Conoce a tu enemigo
y conócete a ti mismo;
así podrás combatir en cien batallas sin desastres.
La oportunidad de evitar la derrota
está en tus manos
Pero la oportunidad de derrotar al enemigo
la provee el propio enemigo.
Sun Tzu
La guerra es una
masacre
entre gentes que no se conocen,
para provecho de gentes que sí se conocen
pero que no se masacran
Paul Valerie
Hoy en día casi no pasa un día sin que buena parte de los políticos del mundo no resulten ser “belicistas”, por decirlo de alguna manera.
El estimado lector se habrá dado cuenta: los políticos
famosos gritan a todos los vientos que hay que enviar dinero y armas a quienes
luchan entre sí. Por supuesto, lo que queda por verse es quién decidirá quién será el beneficiario. En cuanto a la guerra
ruso-ucraniana, el panorama ya está completamente "aclarado": Estados
Unidos y la mayoría de los países europeos envían armas a Ucrania y, por
supuesto, fuertes cantidades de dinero. Está claro a quién "alientan"
desde sus cómodos sillones y en sus palacios, aún más cómodos y bien vigilados;
y cada vez está más claro que el número de partidarios de la guerra está
aumentando. Es decir: no entre la población mundial, sino entre los líderes del
mundo. Del mismo modo está más claro que nunca que quienes – encabezados por el
presidente francés – "agitan" la posibilidad del despliegue de armas
nucleares, también consideran concebible la posibilidad del estallido de una
Tercera Guerra Mundial. Así que el mundo está bajo una lluvia de ideas, provocada
más específicamente por aquellos que están del lado de la guerra. Y no
olvidemos que el Estado judío también está en guerra en un Medio Oriente que se
halla en constante ebullición.
Ya aprendimos en la escuela secundaria que toda guerra es necesaria para los especuladores: deben destruir o esclavizar a la persona a la que quieren robar. Y la JUSTICIA, que tantas veces ha sido expresada y desacreditada, nunca tuvo nada que ver con la realidad. Tampoco ahora tiene algo que ver. Y menos aún tiene que ver con la decencia. Hace mucho tiempo, también aprendimos la verdad de Orwell, que hemos citado varias veces: "Uno de los efectos circunstanciales más terribles de la guerra es que la propaganda de guerra, los aullidos, las mentiras y el odio provienen de personas que no combaten. "
Es difícil discutir esta verdad. Es que no se puede
porque es innegablemente cierta. En toda guerra, los líderes
inteligentes sacrifican a los jóvenes, y cuando todos están muertos, les siguen
los de mediana edad. Y los especuladores siguen dando órdenes desde sus seguros búnkeres.
Así es ahora también.
Pero también es innegable que la humanidad siempre ha
encontrado motivos para la guerra. Leí, por ejemplo, que en 1925 un perro
provocó una guerra entre Bulgaria y Grecia. El perro se escapó y un soldado
griego lo siguió. El pobre cruzó la frontera y los guardias fronterizos le
dispararon. El incidente resultó en la Guerra de los Diez Días. En 1969, el
fútbol provocó un conflicto entre El Salvador y Honduras. En todo caso, ya había
tensión entre ellos por ciertos temas migratorios, pero tras el resultado de
las eliminatorias para el Mundial de 1970, cuando ganaron los salvadoreños,
estallaron las hostilidades. Al parecer, tres mil personas perdieron la vida. (1)
De las líneas anteriores debería haber quedado claro para
todos, que personalmente no entiendo nada, nada en absoluto acerca de la guerra,
y ni quiero entenderla. Pero el único objetivo de los pocos ejemplos citados era demostrar que el mundo en el que vivimos no ha aprendido nada de los
acontecimientos de los siglos y milenios pasados y
ha olvidado por completo las reglas de la moralidad. No busca ni quiere saber
la verdad y la moralidad, sólo
hace la guerra en beneficio propio, hace negocios, mata, asesina sin pensar. Y
mientras tanto, por supuesto, predica sobre la justicia.
Volviendo a nuestra región, ¿qué clase de justicia hubo cuando los líderes estadounidenses, miembros de la llamada élite global, fueron enviados a un país supuestamente independiente durante el Maidan ucraniano? Aquellos que esencialmente robaron al país y no niegan que todavía les saliva la boca y les sigue salivando por los recursos minerales especiales que se encuentran en Ucrania. En nombre de la democracia. Claro. Pero ¿qué tiene que ver Europa con esto? ¿Por qué Europa tiene que gastar tanto dinero y armas en esta guerra? ¿Y por qué es necesario predicar sobre la democracia, cuando ya han admitido que lo que les interesa son los recursos minerales de Ucrania?
Mencionan la agresión rusa, mientras nosotros vivimos en la
agresión europea. Está más claro que un día sin nubes que hay dos países que están
en desacuerdo. Dos vecinos. Pero ¿qué tenemos que ver con esto todos los demás?
Nada. Aun así vemos que las hienas del mundo pretenden iniciar una guerra
mundial. Que pretenderá ser controlada por un gobierno mundial después que hayamos sido
conducidos a un enorme agujero. Mucha gente ya ha escrito sobre esto, así como
sobre el hecho que todo es cuestión de dinero; es decir: el mundo entero está
en venta. “Porque el dinero triunfa sobre todo. Suyo es el deseo, suyo es
el dolor. El cuerpo y el espíritu luchan por él. Todos los caminos conducen a
él. Por él se libran guerras y las luchas entre los hombres. Y por este maldito
dinero se derrama tanta sangre preciosa", (2)
canta Mefistófeles en la ópera Fausto de Gounod. Canta la verdad. Simplemente
no quisimos ni queremos entender.
Hoy no es diferente. Las guerras actuales también son
extrañas. También podríamos leer que en Ucrania desde hace mucho tiempo, casi
desde el principio, se ha cazado a la gente para enviarla por la fuerza a la
guerra, o más precisamente a la muerte. Y la esposa y la suegra del líder
compraron nuevos palacios en toda Europa, por miles de millones. En Hungría
circulan muchos coches ucranianos de alta gama con personas en edad militar al
volante. La (in)justicia vence.
Katalina Kondor (Periodista)
Traducción de Denes Martos
[1]
)- El conflicto armado se libró entre el 14 y el 18 de julio de 1969. Las bajas
fueron probablemente un poco más altas: entre 4000 y 6000 civiles, y más de 15
000 heridos, dependiendo de la fuente. (Nota del Traductor)
[2]
)- La traducción directa del original francés es: (Fausto de Gounod, Acto II)
El becerro de oro vence a los dioses;
¡en su gloria irrisoria...
el monstruo abyecto insulta a los cielos!
¡Contempla, con extraño delirio,
al género humano a sus pies
precipitándose, acero en mano,
en la sangre y en el fango,
donde brilla el ardiente metal!
¡Y Satanás dirige el baile!, dirige el baile.
Ver: http://kareol.es/obras/fausto/acto2.htm
(consultado el 11/07/2024 - DM)
Excelente nota!!
ResponderBorrarEstoy de acuerdo. No cabe ninguna duda que los que propician las guerras o participan en los combates. Solo las siguen por medios digitales tal como una serie en promoción.