MIS LIBROS

sábado, 11 de mayo de 2019

SINCERAMENTE

Yo he hecho eso, – dice mi memoria.
Yo no puedo haber hecho eso –
dice mi orgullo y permanece inflexible.
Al final, la memoria cede.
Friedrich Wilhelm Nietzsche

Pero el ser humano siente tal pasión
por los sistemas, por las deducciones abstractas,
que está dispuesto a disfrazar la verdad,
a cerrar los ojos y a taparse los oídos ante la verdad,
sólo por justificar su lógica.”
F. M. Dostoievski

Anécdotas + ideología

Cristina Fernández de Kirchner escribió un libro. Es decir... según las malas lenguas lo dictó a una grabadora de audio para que después María Seoane lo convirtiera en un texto legible. [1] En realidad quién terminó tecleando las palabras no importa mucho porque viendo el resultado es bastante obvio que con el audio original no había mucho para hacer más que copiarlo y tratar de convertirlo en algo parecido a un texto coherente. Algo que la ghost writer – haya sido la Seoane, o no – solo pudo lograr muy a medias. Aunque no se la puede criticar demasiado por eso: el texto, con sus casi 600 páginas – a razón de 1$ por página para quien lo compre – es inmejorable. Y no precisamente porque sea bueno.

Por regla general, los políticos escriben sus Memorias cuando ya han dejado el poder sin esperanzas a la vista de recuperarlo y quieren de algún modo justificar ante la posteridad las macanas que cometieron. No es (del todo) el caso de Cristina. Sinceramente no es un libro de Memorias. Ni siquiera es una autobiografía, como ella misma lo señala. Es apenas un anecdotario armado con escenas íntimas inverificables, una colección de interpretaciones muy personales de hechos ultraconocidos, unas cuantas "bajadas de línea" ideológicas en un bastante vulgar estilo de barricada, especulaciones varias sobre las motivaciones de quienes no la quieren y notorios silencios sobre cuestiones de las que, por más que obvias razones, Cristina prefiere no hablar – y no por una cuestión de sinceridad o insinceridad sino simplemente porque no le conviene.

De eso no se habla

Y de eso, de lo que Cristina no habló, se agarraron unos cuantos escribas del periodismo para criticonear el libro. Es que los periodistas solo quieren escuchar las respuestas a las preguntas que a ellos se les ocurre hacer. Cuando alguien quiere decir algo que ellos no preguntaron, se enojan. Quitan el micrófono lo más rápido que pueden y vuelven a la carga por otro vericueto. Para el periodismo en general la opinión del entrevistado no importa. Lo que importa es la imagen que el periodista quiere – o debe – construir a partir de las palabras del entrevistado.

Por ejemplo una ristra de reclamos que le hace un periodista [2] a Cristina es que en todo el libro no dice nada de:
  • Los fondos desaparecidos de Santa Cruz
  • La firma Conarpesa que, según dicen, ayudó a financiar la llegada al poder de Néstor con dinero del narcotráfico,
  • El casi increíble crecimiento del 3.540% de su patrimonio en solo ocho años.
  • Los 8 millones de dólares que el juez Oyharbide habría cobrado para enterrar el caso, según testimonio de Víctor Manzanares, el propio contador de Cristina.
  • Quienes fueron los clientes y qué juicios convirtieron a Cristina en la "abogada exitosa" que dijo haber sido en la entrevista que le hicieron en Harvard. [3]
  • La manipulación de los datos del INDEC
  • La manipulación de los datos de la inseguridad
Después, claro, hay otros reclamos. Unos cuantos. Que Lázaro Báez, que Julio De Vido, que los 32 casos de coimas en las que está involucrada, que Roberto Baratta y Gerardo Ferreyra, que Claudio Uberti, Ernesto Clarens, Carolina Pochetti, Juan Manuel Campillo y José López, que 11 procesamientos y 5 pedidos de prisión preventiva, que Juan Carlos Relats y el hotel "Los Sauces", y etcétera, etcétera y etcétera.  [4]

Está bien; Cristina está metida hasta el cuello en un lodazal de sobornos, malversaciones, cohechos, corrupciones, asociaciones ilícitas y robos al Estado. De última, muéstrenme un político democrático que no lo esté o que no lo haya estado. Pero así y todo, exigirle a Cristina que entre en detalles por escrito justamente sobre esas cuestiones ya es mucho pedir. Si lo hubiera hecho, el libro no se llamaría "Sinceramente" sino "Arrésteme sargento y póngame cadenas". Se le pueden (y se le deberían) pedir muchas explicaciones a Cristina; pero muchachos, paren la mano: exigirle directamente un sincericidio publicado en letras de molde es medio como mucho. Dejen eso para Bonadio. ¿O es que al final resulta que ustedes tampoco "creen en la justicia"?

El tema del odio

El otro gran tema que casi todos los comentaristas mediáticos han insistido en subrayar es el supuesto enorme odio que impulsaría a Cristina a decir lo que dice y a hacer lo que hace.

El problema con la palabra "odio" es la misma que con la palabra "amor": tiene tantos matices que al final uno no sabe muy bien que significa en cada caso. Porque, así como alguien ama a una persona, también puede decir que ama las puestas de sol, que ama la música de Chopin, las papas fritas y hasta a los canarios. Del mismo modo, así como se puede odiar la mentira o la hipocresía, también alguien puede decir que odia los crepúsculos, la música tecno, el mondongo y los caniches. Muchas veces "amor" se confunde con "me gusta", "me atrae" o "me fascina". A su vez, "odio" reemplaza con frecuencia a "me disgusta", "me irrita" o "me repugna". Y no debería ser así. Porque no es lo mismo.

Pero, sea  por los motivos que fueren, la confusión existe y en el lenguaje cotidiano cualquiera de nosotros cae en ella todos los días. No obstante, quienes hacen análisis político deberían tener un poco más de cuidado.

El problema con Cristina no es el supuesto odio abstracto que la animaría a proceder contra sus adversarios políticos. No es, como dice Majul, (¡justo Majul!) según quien Sinceramente vendría a reflejar:
"...   el odio que (Cristina) desplegó hasta diciembre de 2015, más una dosis más fuerte y concentrada de rencor e ira acumulados después de más de tres años de abstinencia de poder". [5]
Por un lado sí, es cierto: Cristina – al igual que Néstor – jamás consiguió entender la bipolaridad amigo-enemigo postulada por Carl Schmitt. Para ella, todo enemigo personal es un enemigo político y todo enemigo político es un enemigo personal. Simplemente jamás comprendió que el enemigo personal y el enemigo político pertenecen a dos categorías completamente diferentes.

Pero el odio de personas como Cristina no se alimenta tan solo de categorías políticas mal entendidas. No fue un odio político lo que impulsó esa anécdota que tanto escandalizó a las bellas almas democráticas cuando Cristina se negó a entregarle el bastón de mando y la banda presidencial a Mauricio Macri. Ella lo relata así:
"Muchas veces, después del ballotage, pensé en esa foto que la historia finalmente no tuvo: yo, frente a la Asamblea Legislativa, entregándole los atributos presidenciales a… ¡Mauricio Macri! Lo pensaba y se me estrujaba el corazón. (....) Todo Cambiemos quería esa foto mía entregándole el mando a Macri porque no era cualquier otro presidente. Era Cristina, era la «yegua», la soberbia, la autoritaria, la populista en un acto de rendición". [6]
 Quien sepa leer entre líneas se dará cuenta inmediatamente de cuál es el verdadero problema detrás de las excusas explicativas. No es "la yegua", la soberbia, la autoritaria, la populista en un acto de rendición. Los insultos y los epítetos que tan generosamente los actores de la política democrática se prodigan entre ellos de un modo casi natural no es lo que más le mueve el amperímetro. Lo que le "estruja el corazón" es que la vulgar burguesita de Tolosa devenida en nueva rica con sus carteritas Louis Vuitton, sus botox y sus toneladas de maquillaje tenía que cederle el lugar "en un acto de rendición" a Mauricio, el de los Macri, el alumno del Newman y supuestamente uno de los niños mimados de la "oligarquía empresarial" argentina.

Lo realmente gracioso del asunto es que todos los que han conocido tan solo un poco el entorno de SOCMA saben que Mauricio siempre fue considerado como un reverendo pedazo de inútil hasta por su propio padre. La puja entre Cristina y Mauricio no es una puja entre una populista y un oligarca liberalcapitalista. Es la puja entre una burguesita con ínfulas, venida a más, y el "nene bien" de una familia con plata que siempre estuvo desesperado por demostrarle a papá que no es tan tarado como todos dicen.

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Anexo: El discurso

La nota de arriba estuvo lista hacia la noche del domingo 5 de mayo. En un momento dado pensé en publicarla así como estaba que es, por lo normal, lo que suelo hacer porque no me gusta retener algo que está terminado y que no tiene mucho sentido guardar para ver si se le puede agregar algo.

Pero estaba pendiente la presentación en la 45º Feria del Libro y muchos sugerían que probablemente allí Cristina aprovecharía y anunciaría su candidatura para las próximas elecciones. Algo de lógica había en esa expectativa ya que, como señalaba Adolfo Reina en Perfil:
"»Sinceramente« fue, aparte de un fenómeno editorial, una exitosa campaña publicitaria, complementada con la distribución viral de miles y miles de copias en versión PDF. (...) El libro no va a convencer a ningún antikirchnerista de votar a Cristina en Octubre. Ni siquiera a los indecisos. Pero tampoco era la idea. »Sinceramente« es una carta de presentación, el anuncio extraoficial de la candidatura de Cristina. No está ahí para que lo lean, está ahí para que hablen de él. [7] 
Que pegó en el blanco lo demuestra no solamente la cantidad de ejemplares ya vendidos y la notoriedad mediática que adquirió. También lo demuestra el hecho que yo esté aquí hablando de él. El libro no habrá sido tan sincero como promete la tapa, pero fue efectivo. Nadie puede negar eso. Justamente por eso es que vale la pena hablar de él.

Es que Cristina, a pesar de su tremendo complejo de inferioridad pequeñoburguesa y su enorme inopia cultural, tiene su buena dosis de talento para algunas cosas. En primer lugar es una de las pocas personas (y quizás la única del ámbito político) que es capaz de entregar un discurso sin leerlo y sin convertirlo en una letanía. Por otra parte, difícilmente Cristina obtenga un gran puntaje en un test de Cociente Intelectual clásico pero, tal como aconsejaba Maquiavelo [8], es astuta como una zorra y peligrosa como la proverbial "serpiente en el pasto" [9] de la que habla la expresión urbana inglesa. Y encima de todo eso es una excelente y consumada actriz. Su interpretación de la "Cristina buena" que representó en la presentación de su libro, si no fue una de sus mejores actuaciones... pues le pegó en el poste. Hasta algunos que decían que no la votarían ni con una AK-47 en la nuca murmuraron comentarios acerca de "lo cambiada que está Cristina". Aplausos. A Usted lo han hipnotizado. La pesadilla empezará cuando despierte.

En cuanto al discurso en sí, no hay mucho para comentar. Es cierto lo que dijeron algunos críticos: en varios conceptos el discurso contradice al libro. Pero claro, lo que estos críticos ignoran es que, para los que se han formado – consciente o inconscientemente – en la cultura marxista, una contradicción no es un problema de lógica que invalida el razonamiento. Es simplemente un problema de dialéctica que puede ser superado con la construcción de alguna "síntesis" adecuada. O que, por lo menos, parezca adecuada a pesar de no ser, de hecho, más que una simple fantasía o una mera expresión de deseos. El propio Marx lo aclara con todo descaro respecto de sus propias afirmaciones:
"Es posible que haga el ridículo. No obstante, esto siempre se puede solucionar con algo de dialéctica. Por supuesto que he dispuesto mis afirmaciones de tal modo que, incluso en el caso opuesto, también tengo razón." [10]
Con lo cual uno se queda con la duda de si al final no resultará que el atorrante de Marx no habrá sido más sincero que Cristina.

Pero sea como fuere y como decía un intelectual español, el gran problema en cualquier tema realmente trascendente es que no es cuestión de "tener razón" sino de "tener verdad".

Y, sinceramente, con la Verdad, así con mayúscula, Cristina tiene enormes dificultades.

Claro, Macri también.

Estamos en el horno.


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NOTAS

1)- https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/con-sinceramente-cristina-cayo-en-su-propia-trampa-nid2243407
2)- https://periodicotribuna.com.ar/22100-esto-es-lo-que-omite-cristina-en-su-libro.html
3)- https://youtu.be/PnDeqY9RETQ
4)- https://radiomitre.cienradios.com/la-novela-cristina-alfredo-leuco/
5)- https://www.infobae.com/opinion/2019/05/02/ojala-que-millones-de-argentinos-lean-completo-sinceramente/
6)- Cristina Fernandez de Kirchner, Sinceramente, Sudamericana, Buenos Aires 2019,   1a. Ed. Pág. 24
7)- https://www.perfil.com/noticias/opinion/sinceramente-el-libro-de-la-candidata-que-se-convirtio-en-best-seller-instantaneo.phtml.
8)- "...  un príncipe se ve en la precisión de obrar competentemente conforme a la índole de los brutos, los que ha de imitar son el león y la zorra, según los casos en que se encuentre."
El Príncipe Capítulo XVIII. 
Cf. https://drive.google.com/file/d/0B6QXUcoelzmpaEt4MHhYM1lOV0E/edit
9)- Literalmente: "a snake in the grass".  Cf.https://idioms.thefreedictionary.com/snake+in+the+grass
10)- Karl Marx en MEW (Marx/Engels Werke) 29,161; Karl Dietz Verlag - Berlin; DDR 1959




2 comentarios:

  1. Don Denes, Castellani dixit “amar la patria es el amor primero
    Después de Dios...”, pero esta patria Argentina con tipos de la catadura de la Porota, MM y el resto, ¡que lo parió! que difícil amarla...parece Su Magestad Dulcinea

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