar tampoco exporta hambrunas ni pobreza
y, en tercer lugar, tampoco se mete en asuntos ajenos.
¿Alguna otra pregunta?
Xi Jinping

Nuestra mayor gloria no consiste en no caer jamás
sino en levantarnos cada vez que caemos.
Confucio

Eric X. Li
Eric X. Li es consultor, asesor, analista y capitalista de riesgo. Nació en Shanghai en Mayo de 1968 y estudió en los Estados Unidos  (e incluso trabajó para la campaña presidencial de Ross Perot en 1992) antes de regresar a su país, donde comenzó a dudar de la idea de que el progreso de China solo podría seguir el camino de los principios de libre mercado de Occidente.

En un artículo de opinión muy discutido que escribió para el New York Times en febrero de 2012 y en otros escritos, propuso la idea de que China necesita un marco de desarrollo diferente, en torno a una idea distinta de la modernidad. El sistema chino, dice, es meritocrático, altamente adaptable a pesar del gobierno de partido único, está orientado a largo plazo, es pragmático y no individualista. Como él escribe: "El sistema político chino ... se acerca a la mejor fórmula para gobernar un país grande: la meritocracia en la cima, la democracia en el fondo, con espacio para la experimentación en el medio".

Mientras algunos lo critican como entusiasta del gobierno chino y un firme defensor del excepcionalismo chino, Li se siente cómodo en el papel de provocador. Está excelentemente conectado con el mundo financiero internacional, lo cual por un lado hace verosímil la inferencia de que sabe muy bien de lo que está hablando aun cuando, por el otro, obliga a tomar algunas de sus declaraciones con una saludable dosis de cautela.  Es el fundador de Chengwei Capital en Shanghai, es miembro de la junta directiva de China Europe International Business School (CEIBS) y es miembro del Aspen Institute, una organización apoyada por la Open Society de George Soros. [1]

Con todo, estimo que vale la pena escucharlo. Pocos como él conocen tan a fondo el modelo chino y su funcionamiento interno. Lo que sigue es mi traducción de la editorial aparecida en el New York Times en febrero del 2002 y que, en su momento, levantó una gran polvareda entre los politólogos norteamericanos. Le sigue luego mi traducción de una entrevista que Li concedió a la periodista israelí Rachel Beitaire del diario israelí The Calcalist publicada el 3 de Mayo de 2012. [2]

Es obvio que no hay que tomar al pie de la letra absolutamente todo lo que Li dice. Al fin y al cabo, se trata de alguien conectado con inversores de riesgo y el oficio de Li como consultor consiste básicamente en trazar un cuadro de China donde se minimizan los riesgos y se maximizan las oportunidades. No podemos olvidar que el hombre vive de los negocios que se hacen y no de aquellos de los que los inversores huyen despavoridos. Pero, aun así, descontando ciertos argumentos algo exagerados que tranquilamente pueden ignorarse, espero que lo esencial de ambos documentos resulte útil para entender un poco más cómo funciona China en realidad.
Denes Martos
Febrero 2018 [3]

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Por qué el modelo político chino es superior

Estados Unidos y China conciben sus sistemas políticos de maneras fundamentalmente diferentes. Mientras Estados Unidos ve el gobierno democrático como un fin en sí mismo, China ve su forma actual de gobierno, o bien cualquier sistema político dado el caso, simplemente como un medio para lograr fines nacionales más amplios.

En la Historia del gobierno humano, que abarca miles de años, hubo dos experimentos importantes en materia de democracia. El primero fue el de Atenas, que duró un siglo y medio; el segundo es el del Occidente moderno. Si uno define la democracia como "un ciudadano un voto", la democracia estadounidense tiene solo 92 años. En la práctica, tiene solo cerca de medio siglo, si uno comienza a contar a partir de la Ley de Derechos Electorales de 1965, con lo cual es mucho más efímera que todas las dinastías de China, excepción hecha de un puñado de ellas.

Aldea china tradicional
¿Por qué, entonces, muchos afirman de un modo tan audaz que han descubierto el sistema político ideal para toda la humanidad y que su éxito está asegurado para siempre?

La respuesta está en la fuente del experimento democrático actual. Comenzó con la Ilustración europea. Su núcleo central estuvo formado por dos ideas fundamentales: 1)- el individuo es racional, y 2)- el individuo está dotado de derechos inalienables. Estas dos creencias formaron la base de una fe secular en la modernidad cuya última manifestación política es la democracia.

En sus inicios, las ideas democráticas sobre el gobierno político facilitaron la revolución industrial y marcaron el comienzo de un período de prosperidad económica y poder militar sin precedentes en el mundo occidental. Sin embargo, ya en ese mismo comienzo, algunos de los que lideraron este impulso fueron conscientes de la falla fatal incrustada en este experimento y trataron de salvarlo.

Los federalistas norteamericanos dejaron en claro que estaban estableciendo una república, no una democracia, y diseñaron una miríada de medios para restringir la voluntad popular. Pero como en cualquier religión, la fe sería más fuerte que las reglas.

La franquicia política se expandió, lo que resultó en un número cada vez mayor de personas que participan en cada vez más y más decisiones. Como dicen en Estados Unidos, "California es el futuro". Y el futuro implica interminables referéndums, parálisis e insolvencia.

En la política de Atenas, la participación popular en aumento llevó a gobernar mediante la demagogia. Y en la América de hoy, el dinero es ahora el gran facilitador de esa demagogia. Como lo expresó el economista ganador del Premio Nobel, Michael Spence, Estados Unidos ha pasado de "un hombre con propiedades, un voto; a un hombre, un voto; a una persona, un voto; con tendencia ahora a un dólar, un voto." [4] De cualquier forma, los Estados Unidos son una república constitucional solo de nombre. Los representantes elegidos no tienen ideas propias y responden solo a los caprichos de la opinión pública mientras buscan la reelección. Los intereses especiales manipulan a la gente para que vote a favor de impuestos cada vez más bajos y un mayor gasto gubernamental, a veces incluso apoyando guerras autodestructivas.

La actual competencia de Occidente con China no es un enfrentamiento entre la democracia y el autoritarismo, sino el choque de dos perspectivas políticas fundamentalmente diferentes. El Occidente moderno ve a la democracia y a los derechos humanos como el pináculo del desarrollo humano. Es una creencia basada en una fe absoluta.

China está en un camino diferente. Sus líderes están preparados para permitir una mayor participación popular en las decisiones políticas si es propicio para el desarrollo económico y favorable a los intereses nacionales del país, tal como lo han hecho en los últimos 10 años.

Sin embargo, los líderes de China no dudarían en restringir esas libertades si las condiciones y las necesidades de la nación cambiaran. La década de 1980 fue un momento de expansión de la participación popular en la política del país que ayudó a aflojar los grilletes ideológicos de la destructiva Revolución Cultural. Pero fue demasiado lejos y llevó a una gran rebelión en la Plaza de Tiananmen.

Ese levantamiento fue aplastado decisivamente el 4 de junio de 1989. La nación china pagó un alto precio por ese evento violento, pero las alternativas habrían sido mucho peores.

La estabilidad resultante marcó el comienzo de una generación de crecimiento y prosperidad que impulsó a la economía de China a su posición como la segunda más grande del mundo.

Beijing - La capital de China
La diferencia fundamental entre la visión de Washington y la de Beijing reside en decidir si los derechos políticos se consideran dados por Dios y, por lo tanto, son absolutos, o si deben considerarse como privilegios a ser negociados en función de las necesidades y condiciones de la nación.

Occidente parece incapaz de volverse menos democrático incluso si su supervivencia puede llegar a depender de ese cambio. En este sentido, los Estados Unidos están hoy en día en una situación similar a la antigua Unión Soviética, que también veía su sistema político como el fin último.

La Historia no augura nada bueno para el sistema norteamericano. De hecho, la arrogancia ideológica basada en la fe secular puede llevar pronto la democracia al precipicio. [5]

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La Democracia no es la respuesta

Extractos de la entrevista que Eric X. Li concedió a la periodista israelí Rachel Beitaire del diario israelí The Calcalist publicada el 3 de Mayo de 2012.

P. Usted dijo que el modelo chino no era una democracia liberal y tampoco era capitalismo pero que todavía no estaba bien definido lo que era en realidad. ¿Podría Usted definirlo a pesar de todo? ¿Cuál es el objetivo del modelo chino y cuáles son los medios para alcanzarlo?

Li: ¿Cuál es el "objetivo" de una conducción política? Para el Occidente moderno quien mejor lo definió fue probablemente Thomas Jefferson cuando dijo que es la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad y los gobiernos que demuestren ser destructivos para esos fines deben ser derrocados. Esta articulación de los objetivos de gobierno fue la culminación de un desarrollo cultural y religioso exclusivamente occidental. Este desarrollo colocó al individuo en el centro del universo como la unidad básica y soberana de la sociedad humana. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en las sociedades no-occidentales y por ello la filosofía política resultante del proceso occidental no es universal.

En la tradición china, Confucio articuló hace dos milenios y medio una definición muy arraigada de los fines del gobierno político. Lo denominó Xiao Kang (para diferenciarlo de Da Tong, que es un ideal inalcanzable). En términos contemporáneos esto puede describirse como una sociedad que vive en un estado general de paz y prosperidad, con un orden legal justo construido sobre los fundamentos de una moral virtuosa.

Lo realmente interesante es que, cuando Deng Xiaoping lanzó sus reformas en 1979, declaró que el objetivo de la nación china en la siguiente etapa de su desarrollo iba a ser construir – o mejor dicho reconstruir – una sociedad Xiao Kang.

Parque industrial de Suzgou, China

Probablemente no fue nada casual que Deng Xiaoping, al declarar el objetivo nacional de China, calara profundamente en la antigua tradición de Confucio y no se apoyara en las ideologías comunistas modernas que fueron instrumentales en la revolución que estableció la República Popular. Considerando el "objetivo" tal como fue articulado por Confucio y por Deng, el actual modelo de partido único le ha servido bien a China, aun cuando tenga defectos reales.

El modelo actual de China tiene los siguientes componentes:

1)- La autoridad política combinada con autoridad moral está representada por una única organización política – el Partido Comunista Chino (PCC) – que representa a la totalidad de la nación china. Esto contrasta con otros sistemas en los cuales múltiples partidos representan a diferentes sectores de un Estado-Nación.

2)- La meritocracia subyace a la efectividad y a la supervivencia de la organización gobernante. Existe un sistema muy sofisticado, elaborado y riguroso dentro del PCC, diseñado para reclutar a quienes tienen la capacidad y la integridad suficientes como para pertenecer al Partido y para ascenderlos por la jerarquía si eligen la actividad gubernamental como carrera.

3)- La preeminencia de la autoridad política es algo central en el modelo chino. Esto garantiza que ningún grupo especial, sea del capital o de los talentos, puede desarrollar un poder que le permita colocar sus intereses por sobre los intereses nacionales. Tanto el mercado como la llamada "sociedad civil" están subordinados a la autoridad política.

4)- El pragmatismo es central; las ideologías son periféricas. Desde el momento en que el éxito económico está considerado como esencial para China en la etapa actual, el sistema político está diseñado para maximizar ese éxito. A medida en que las necesidades y las condiciones de la nación cambien, pueden producirse ajustes políticos.

La praxis actual del modelo Chino se halla lejos de obtener un estado ideal en cada uno de los mencionados componentes. Una corrupción muy extendida y la brecha de la riqueza son solo dos ejemplos de los problemas a vencer.

P. En un reciente editorial del New York Times Usted escribió: "El Occidente moderno considera a la democracia y a los derechos humanos como la cumbre del desarrollo humano. Esto no es más que una creencia construida sobre el supuesto de una fe absoluta. China se encuentra sobre un camino diferente. Sus líderes están dispuestos a permitir una mayor participación popular en las decisiones políticas solo si y cuando esto sea conducente al desarrollo económico y favorable a los intereses nacionales del país, tal como lo han hecho durante los últimos 10 años." Creo que muchos, incluso en los países occidentales,  estarían de acuerdo en que el sistema democrático es disfuncional en muchos aspectos. Sin embargo, volviendo al sistema chino, diría que los líderes definitivamente permiten la participación si sirve a lo que ellos ven como los intereses nacionales. Pero ¿de dónde obtienen los gobernantes la información para decidir cuáles son esos intereses nacionales? Y, dada la ausencia de una supervisión judicial, un voto popular o una prensa libre, ¿cuál es el mecanismo que el modelo chino sugiere para alertar a los dirigentes que se equivocan en lo que consideran como intereses nacionales?

Li. Una de las características del modelo chino es lo que Francis Fukuyama alguna vez llamó "autoritarismo receptivo". Muchos estarían de acuerdo en que el gobierno chino parece haber desarrollado la habilidad para "tomarle el pulso" a la nación y ajustar sus políticas de acuerdo con ello mientras las mantiene mayormente alineadas con los intereses del país a largo plazo.

En realidad, los hechos históricos demuestran que la autocorrección – una capacidad que muchos adscriben a los sistemas democráticos – ha sido una de las características más notables del PCC. Desde que el Partido estableció la República Popular en 1949 bajo la conducción de un único partido político, los cambios en las políticas del gobierno y el entorno político han cubierto el más amplio espectro posible. Desde la llamada coalición de la "Nueva Democracia" del inicio hasta las dramáticas reformas agrarias de principios de 1950; del Gran Salto Adelante hasta la cuasi privatización de las tierras cultivables a principios de los 1960; de la Revolución Cultural a la reforma de mercado de Deng Xiaoping y la redefinición del Partido a través de la "Teoría de la Triple Representatividad " [6] de Jiang Zemin, la política interna de China es casi irreconocible de un período a otro.

En política exterior, China pasó de una estrecha alianza con la Unión Soviética en los 1950 a una virtual alianza con los Estados Unidos en los 1970 y 1980 para frenar a los soviéticos. Hoy, su búsqueda de un camino independiente en un mundo crecientemente multipolar es algo que distingue a China entre las demás naciones del mundo. Nadie puede negar que, en materia de visión y prioridades políticas, sus líderes, desde Mao hasta Deng y desde Jiang hasta Hu y Xi, difieren entre sí tanto como los que entran y salen del poder en cualquiera de los otros sistemas políticos. A lo largo de seis décadas se cometieron muchos errores pero también se hicieron las correspondientes correcciones de curso. La Revolución Cultural – que fue un desastre – ha sido directamente condenada. Y el país pasó de un estado destrozado a la China que conocemos hoy. Los hechos demuestran esta extraordinaria capacidad de un sistema de partido único para cambiar y auto-corregirse.

Por el otro lado, el historial de los regímenes electorales del mundo entero indica que la rotación de los partidos en el poder a través de elecciones puede no ofrecer la necesaria flexibilidad y auto-corrección. En los Estados Unidos las elecciones pudieron hacer surgir presidentes nuevos y mayorías legislativas nuevas, pero no parecen haber hecho gran cosa en cuanto a enfrentar los desafíos de largo plazo que se le plantean al país. En Europa, los gobiernos resultan regularmente votados tanto para acceder al poder como para retirarse del mismo. Sin embargo, ninguna elección produjo la más mínima corrección que se necesita para hacerle frente al monumental agotamiento de los europeos. En el Japón del un-primer-ministro-por año, las elecciones y las rotaciones partidarias fracasaron en el intento de sacar el país de sus 20 años de estancamiento. Quizás esto explique por qué los gobiernos emergentes de elecciones caen en forma reiterada sustancialmente por debajo del 50% de aprobación mientras que el gobierno de partido único de China se mantiene por encima del 80% desde hace décadas.

Comité Central del Partido Comunista Chino

La pregunta es ¿cómo una organización política que parece tener el monopolio del poder pudo llegar a ser tan ágil y flexible? Una de las respuestas es la política de la movilidad social hacia arriba que parece haber sido tan exitosamente implantada en el ADN del Partido Comunista Chino. El Politburó del PCC, el cuerpo dirigente más alto del Partido y del Estado, cuenta con 25 miembros. Actualmente solo cinco de ellos – los llamados "principitos" – proviene de algún entorno que riqueza o poder. Los otros veinte, incluyendo al presidente y al primer ministro, provienen de entornos sociales totalmente comunes, carentes de cualquier ventaja política o económica. Trabajaron y compitieron a lo largo de su camino hacia la cima. En el más amplio Comité Central, los que tienen antecedentes de privilegio son más raros aún. Compárese eso con el Senado de los EE.UU.  Una visita a cualquier campus universitario de primer nivel en China le haría evidente a cualquiera que el PCC continúa atrayendo a los mejores y más brillantes jóvenes para incorporarlos a sus filas. De hecho, se podría sostener que el PCC podría llegar a ser una de las organizaciones políticas más meritocráticas y de mayor movilidad ascendente del mundo actual; mucho más meritocrático que las élites de la mayoría de los países occidentales y la gran mayoría de los países en vías de desarrollo. Esta movilidad ascendente del sistema político ayuda a que los gobernantes no se desconecten de la sociedad; de hecho, pertenecen a la misma generación que la población común.

P. Creo que la Historia nos muestra que todo gobernante, sin excepción, tarde o temprano pierde el consenso de los gobernados. Si es así, veo un defecto en el modelo chino en que no permitiría un cambio de régimen por medios que no sean violentos. Incluso si no consideramos a la democracia como un fin en si misma, el voto popular periódico ¿no sería un mecanismo razonable para asegurarnos de que los gobernados realmente están consintiendo? ¿O China desarrollará un mecanismo diferente que le permitirá al pueblo chino expresarse sobre quién los gobernará?

Li. Esta pregunta compara manzanas con naranjas. Es lo que Francis Fukuyama llama el problema del "mal emperador". ¿Cómo se deshace uno de un emperador si y cuando éste se vuelve malo?

Pero ésta es una proposición falsa. Existe un antiguo proverbio chino que dice: "El pueblo es como el agua; el gobernante es como un barco sobre el agua. El agua puede sostener al barco; el agua puede voltear al barco". Hoy los Estados-Nación han reemplazado a los imperios y a las monarquías. En esta analogía, el agua sigue siendo el pueblo. El barco, sin embargo, ya no es tan solo un emperador y su dinastía sino un sistema político más amplio y muchísimo más sofisticado que constituye el Estado-Nación moderno. El gobierno de partido único de China está definido por su Constitución del mismo modo en que el sistema electoral norteamericano lo está por la suya.  El abrumador y sostenido apoyo del pueblo chino al liderazgo del Partido, tal como lo reflejan sistemáticamente las encuestas independientes, se produce dentro del contexto de la constitución política unipartidista de la nación y, por lo tanto, solo puede interpretarse como apoyo a este sistema fundamental de gobierno. El apoyo de los norteamericanos al Partido Republicano o al Partido Demócrata oscila en forma constante, pero esta oscilación no está necesaria y directamente relacionada con el apoyo o el rechazo popular a su sistema fundamental de democracia electoral. En este momento, los pueblos de ambas naciones apoyan sus respectivas constituciones políticas.

Algunos dicen que, en el hipotético caso en que el Partido pierda el apoyo, debería renunciar al poder y solo cuando esto esté asegurado se podría considerar legítimo el apoyo popular que actualmente sostiene al Partido.  Una argumentación como ésa, llevada hasta sus últimas consecuencias lógicas, significa que, en una situación hipotética en la que el actual régimen electoral perdiera el apoyo del pueblo, los Estados Unidos deberían eliminar las elecciones, cancelar la Carta de Derechos [7] e instalar un sistema de gobierno diferente, ya sea autoritario o de alguna otra índole. Por supuesto que esto es absurdo. Los gobernantes pueden sucederse o rotar pacíficamente dentro de sistemas establecidos de gobierno. Los sistemas políticos mismos no pueden cambiarse revoleando una moneda. Con algunas pocas excepciones, los sistemas políticos cambian rápidamente solo mediante revoluciones. En la corta Historia norteamericana fueron necesarias dos violentas guerras en su territorio para establecer y consolidar su actual sistema de gobierno. Incluso dentro de una democracia electoral misma es casi imposible cambiar de un sistema presidencial a otro parlamentarista o viceversa.

El hecho es que los dirigentes chinos han cambiado, de Mao a Deng, de Jiang a Hu y a Xi. La amplitud y la profundidad de los cambios en las políticas de estos hombres resultó ser mayor que la verificable en la gestión de la mayoría de los dirigentes surgidos de elecciones democráticas. Además, la constante supervivencia y el éxito del Partido revelan el apoyo general del que goza. La pregunta es si el mecanismo de poder del PCC puede seguir produciendo gobernantes capaces de dar respuestas y seguir siendo aceptados por las masas. Es una gran pregunta.

La idea del consenso está demasiado publicitada. La ideología política del Occidente moderno equipara el llamado consenso de los gobernados con la legitimidad. Esto implica valorar más la forma que la sustancia y al procedimiento más que a la esencia. Y una ecuación como ésa necesita ser verificada de alguna manera. La mayoría de las encuestas de opinión pública indican que una gran mayoría de los gobiernos en el mundo que llegaron al poder a través de elecciones tiene una tasa de aprobación sustancialmente menor al 50%. La mayoría de ellos, incluidos los recientes gobiernos de los Estados Unidos y gran parte de Europa, caen constantemente por debajo de esa marca poco después de ser elegidos y permanecen con bajas tasas de aprobación a lo largo de sus mandatos. ¿Es ése el "consenso" que las democracias producen? Si es así, un consenso de esas características parece ser exclusivamente  procedimiento con poca sustancia. De hecho, los movimientos sociales en América y Europa apuntan a una decisiva pérdida de legitimidad de los gobiernos en el seno de sus poblaciones. Parece que incluso en Occidente, el lugar de nacimiento de la democracia moderna, el llamado "consenso" producido por las elecciones es una forma legal desprovista de autoridad moral. Lo legalmente consensual pero moralmente en quiebra no produce la legitimidad.

P. Se ha observado en China un proceso que podría ser descripto como la construcción gradual de una sociedad civil. Hay muchas organizaciones pequeñas que a veces actúan a nivel local para abordar los problemas que les importan. Usted indicó, sin embargo, que el modelo chino, tal como lo ve, no reconoce a una sociedad existente fuera del gobierno. ¿Podría elaborar ese punto? ¿Son esos desarrollos en China negativos en su opinión? ¿Por qué?

Li. Me remito a mi respuesta sobre el modelo de gobierno de China. El desarrollo de una sociedad civil es realmente saludable. De hecho, es una avenida a través de la cual el gobierno ha sido capaz de "sentir el pulso" de la nación y ser más receptivo. Por supuesto, una sociedad civil existe fuera del gobierno, pero en el modelo chino, no está, ni puede estar, por encima de la autoridad política general de la nación.

P. Continuando con mi pregunta anterior, una característica que Usted mencionó del modelo chino fue la de permitir libertades personales bastante amplias, pero no la participación en el gobierno. ¿En qué medida pueden distinguirse realmente los dos cosas? Cuando las personas tienen cuestiones a demandar de su gobierno respecto de sus condiciones de vida básicas – como la calidad del aire que respiran o el agua que beben ¿corresponde esto a las libertades personales o a la organización política? En China, en muchos casos, las personas encuentran que unirse y hacer que sus demandas se escuchen como grupo es una forma efectiva de obtener lo que quieren. El modelo chino tal como Usted lo ve ¿se opone a eso? Si lo hace, ¿cuál es la alternativa de este modelo a la participación pública?

Li. Lejos de oponerse a las demandas de la gente en relación con sus condiciones de vida y considerando la magnitud del desafío provocado por el rápido cambio de la sociedad china, el gobierno chino ha demostrado ser hábilmente competente para responder y asumir esas demandas,. Esto realmente mejora aún más la autoridad moral del gobierno central. Una cosa interesante de observar fue la pancarta más alta sostenida por los manifestantes de Wukan que decía: "Larga vida al Partido Comunista Chino". De hecho, Lin Zuluan, el líder del movimiento de protesta que más tarde fue elegido jefe de la aldea, es un miembro de larga data del Partido. [8]

P. Tal como Usted señala, las democracias liberales tienen profundas raíces en el pensamiento judeocristiano, un hecho que probablemente nadie puede negar. Sin embargo, hay dos puntos que me molestan aquí: si entiendo correctamente, Usted sugiere que China basa su modelo sobre sus propias antiguas tradiciones – específicamente sobre el confucianismo – pero la organización del régimen chino actual se tomó prestada de la Unión Soviética, y su ideología declarada (en la Constitución china) es el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong. ¿Cómo se compagina eso?
Un segundo punto que Usted puede ayudarme a comprender es el siguiente: aunque es obvio que debemos respetar diferentes culturas y que éstas pueden influir en el establecimiento de diferentes formas de gobierno, si nos fijamos en los textos fundacionales de las diferentes culturas, uno puede encontrar que muchos de los problemas son, y siempre han sido, bastante similares. Confucio escribió contra la corrupción y el abuso de poder por parte de los gobernantes, cuestiones que son evidentes tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, así como en la palabra de pensadores de otras culturas. Muchas de las evaluaciones básicas de lo que es correcto o incorrecto también son notablemente similares en diferentes culturas. Casualmente, el tema del poder sin control, el abuso de poder y la corrupción oficial se mencionan reiteradamente como problemas que afectan a la mayoría de los chinos comunes. ¿Podría ser que algunos problemas son universales y que existen algunos valores universales, y que, por lo tanto, diferentes culturas pueden aprender unas de otras o adoptar sistemas que han funcionado en otros lugares?

Li. La falacia de los llamados "valores universales" es que cada vez que se pronuncian cubren solo lo más básico o lo más abstracto. Todos queremos comer cuando tenemos hambre y queremos aparearnos para producir descendencia. Eso suena a muy universal. Pero todos los animales también son así. Lo que hace al hombre diferente de los animales es que el primero tiene cultura fundamentada en valores. Y las culturas son esencialmente incomparables entre sí, ya que se han desarrollado bajo condiciones y valores muy diferentes, incluyendo condiciones inmodificables como la geografía y el clima.

En términos abstractos, uno puede afirmar que todos queremos ciertas cosas, como la dignidad – ¿quién puede argumentar en contra de eso? ¿Suena universal? Sí. Pero el significado de la dignidad no solo puede ser diferente sino también totalmente opuesto de una cultura a otra. Alguien del Medio Oriente no necesita ser educado sobre la diferencia entre el significado de la dignidad entre judíos y musulmanes; muchos están dispuestos a morir para defender esa diferencia. Para Confucio, la dignidad del hombre se deriva del respeto que le adjudica a su posición en una jerarquía de relaciones humanas. Esto, por supuesto, es algo fundamentalmente opuesto a lo que significa la dignidad en el Occidente moderno.

Y sí, el poder desenfrenado está mal según los valores confucianos así como en la mayoría de las otras culturas. Pero la definición misma de "poder sin control" y la forma de "verificarla" son cuestiones tan abstractas que la similitud termina ahí. Por ejemplo, según los valores confucianos, el poder está controlado por el orden moral inherente a la sociedad y no por medios legales como sucede en la tradición occidental.

El nuevo portaaviones chino
Esto no quiere decir que ciertos aspectos de culturas extranjeras no puedan ser importados y absorbidos. El budismo llegó a China desde el exterior y se convirtió en una característica importante de la civilización china. El éxito o el fracaso de una importación así depende de cuán consistente sea lo importado con los fundamentos de las culturas anfitrionas, ya sea en sus formas originales o adaptadas. El marxismo encontró una profunda resonancia en el igualitarismo confuciano de China y sus características modernas eran muy necesarias en el desesperado intento de modernizar a China. Las formas adaptadas del marxismo han echado raíces en la China moderna.


P. En otra oportunidad Usted mencionó a Ai Weiwei [9] y dijo que debería haber sido encarcelado. Lo que Ai dijo que buscaba, en realidad no es muy diferente de lo que Usted mismo defiende. Ai decía: "No pido mucho. Solo la libertad de crear y la libertad para que todos puedan decir lo que quieran". ¿Por qué eso es un problema? Si el modelo chino es válido, exitoso y adecuado para China, ¿por qué es necesario encarcelar a sus críticos en lugar de debatir con ellos de la misma manera en que Usted debate ideas? Usted afirmó que lo que aprendió de su tiempo en los EE. UU. fue el pluralismo y el espacio para el debate. Sin embargo, China parece estar limitando cada vez más el espacio para el debate plural dentro de su propia sociedad. ¿Cree que eso es algo sabio de parte de los gobernantes?

Li. El grado de pluralismo y el espacio para el debate deben ser calibrados según las condiciones de una sociedad en un momento dado. La Historia dirá si el grado y el espacio actuales de China son propicios para su éxito a largo plazo.

"No pido mucho. Solo la libertad de crear y la libertad para que todos puedan decir lo que quieran". Ésa es una declaración realmente muy simple. Sin embargo, pide mucho – demasiado. Una de las falacias de la ideología política occidental moderna es la llamada libertad de expresión. Supone que el discurso, a diferencia de los actos, es inofensivo y, por lo tanto, se puede y se le debe permitir una libertad absoluta: "la libertad para que todos digan lo que quieren". Pero nada puede estar más lejos de la verdad arraigada en miles de años de experiencia humana. La palabra es acto; y discursos perjudiciales para la sociedad humana han existido desde tiempos inmemoriales. En Occidente, no es necesario ir muy lejos para encontrar ejemplos del poder del discurso de tan solo un hombre que – debido a las circunstancias únicas de ese momento y de ese lugar en particular – causó la muerte y la destrucción de millones de personas. Las condiciones culturales prevalecientes son exclusivas de diferentes sociedades en diferentes momentos. Depende de esa sociedad determinar los límites del discurso y modificarlos a medida que cambian las condiciones. Alemania, por ejemplo, debido a su Historia reciente y única, aun declamando la libertad de expresión prohíbe terminantemente todo discurso relacionado con la ideología del Mein Kampf .

La China contemporánea experimenta transformaciones sociales cuya velocidad y escala no tienen precedentes en la Historia humana. Bajo tales condiciones, la frágil estabilidad social puede ser fácilmente alterada por el discurso amplificado. Pienso que una persona responsable debería considerar las consecuencias de proponer que todos sean libres de decir lo que quieran. Un observador inteligente de la sociedad humana y estudioso de la Historia debería ser más reflexivo y no preguntar simplemente: "¿por qué eso es un problema?"

P. Como se sabe, en Israel hay un animado debate sobre los límites de la democracia, con algunos grupos que dicen que el país no debería ser una democracia en absoluto sino que debería encontrar su propio modelo basado en la tradición judía. Se puede encontrar la misma línea de pensamiento en algunos países musulmanes que intentan adoptar la versión moderna de la Sharia, la ley musulmana. ¿Es esto lo que Usted tiene en mente cuando aboga por los modelos propios que deben encontrar las diferentes culturas? Usted dijo que el modelo chino no era exportable. ¿Por qué?

Li. Las culturas son fundamentalmente incomparables entre sí y es por eso que el modelo chino no es exportable, como tampoco lo es el modelo occidental moderno. No es accidental que, con algunas excepciones debido a circunstancias especialmente únicas, las democracias electorales no hayan tenido éxito en traer paz y prosperidad a países fuera del Occidente judeocristiano. Con todas las elecciones que les han impuesto los conquistadores occidentales o sus propias élites, la gran cantidad de países en África y Asia todavía están sumidos en la pobreza y las luchas civiles, lo que causa sufrimientos indecibles a cientos de millones. Quizás lo único que se puede exportar de la experiencia china es que cada cultura debe encontrar su propio camino.

P. ¿Puede mencionar un poco sus puntos de vista sobre los acontecimientos de la primavera de 1989 en Beijing? En su artículo de opinión del New York Times describió ese evento como una "gran rebelión". ¿Fue realmente una rebelión y no una protesta civil? ¿Cuáles hubieran sido las consecuencias si el gobierno hubiera actuado en ese momento de una manera diferente?

Li. La sociedad china en ese momento no podría haber dominado las enormes y violentas perturbaciones que se habrían producido si no se hubiera puesto fin a los disturbios de una manera decisiva. Fue un evento trágico, como cualquiera que causa la muerte de personas inocentes e incluso de personas con buenas intenciones. Sin embargo, las alternativas habrían sido mucho peores. Lo primero que viene a la mente es la posibilidad de una guerra civil. Por el contrario, la estabilidad después de 1989 ha llevado a cientos de millones de personas a vivir vidas mejores y más libres que nunca antes.

P. Usted destaca la capacidad del sistema para adaptarse y autocorregirse como una ventaja del modelo chino. Sin embargo, muchos comentaristas afirman que esta capacidad se ha visto seriamente reducida desde los días de Deng Xiaoping, que realmente puso al país en un nuevo rumbo. Por ejemplo, vemos que la brecha de riqueza es una causa seria de descontento y discordancia; sin embargo, esta brecha continúa ensanchándose. Es más, si nos fijamos en los incidentes masivos; su número ha crecido significativamente en los últimos años, un problema reconocido por los principales líderes de China. ¿No estaría de acuerdo en que el Partido ha demostrado ser mucho más competente y entusiasta en tomar medidas enérgicas contra las protestas que contra la corrupción oficial y el abuso de poder?

Li. Nadie, y mucho menos el propio PCC, niega que la corrupción y la brecha de riqueza constituyen problemas importantes en China. Pero uno debe reflexionar al analizar la causa de tales problemas. ¿Son inherentes al sistema político de China o son producto del rápido cambio que está viviendo el país? Cuando Estados Unidos atravesó su rápida y expansiva industrialización hace un siglo y medio, la violencia, la brecha de riqueza y la corrupción fueron peores que en la China actual. Los datos históricos son abundantes. Para evidencia anecdótica, uno no tiene que ir más allá de películas de Hollywood tales como Gangs of New York [10] y Let There Be Blood. [12] Un número muy escaso de familias en cierto momento controlaron la mayor parte de la economía de todo el estado de California.

Hagamos un avance rápido hasta el presente. Según Transparency International (TI), los 20 lugares más limpios (menos corruptos) del mundo incluyen solo cuatro entidades políticas no occidentales: Singapur, Hong Kong, Japón y Qatar; tres de los cuatro son regímenes autoritarios; los mismos tres son los únicos que pertenecen al mundo en desarrollo. Según la cuenta de TI, China (75) ocupa un lugar más alto que Grecia (80), India (95), Filipinas (129), Indonesia (100), Argentina (100) y muchos más, y está apenas por debajo de Italia (69) – todas democracias electorales. Aparentemente, el sistema de partido único de China es menos corrupto que la democracia electoral en muchos países.

Si uno se aparta del sesgo ideológico y examina datos reales, tanto vertical como horizontalmente, quizás pueda ver que la probabilidad de que el sistema político de China resuelva estos productos por su rápido desarrollo es, independientemente del sistema político, al menos tan buena como la de cualquier otro país que está experimentando un cambio similar.

Aviones de la Fuerza Aérea china

P. Usted escribió que la mayoría de los experimentos en democracia fuera de los países occidentales han fracasado. Sin embargo, algunos de los ejemplos más exitosos se pueden encontrar en la proximidad de China y en sociedades que también llevan el ethos confuciano: Japón, Corea del Sur y, por supuesto, Taiwán, cuya población es china. ¿Está de acuerdo en que esos países tienen sistemas de gobierno relativamente exitosos y, de ser así, ¿qué piensa usted de eso?

Li. La mayoría de las entidades políticas no occidentales que lograron el estatus de "primer mundo" en el último medio siglo lo hicieron bajo regímenes autoritarios (Singapur, Taiwán, Corea del Sur) o alguna forma de gobierno de partido único (Japón). De hecho, los regímenes autoritarios de estos lugares fueron mucho más severos que los de la China actual. Es cierto que algunos de ellos han implementado democracias electorales después que se hicieron ricos. Pero apenas ha pasado una generación desde que lo hicieron, ¿no es demasiado pronto para que cualquier estudiante serio de Historia y política juzgue sus resultados?

Hay una cosa más para decir sobre aquellos que parecen confiar tanto en la ideología política de la democracia liberal. Desde el comienzo del siglo XX, pocas cosas han causado más sufrimiento humano que el determinismo histórico. Karl Marx trazó un camino que él consideraba inevitable para que la sociedad humana terminara en el comunismo. Aquellos que lo implementaron con fervor ideológico – los chinos entre ellos  – llevaron sus pueblos a una catástrofe. Pero la Historia tuvo su venganza y el imperio soviético ardió en llamas. China, en la práctica, hace tiempo que abandonó esos grandiosos planes de fin-de-la-Historia. Ahora los demócratas del mundo parecen haber asumido ese mismo manto, alegando la inevitabilidad de la democracia liberal presentada como un paraíso del hombre sobre la tierra. Su certeza moral compite con la de sus predecesores soviéticos. La historia puede estar repitiéndose.

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NOTAS
1)- Cf- http://www.discoverthenetworks.org/printgroupProfile.asp?grpid=7681
2)- Cf. https://www.huffingtonpost.com/entry/democracy-is-not-the-answ_b_1520172.html
3)- Nota: En el texto, los resaltados en negrita son míos. Excepto en aquellos casos en los que el resaltado esté también en cursiva. En dichos casos, el resaltado es del autor.
4)- "... an evolution from one propertied man, one vote; to one man, one vote; to one person, one vote; trending to one dollar, one vote".  Michael Spence, citado por Nicholas Kristof.
Cf. http://www.nytimes.com/2011/11/20/opinion/sunday/kristof-occupy-the-agenda.html
5)- Eric X. Li en New York Times, 16 febrero 2012
http://www.nytimes.com/2012/02/16/opinion/why-chinas-political-model-is-superior.html
6)- ... "el Partido debe siempre representar las inquietudes del desarrollo de las fuerzas productivas avanzadas de China, representar la orientación del desarrollo de la cultura avanzada de China, y representar los intereses fundamentales de la mayor parte de la población de China." (Jiang Zemin en el XVI Congreso Nacional del Partido Comunista de China - 2002).
7)- "Bill of Rights" del 15/12/1791
Cf. https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_de_Derechos_de_los_Estados_Unidos
8)- Las protestas del pueblo de Wukan comenzaron en Septiembre de 2011 y duraron con intermitencias hasta Diciembre del mismo año. Las dispararon la corrupción de las autoridades locales y un anuncio de expropiaciones resistidas por la población ya que, en el pasado, esas expropiaciones, o bien nunca fueron pagadas, o bien estuvieron dimensionadas a precios muy por debajo de los reales. Al final, el gobierno chino se hizo cargo de la situación, se revisaron las expropiaciones y Lin Zuluan, que había sido uno de los dirigentes de la protesta, quedó a cargo del puesto de alcalde del pueblo.
Cf. http://www.lanacion.com.ar/1451727-wukan-un-inedito-experimento-democratico-en-el-sur-de-china
9)- Ai Weiwei es un artista nacido en 1957. Actualmente reside y trabaja en Beijing.
Cf. http://www.aiweiwei.com/
10)- Pandillas de Nueva York.  Dirigida por Martin Scorsese, con Leonardo Di Caprio y Cameron Diaz.
11)- Pozos de ambición (España)  o Petróleo Sangriento (Hispanoamérica) Dirigida por Paul T. Anderson con Daniel Day-Lewis y Paul Dano.


8 comentarios:

  1. Un artículo que obliga a pensar mucho sobre modelos políticos presentados como el único camino, como es el caso de la tan mentada democracia.
    Parece ser que el éxito de los modelos políticos de turno en cualquier época, es más el resultado de una propaganda insidiosa que de realidades concretas.
    Gracias Denes.

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  2. Es normal que en China se desconozca que en la esencia de Occidente está la necesidad de imponer sus valores al resto de la humanidad. Y claro que es un error, tal como tanto Spengler como Bueno afirman (según creo recordar), no existe una sola humanidad, sino varias.

    Poer otra parte la idea de la democracia moderna está muy ligada al cristianismo , "el hombre es un ser racional y libre ,creado por dios a su imagen y semejanza" y le debe muchísimo al calvinismo de loa Padres Peregrinos.

    En consecuencia la exportación de la democracia a pueblos con una base cultural no cristiana, es una empresa con unas perspectivas de éxito similares a dedicarse al cultivo de arroz en pleno Desierto de Gobi.

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  3. Interesante debate...

    http://www.globalpolicyjournal.com/blog/25/04/2014/why-democracy-still-wins-critique-eric-x-li%E2%80%99s-%E2%80%9C-tale-two-political-systems%E2%80%9D

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  4. A los otros comentarios que han llegado en los últimos tiempos, tanto a este artículo como a algunos anteriores tengo el gran placer de responderles lo siguiente:

    1)- En general no me gustan los comentarios sin firma publicados por "Anónimo", a menos que sean realmente valiosos y aporten algo positivo al tema en cuestión. Si yo pongo la cara por lo que escribo, no tengo por qué tolerar y publicar idioteces de gente que se esconde en el anonimato.

    2)- El dueño de este blog soy yo. Consecuentemente soy yo el que decide qué se publica y qué no. Esas son las reglas de juego. Si no les gustan, como decía Groucho, tengo otras.

    3)- No publico insultos, denuestos, agravios, devaneos, delirios, alucinaciones, quimeras, conspiranoias, estupideces, agresiones gratuitas, disparates, desatinos, referencias a hipótesis inverificables, libelos sectarios y cualquier otra manifestación evidente de estulticia.

    4)- Trato de mantener este blog centrado en temas en los cuales personas de un nivel mínimo de cultura básica hallen algo sobre lo cual quizás valga la pena reflexionar. En consecuencia, he decidido mantenerlo libre de infiltrados de la Sexta Internacional que, como se sabe, es la Internacional de los Imbéciles siendo que los mismos, por desgracia, constituyen una amplia mayoría en todos los ámbitos.

    5)- Por lo demás, he repetido en múltiples ocasiones que absolutamente nadie tiene la obligación de estar de acuerdo conmigo por lo que, en caso de desacuerdo, el lector puede libremente recurrir a una de las siguientes tres opciones:
    A)- Leer otro blog y olvidarse de éste para siempre.
    B)- Crear un espacio propio dedicado específicamente a refutar lo que yo publico en este blog.
    C)- Contribuir con un comentario que contenga una tesis, un desarrollo y una conclusión, sin errores de ortografía ni de sintaxis, y en el cual uno no tenga que andar adivinando qué demonios se quiso decir en definitiva.

    6)- Por último, amigo lector disidente, si ninguna de estas tres alternativas lo satisface, hago votos para que la Divina Providencia, el Azar, la Vida o hasta el mismísimo Satanás le otorgue el triple de lo que Usted me desea a mí.

    Cordiales saludos
    Denes Martos




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  5. Hola, Denés.
    Leía el artículo y pensaba en la Iglesia católica china, la que no está en comunión con Roma, y que el gobierno no parece molestar. Realmente los chinos son muy pragmáticos.
    Muy interesante lo que publicó.
    Gracias por la traducción.
    Maximiliano
    -Santa Fe-

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  6. Actualmente los Países en el mundo tienen ya su forma de gobierno, sea Monarquía, República, Democracia Social Cristiana y esto no nos informa de fondo su forma de gobernar o cuando menos es discutible.
    Cuál crees que sea el futuro y cuál crees que sea la mejor forma de gobernar.
    Yo pienso en que todo sistema de gobierno debe de centrarse en la dignidad de la persona humana. Lionel Appel Chavarín, correo : lappelch@hotmail.com

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    1. Hola Lionel

      Por mi parte pienso que no existe UN sistema de gobierno apto para todo el mundo sin distinción. Por otra parte, técnicamente hablando, como SISTEMAS de gobierno propiamente dichos, a lo largo de más de 10.000 años de Historia conocida solamente hemos conseguido inventar dos: la Monarquía y la República. Todos los demás son diferentes regímenes dentro de uno u otro sistema.

      Estoy completamente de acuerdo con que cualquier régimen de gobierno debe centrarse en la dignidad humana. No me cabe la menor duda respecto de eso. Pero incluso en esto debemos saber y reconocer que diferentes culturas y diferentes tradiciones (a veces milenarias) tienen diferentes interpretaciones en cuanto a qué puede considerarse digno y qué es indigno. Y no creo que sea una buena idea IMPONERLE a una sociedad los conceptos éticos, morales, culturales, sociales, políticos o incluso religiosos tomados de OTRA sociedad que responde a otros valores y a otra cultura sencillamente porque ha tenido otra Historia, otras experiencias y otro devenir.

      Creo que cada país, cada Nación, cada organismo político coherente debe darse el régimen que mejor se adapta a su idiosincrasia, a sus necesidades y a sus tradiciones. Es cierto que existen algunos valores básicos que todo régimen debería respetar. Pero lo decisivo es que las personas que viven en un régimen dado puedan desarrollarse hasta el máximo de sus capacidades, dentro de un marco de equidad, respeto y vigencia del Bien Común por sobre los egoísmos egocéntricos o sectoriales.

      Un cordial saludo.

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  7. Muy buen artículo.
    Para agregar algunas cuestiones al éxito de China sobre Occidente y mas precisamente sobre U.S.A.: no debemos dejar afuera el hecho de que la forma de vida y confort occidental, cada vez mas, está apuntado a un consumismo basado en la posesión de "alta tecnología", teniendo desde carreras espaciales a alcance tecnológico "de punta" incluso para aquellos habitantes mas pobres (vinculado por cierto a demagogia con planes de conectividad, informatización, etc)
    Bien, en este contexto, el agravante está en la obtención de materia prima para la fabricación de dispositivos de alta tecnología y obviamente en la misma manufactura.
    Dejo dos links con artículos (en inglés) para leerlos y meditar al respecto para entender con mayor precisión a que apunto con todo esto.
    Un saludo, y como siempre, un placer leer contenido que exija la tarea de reflexionar.

    https://geology.com/articles/rare-earth-elements/

    https://investingnews.com/daily/resource-investing/critical-metals-investing/rare-earth-investing/rare-earths-or-rare-metals/

    P.D. Incluso me atrevo a pensar en que de esto deriva la desesperación por acaparar Corea del Norte.

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