MIS LIBROS

miércoles, 25 de enero de 2017

SIBERIA NO EXISTE

Si hubiera un Oscar para el mejor desempeño teatral
de un país, Israel lo ganaría todos los años.
Es un país basado en lo teatral.
Es un estado lunático - completamente loco.

No pretendo ser un profeta ni un santo.
Soy muy consciente de mis limitaciones.
Conozco mis defectos.
Pero no me gustan las mentiras.
Norman Finkelstein

Podría parecer que tengo una fijación contra los periodistas. Confieso que a la enorme mayoría no le tengo un gran respeto pero lo cierto es que tampoco me desvela una inquina especial contra esa profesión en forma absoluta o generalizada. En principio y como principio, yo no odio a nadie. Estoy más que dispuesto a darle una oportunidad a toda persona y no procedo por prejuicios estadísticos. Está bien que dos abogados en el fondo del mar sean un buen comienzo y que los tiburones no ataquen a los banqueros por solidaridad gremial. Pero, por un lado no hay que tomarse las bromas en serio y, por el otro, he manejado tantas estadísticas a lo largo de mi vida que nunca puedo olvidar la diferencia que existe entre una media promedio estadística y un caso individual concreto.

Lamentablemente, hay algunos que se regalan. A  muchos artículos de opinión o comentarios de la actualidad se le puede aplicar el conocido adagio de "se non è vero, è ben trovato". Uno puede no creer demasiado en lo que dicen pero el profesionalismo y la habilidad para argumentar hay que reconocerla. No obstante ¿qué hacemos con un esperpento periodístico que evidentemente non è vero y que, para colmo, ni siquiera está ben trovato?

Es lo que me pasó hace un rato cuando me topé en Infobae con el artículo de Julián Schvindlerman "El mito de los territorios palestinos ocupados". [1] Después de una breve introducción, nuestro amigo periodista ya avanza su tesis principal:
La frase "territorios palestinos ocupados" contiene tres palabras, de las cuales una de ellas, territorios, es neutral; otra, ocupados, es debatible y la tercera, palestinos, es errada. (...) ¿Cuándo fueron palestinos esos territorios en disputa? ¿Alguna vez ejerció el pueblo palestino la soberanía sobre esos territorios? Respuestas: nunca.
Después viene un breve excurso por la franja de Gaza que le permite llegar a la siguiente conclusión:
(...) respecto de Gaza podría decirse que actualmente es territorio palestino, sólo que no puede decirse que está bajo ocupación israelí. Ergo, "territorio palestino ocupado" Gaza no es.
Y sigue, luego, el tratamiento de Cisjordania:
Pasemos a Cisjordania. (....)  .... desde 1948, el Reino Hashemita de Jordania controlaba la zona. Antes lo hizo Gran Bretaña por medio de un mandato conferido por la Liga de Las Naciones en 1920. El gobernador anterior había sido el Imperio otomano, que controló esa zona y buena parte de Medio Oriente por seiscientos años, desde el 1300. (Si seguimos retrocediendo en el tiempo, llegaremos a los reinados hebreos de David y Salomón antes de la Era Común, situación que incomodará a los pro palestinos). En ningún momento hubo un Estado palestino o una república palestina allí. Ergo, "territorio palestino" — ocupado o no — Cisjordania no es. (El resaltado es del autor)
Resulta simpático lo de "antes de la Era Común" por no decir "AC: Antes de Cristo", pero veamos. Según el autor, para que un territorio pertenezca a un pueblo el mismo debe haber ejercido la soberanía sobre ese espacio dentro del marco de un Estado o una república.  Desgraciadamente Schvindler no nos dice cuál sería la diferencia entre Estado y República pero dejemos pasar eso también.

Y lo dejaremos pasar porque, en lo demás, nuestro periodista tiene la mala suerte de que ni la Wikipedia está de acuerdo con él. Bajo el subtítulo de "Palestina antigua" se cita a Heródoto, a Aristóteles y hasta al escritor judío de habla griega Filón y todos mencionan a Palestina. Más tarde, la enciclopedia electrónica dice:
Entre los siglos IV y VII, bajo el Imperio romano de Oriente, Palestina fue el nombre de una provincia (más tarde dividida en tres) de habla griega, con arameos en el interior, y religión cristiana. Jerusalén recuperó su antiguo nombre, se multiplicaron las iglesias y se radicaron en los desiertos numerosos eremitas y monjes. [2]
No es que yo le otorgue demasiada credibilidad a la Wikipedia, pero hay cosas básicas que ni los redactores de la misma se animan a tergiversar. De hecho, la denominación de "palestinos" proviene del antiguo término de "filisteos", – פְּלִשְׁתִּים Plištim en hebreo – que es el nombre de un pueblo que habitó la zona desde bastante antes que los judíos se estableciesen definitivamente en la región después de su estadía en Egipto.
"(...) durante la transición entre la Edad del Bronce y del Hierro; aproximadamente en el siglo XII a. C. (los filisteos)  formaron una confederación de cinco ciudades (Pentápolis filistea) entre Jope y Gaza, adoptaron costumbres cananeas y se convirtieron en la potencia dominante de la región durante el siglo X a. C reemplazando la hegemonía egipcia en la región. Merced a su uso del hierro, dominaron a las poblaciones del interior, las tribus hebreas, con las cuales libraron cruentas batallas. Esta enemistad quedó reflejada en la Biblia y transformó el término filisteo en una designación peyorativa". [3] (El resaltado es mío)
La verdad es que los judíos no desplazaron a los palestinos solamente después de la declaración de independencia del Estado de Israel en 1948. Ésa fue la segunda vez. La primera vez los desplazaron al llegar a Palestina luego de peregrinar durante 40 años por el desierto con Moisés. Esta lucha entre judíos y filisteos/palestinos dejó sus rastros en la Biblia como, por ejemplo, en el conocido combate de David y Goliat que tuvo lugar justamente por la época de Saul, David y Salomón que menciona Schvindlerman. [4]
 
Es realmente interesante que, en su artículo, nuestro periodista no mencione ni una sola vez a los filisteos. No lo hace, obviamente, porque no le conviene. Seguramente argumentaría que Palestina no existe porque los palestinos de hoy no tienen nada que ver con los filisteos de la época en que éstos fueron una potencia dominante en la zona. El problema con este argumento es que, con ese mismo criterio,  Grecia no existe porque los griegos de hoy no tienen mucho que ver con los griegos de la época de Pericles y hasta Italia tampoco existe porque los tanos de hoy tienen poco y nada que ver con los romanos de la época de Julio César.

Y en cuanto al argumento de que nunca hubo un Estado palestino y por lo tanto tampoco hay tierras palestinas, la confederación de la Pentápolis filistea ya derrumba buena parte del libreto. Y en general toda la teoría se cae por simple sentido común: tampoco hubo nunca un Estado siberiano y, sin embargo, nadie puede decir que no existen pueblos siberianos y tierras siberianas. Si no existen tierras palestinas, pues tampoco existirían tierras siberianas. Si no existen los palestinos, tampoco existen los samoyedos de Siberia como grupo étnico. En una palabra: aplicando el "Teorema de Schvindlerman" se puede demostrar que Siberia no existe.

Por reducción al absurdo.

Está bien que, ahora que Netanyahu y Trump andan a los abrazos, en Israel se han vuelto a entusiasmar con eso de ocupar más tierras. Obviamente los judíos israelíes las necesitan. Actualmente viven en Israel unas 8.300.000 personas. [5] De ellas, algo más de  6.1 millones son judíos, siendo que la población judía mundial asciende a unos 16 millones. [6] La conclusión es inevitable: si Israel, como Estado judío, quiere crecer necesita más gente y, si recibe más gente, necesita más tierras para albergarla. Así como están las cosas, hoy en Israel no habría lugar ni para la mitad de la población judía del planeta, lo cual desde cierto punto de vista hasta podría hacer cuestionable todo el proyecto sionista de Israel como "Hogar Nacional Judío". Es una cuestión de "Lebensraum", de Espacio Vital, un concepto creado por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel que nos retrotrae a la década del '30 del Siglo XX y a un Jefe de Estado que, ironías del destino, por obvias razones no goza de absolutamente ninguna simpatía en la comunidad judía.

No sé qué piensan ustedes, pero a mí se me hace que si alguien quiere justificar una expansión en Palestina, el repetir machaconamente la ya algo antigua expresión de Golda Meir cuando declaró que "no existe el pueblo palestino" [7] difícilmente sea el mejor argumento.

Pero claro, lo que sucede es que los sabras israelíes, como todos los conquistadores, están orgullosos de sus conquistas. Solo que no pueden (o no se animan) a demostrarlo abiertamente por toda la presión que proviene tanto de los famosos derechos humanos como de lo que se espera de personas políticamente correctas que gerencian lo que se proclama como "la única democracia" en Medio Oriente. Ahora que hasta los EE.UU. aparentemente han decidido dejar la corrección política de lado, no es de extrañar que el afán conquistador de los israelíes salga un poco más a la superficie. En todo caso, un sujeto como Netanyahu disimula bastante mal su ambición de conquista.

Pero si van a fundamentar ese afán en los argumentos de periodistas como Julián Schvindlerman,  me temo que están en problemas.  Hagan una cosa: sustituyan la "v" de  Schvindlerman por una "w", entren en el traductor de Google que está en  https://translate.google.com/  y pídanle que traduzca "Schwindler" del alemán al español.

Perdón por el título.

Siberia existe.


NOTAS
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1)- http://www.infobae.com/opinion/2017/01/24/el-mito-de-los-territorios-palestinos-ocupados/
2)- https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_de_Palestina
3)- Ibid..
4)- Cf. 1° de Samuel, 17
5)- http://countrymeters.info/es/Israel
6)- http://porisrael.org/2015/06/26/la-poblacion-judia-mundial-en-el-2015-llega-casi-a-16-millones/ - Las cifras son de 2015.
7)- Sunday Times , 15 de Junio de 1969


domingo, 22 de enero de 2017

DESINFORMACIÓN

La mayor parte del periodismo consiste
en decirle "Lord Jones ha muerto"
a personas que nunca supieron
que Lord Jones estaba vivo.
G.K.Chesterton

Un periodista es una persona que
no tiene suficiente talento para ser novelista,
no es lo suficientemente perspicaz como para ser abogado,
o sus manos tiemblan demasiado como para ser cirujano
Normal Mailer

Lo que Usted lee en los diarios,
escucha por la radio y ve por televisión,
difícilmente sea la verdad tal como es vista por los expertos.
Es una ilusión ideológica
vista a través de los filtros del prejuicio y la ignorancia.
Hans Jürgen Eysenck  

Que los medios masivos de difusión "acomodan" los hechos de la realidad a los intereses que representan y que una enorme parte del periodismo es simplemente un club de escribas, eso es algo conocido y probado. Cualquiera que haya participado personalmente de algún hecho políticamente relevante y haya, luego, leído la noticia publicada en la prensa escrita o visto las imágenes difundidas de ese mismo hecho, puede dar fe de la enorme distorsión que muchas veces caracteriza al "relato" periodístico.

Pero a veces los muchachos "se pasan", como diríamos en el barrio.

Con motivo de la asunción de Donald Trump al cargo de presidente de los EE.UU. la jauría mediática no se quiso dar por vencida. Así como había remado en contra del "patotero loco" durante toda la campaña e incluso durante todo el período posterior a las elecciones y previo a la asunción, la jauría insistió en continuar con el desprestigio de Trump. En ese contexto, a algún genio se le ocurrió la idea de comparar la cantidad de gente que había concurrido a la asunción de Barack Obama en 2009 con la cantidad de gente presente en la asunción de Trump, ocho años después. Y, como a veces (no siempre) suele suceder, la comparación resultó odiosa. 

Especialmente porque estuvo mal hecha. Y muy especialmente porque, además de estar mal hecha, es obvio que fue el resultado de una animadversión visceral y de una operación de desinformación deliberada.

He aquí las imágenes difundidas por la prensa [1] Ésta es la foto que muestra supuestamente la cantidad de gente que asistió a la asunción de Obama en 2009:

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Y esta es la imagen que supuestamente muestra la cantidad de gente que asistió a la asunción de Trump el 20 de Enero de 2017:

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Queda clara la intención, ¿no es cierto?  Y no necesariamente piensen en Photoshop ni en nada por el estilo. Digamos (digamos...) que damos por auténticas a las dos fotografías. El hecho es que el 20 de Enero de 2017 fue un día bastante feo y lluvioso en Washington. Hasta último momento nadie sabía si, al momento del discurso presidencial, caería -- o no -- un fenomenal chaparrón. George W. Bush incluso tuvo un cómico incidente con el plástico que debía protegerlo. [2] No es ningún milagro que horas antes del discurso hubiese relativamente poca gente en la plaza del Capitolio. Lo que sucedió es que, simple y sencillamente, la gente apareció a último momento.

Porque ésta es una de las imágenes reales de la gente que estuvo en la asunción de Trump. [3]

Click aquí para agrandar
Y discúlpenme si hago un comentario aquí para aclarar algo que quiero que "conste en actas": me importa un reverendo bledo la cantidad de gente que asistió a la asunción de Trump o a la de Obama. Hasta admito de buena gana que Obama juntó mucha más gente. [4] La cuestión no es esa. La cuestión es que a Trump no lo fue a aplaudir solo una minoría de racistas homófobos exaltados como quiere sugerir la foto. [5] Reitero: me importa un rábano cualquiera de las dos ceremonias. Las dos son, en mi opinión, nada más que un poco de circo democrático para la gilada. Lo realmente importante pasa por completo en otro lado.

Porque lo realmente importante ni siquiera pasa por Trump, así como tampoco pasó nunca por Obama.

Pero las distorsiones mediáticas nos están sugiriendo algo. Hay que aprender a leerlas.


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NOTAS
1)- Ver: http://www.lanacion.com.ar/1977586-obama-vs-trump-comparativa-en-fotos-de-la-cantidad-de-gente-que-asistio-a-la-asuncion-de-cada-presidente. (Consultada el 22/01/2017)
2)- http://www.infobae.com/america/fotos/2017/01/20/george-w-bush-la-particular-lucha-de-un-ex-presidente-de-los-estados-unidos-contra-la-lluvia/
3)- http://www.infobae.com/america/eeuu/2017/01/20/el-discurso-completo-de-donald-trump-en-su-asuncion-presidencial/
http://www.infobae.com/america/fotos/2017/01/20/todas-las-fotos-de-la-investidura-de-donald-trump-como-presidente-de-eeuu/
4)- Una interesante secuencia de fotografías de distintas asunciones presidenciales puede verse aquí y aquí
5)- Y como quisieron sugerir un montón de medios, aparte de nuestro vernáculo diario La Nación. Como por ejemplo éste.

miércoles, 18 de enero de 2017

EE.UU. Y DONALD TRUMP

Los problemas que hoy enfrentamos
– pobreza, violencia en el interior, guerra
y destrucción en el exterior – continuarán
solo mientras sigamos dependiendo de
los mismos políticos que los crearon en primer lugar.

El pacto con Japón es interesante.
Porque si alguien nos ataca,
Japón no tiene que ayudarnos.
Pero si alguien ataca a Japón,
nosotros tenemos que ayudarlos a ellos.

Siempre dije: "Si necesitas Viagra,
probablemente estás con la mujer equivocada"
Donald Trump



Para entender la figura de Donald Trump y su papel dentro del contexto político norteamericano quizás lo primero a hacer es tratar de entender ese contexto desde la óptica socioeconómica. Y lo primero que salta a la vista hurgando bajo las apariencias externas es que la aparente solidez de la economía norteamericana es una ilusión, un espejismo que no se condice con los datos duros de la realidad.

De hecho, la situación crítica de una gran mayoría de la población norteamericana es – en absoluto  y con alta probabilidad – la causa principal del triunfo electoral de un personaje como Donald Trump. Sucede que en los últimos 36 años el ingreso promedio familiar de los norteamericanos se ha ido estancando y, a pesar de ello, muchos siguen pretendiendo niveles de vida que sus ingresos ya no soportan. Consecuencia de ello es que aun quienes técnicamente no podrían ser considerados como "pobres" viven al borde de la bancarrota personal nadando en deudas que amenazan con volverse impagables.

La red plutocrática – formada por el aparato financiero, los políticos corruptos y los grandes conglomerados empresarios – aunada a una tecnología cada vez más robotizada, ha destruido millones de puestos de trabajo mientras garantizaba su propio enriquecimiento por medio de la especulación y la manipulación financiera. Pero, aparte de esto, también es cierto que las pretensiones de una parte muy grande de la población norteamericana han excedido sus posibilidades reales. La mayoría de los norteamericanos ha caído en la trampa de las deudas debido a su hedonismo desenfrenado, a una vida acostumbrada a un derroche ostentoso, a una incapacidad infantil para el pensamiento crítico y a una filosofía de vida materialista y egoísta según la cual lo único que vale la pena es lo nuevo, lo grande y lo caro.

Los datos de la economía doméstica norteamericana permiten ver esto con total claridad. El 62% de los hogares norteamericanos tiene ahorros menores a 1.000 dólares en su cuenta bancaria. [1] Uno de cada cinco titulares de cuentas bancarias no tiene ninguna capacidad de ahorro en absoluto. Al igual que los niños pequeños que todavía no tienen uso de razón, muchos norteamericanos no han superado el infantilismo que les impide diferenciar entre lo deseable y lo necesario.

Para colmo de males este comportamiento derrochador es típico del segmento de personas que tienen entre 35 y 54 años – o sea la etapa teóricamente más productiva de la vida –  y entre los cuales el 50% no tiene un centavo sobrante en su cuenta bancaria, siendo que el 20% ni siquiera tiene una cuenta.

Durante las últimas décadas la gran mayoría de los norteamericanos gastó más de lo que ganó, atrapada en la red del prestamismo financiero y de los vendedores de ilusiones como fue el caso del mercado inmobiliario que terminó explotando en 2008. Desde la década de 1980 en adelante los norteamericanos vivieron una verdadera orgía de consumo acumulando deudas sobre deudas. Los resultados están a la vista. En 1980 el crédito individual de consumo ascendía a 9.300 dólares por persona. Para 2015 esa cifra había trepado a 65.200 dólares; un aumento del 700%. En la actualidad, la población norteamericana se halla endeudada con los bancos por un valor de 21.000 millones de dólares en concepto de hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos para estudiantes y otras deudas.

El competitivismo y la exitomanía tan típicamente norteamericanas se manifiestan también en el consumismo. Muchos norteamericanos para darse una apariencia de status social y de éxito personal se preocupan por tener automóviles de lujo. Pero se hacen de ellos mediante el sistema de leasing con lo que el monto de los préstamos del rubro automotor excede hoy los 1.000 millones de dólares,  representando un 40% de aumento desde 2010.

La cuenta telefónica del 46% de los norteamericanos asciende a 100 dólares mensuales o más. Además, la economía doméstica del promedio familiar norteamericano incluye 219 dólares de gastos mensuales de comida en restaurantes. La deuda promedio en tarjetas de crédito es de 7.500 dólares por familia. A esto se agregan 155.000 dólares de deudas por obligaciones hipotecarias y 32.000 dólares de préstamos para estudiantes universitarios. [2]

Aquellos que antes de 2008 tenían algunos ahorros los tuvieron que gastar parcial o totalmente para poder vivir. El 39% de los encuestados manifestó tener ahorros para unos tres meses de gastos normales. Solo el 48% manifestó que podía hacer frente a un gasto inesperado de 400 dólares sin tener que vender algo o sin tomar un préstamo. [3]

Esta es la realidad con la que se enfrenta Donald Trump. Sencillamente es mentira que el "modelo" liberalcapitalista norteamericano es sólido y constituye un modelo digno de ser imitado por todo el mundo. Bien mirado y bien analizado se parece mucho más a un castillo de naipes que se mantiene en pie solo gracias al poder del dinero y al dinero del Poder. Un enorme consumo de lo superfluo sostenido por un endeudamiento progresivo insostenible, por una maquinaria publicitaria permanente y por una fuente de financiación – como lo es la Reserva Federal – que es teóricamente inagotable ya que puede crear dinero de la nada pero que, en la práctica y a la larga, no podrá evitar los efectos catastróficos de, precisamente, crear en forma constante ese dinero de la nada.

Es obvio que se trata de un modelo con fecha de vencimiento.

En estas condiciones no es de extrañar que la dirigencia norteamericana se haya dado cuenta de que se encuentra ante un difícil dilema: si sigue por el camino de un fuerte compromiso en la política exterior, tratando de armar y liderar un imperio global, corre el peligro de que se le derrumbe el frente interno y si, a la inversa, se retira en una medida importante de la aventura imperial para restaurar y consolidar su estructura interna, corre el riesgo de perder la iniciativa frente a una posible coalición euroasiática competidora.

No es una decisión nada fácil y quizás, por primera vez en muchos años, la plutocracia dirigente norteamericana está dividida en bandos que no han terminado – aun  – de ponerse de acuerdo y esto podría ser una explicación plausible para la gran cantidad de operaciones, manifestaciones y denuncias de todo tipo contra a Trump antes de que éste asuma el cargo. Por todo lo que hemos podido saber, el nuevo presidente estaría decididamente del lado de los que piensan que es mejor dedicarle más esfuerzos a la situación interna y a la economía real de los EE.UU. y, si es así, no sería de extrañar que se conquistó la animadversión – y acaso la enemistad – de una parte de la plutocracia financiera muy comprometida con el imperialismo de la globalización capitalista.

Con todo, no hay que dejarse llevar tan fácilmente por las apariencias construidas y difundidas por los grandes medios masivos cuya enorme mayoría ya estuvo en contra de Donald Trump mucho antes de que éste terminase siendo elegido presidente. En este sentido, lo que ha sucedido en la última elección presidencial de los EE.UU. admite, al menos analíticamente, tres escenarios posibles.

El primero de ellos es el de considerar la posibilidad que esa plutocracia que niega su propia existencia realmente quiso que Trump fuese elegido porque le quedó claro que las tensiones globales creadas por las pretensiones imperiales ya no resultaban manejables por los medios usuales. En otras palabras: se hizo necesaria la implantación de una figura manejable, con poca o nula experiencia política concreta, pero lo suficientemente "heterodoxa" o contestataria como para estar dispuesta a imponer medidas extremas que hasta ahora se consideraban imposibles o impracticables. Trump sería así el "patotero loco" que se consideró útil para poner en vereda a los díscolos, tanto dentro como fuera de los EE.UU. pero que tenía que llegar solo y aparentemente sin la ayuda de nadie para que el día de mañana ningún segmento del establishment pueda ser culpado de haberlo promovido.

El segundo escenario implicaría pensar que, si bien Trump no fue el candidato ideal del poder plutocrático y si bien es cierto que su triunfo fue – al menos en alguna medida – inesperado, ahora que no hay más remedio que aceptar el hecho consumado lo que sucede es que lo están poniendo al nuevo presidente bajo toda la presión que se puede ejercer con los medios y recursos a disposición tanto como para disciplinarlo y marcarle los límites aun antes de que asuma el cargo.

El tercer escenario supone imaginar que Donald Trump es realmente una sorpresa desagradable para el establishment. Si esto fuese así, lo que cabe prever es que le impedirán el ejercicio de la presidencia con todos los medios posibles y hasta "imposibles", arrinconándolo por todos lados para quitarle la totalidad de su margen de maniobra. Y, en ese caso, todo puede terminar en un nuevo Watergate o hasta en otro Informe Warren.
  
Cuál de estos tres escenarios – o bien qué combinación de ellos – es el que en definitiva se dará es algo que, por supuesto, nadie puede adivinar ahora. Una cosa, sin embargo, es bastante evidente: los EE.UU. son un gigante con muchos recursos pero los pies de barro.

Alguien va a tener que reforzarle los pies.

De otro modo, se cae.

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NOTAS:
1)- http://www.foxbusiness.com/markets/2016/12/25/bad-news-more-americans-have-less-than-1000-in-savings-than-ever-before.html
2)- https://www.gobankingrates.com/  62% of Americans Have Under $ 1,000 in Savings, Survey Finds,  (05/10/2015).
3)- https://www.federalreserve.gov/  Report on the Economic Well-Being of U.S. Households in 2013,  (15/07/2014)